La se?orita Pepis hace Gobierno PILAR RAHOLA
"Un Parlamento de juguete". Creo que me atrev¨ª a pronunciar esta frase hace ya unos 10 a?os y el tiempo, no s¨®lo no ha desmentido esta profunda sensaci¨®n de que, en Catalu?a, m¨¢s que hacer pol¨ªtica, jugamos a la pol¨ªtica, sino que la ha ido confirmando de manera alarmante. Amigos todos de todos -en una ensalada de pol¨ªticos, periodistas y opinadores bien ali?ada-, las cosas no son muy de verdad en este peque?o pa¨ªs que tanto se interroga y tan poco se responde. Y si algo parece especialmente poco serio es el concepto de gesti¨®n, ese concepto tan poco metaf¨ªsico y, por ende, tan inc¨®modo para un gobernante. La gesti¨®n, que tendr¨ªa que ser el lugar com¨²n de todos los debates, el espacio de confrontaci¨®n de modelos distintos de pensar, el espejo donde se plasma una manera de entender un pa¨ªs, ha sido la gran derrotada en todas las canchas, y ni ha triunfado en los grandes momentos parlamentarios -m¨¢s sumidos en subidas y bajadas esenciales a Queralbs: ?reformaremos el estatut?, ?no lo reformaremos?...-, ni ha definido el nombre de los consejeros, ni ha connotado el d¨ªa a d¨ªa pol¨ªtico. En el fondo es como si Pujol llevara 20 a?os gobernando sin gobernar mucho, gestionando una especie de catecismo de la mediocridad el objetivo final del cual es no tener m¨¢s ideas de las estrictamente necesarias. Y ah¨ª est¨¢ la genial trampa: ?c¨®mo va a pelearse la oposici¨®n con su modelo de gesti¨®n, si no existe ning¨²n modelo?De ah¨ª, de esa filosof¨ªa, este Gobierno. ?Podemos hablar, como aseguraba un solemne Artur Mas en can Cun¨ª, de un Ejecutivo pensado y hecho para que Catalu?a entre en el 2000? Aparte de la tonter¨ªa ¨¦sta del 2000 (que es como asegurar que uno se prepara para tener 50 a?os cuando ya agota los 49), personalmente el problema no radica en "para qu¨¦" se ha pensado el Gobierno que Pujol -¨¦l solito, como Dios manda en el planeta convergente- ha conformado, sino en qu¨¦ "no" se ha pensado. Ni los convergentes m¨¢s ortodoxos, fuera de micr¨®fono, se ven capaces de hacernos creer que, detr¨¢s de los nombramientos, haya objetivos globales, haya un concepto de Gobierno, haya, por as¨ª decirlo, ideolog¨ªa aplicada a la gesti¨®n. Es decir que una cosa tan sensata a primera vista como ser¨ªa la de escoger la persona adecuada para el cargo adecuado, no ha sido ni remotamente el motor que ha movido las decisiones.
?Cu¨¢l ha sido el motor, pues? Excepto lo excepcional -que de todo hay, y quiero subrayar la incorporaci¨®n de Carme Laura Gil a Ense?anza y la continuidad de N¨²ria de Gispert en Justicia-, Pujol ha hecho el Gobierno con m¨¢s componendas, juegos de familia y equilibrios de poder de su ya dilatada historia. La inmensa mayor¨ªa de las decisiones est¨¢n ligadas a eso que podr¨ªamos llamar la baja pol¨ªtica, situada normalmente m¨¢s cerca del combate de boxeo, que no de la preocupaci¨®n administrativa. Es decir, puestos a jugar, Pujol ha decidido jugar a guionista y nos ha reescrito Nissaga de poder, versi¨®n Sant Jaume. Juguemos, pues: ?qu¨¦ hacer con el bueno de Felip Puig, hasta hace poco flamante -e impecable- secretario de organizaci¨®n de CDC, ca¨ªdo en desgracia despu¨¦s de un par de guerras internas, una buena dosis de derrota electoral y una fulminante carrera de alianzas cuesta abajo? Nada mejor que una salida en globo -es decir hacia el Gobierno- por la v¨ªa de una consejer¨ªa menor. Que la cuesti¨®n del medio ambiente sea clave para la salud colectiva, que estemos por debajo de los m¨ªnimos europeos en la materia, que seamos un pa¨ªs que lo permite casi todo y casi nada castiga, es poco relevante. Que a Felip Puig no se le conozca ning¨²n conocimiento o preocupaci¨®n o sensibilidad o articulito sobre la materia, a¨²n es mejor. Que quien sabe demasiado puede tener ideas... A medio ambiente, pues, y bola. Otra bola: la incorporaci¨®n de Vilajoana a Cultura. Esto m¨¢s que un juego parece una declaraci¨®n de guerra. ?Por qu¨¦ Jordi Pujol habr¨¢ puesto al hombre m¨¢s contestado, conflictivo, menos aceptado y menos consensuado de la historia de su Gobierno, en la consejer¨ªa que necesita m¨¢s di¨¢logo, consenso y complicidad? Ya sabemos desde siempre que la proverbial urticaria que padece Pujol con el mundo de la cultura convierte a los pocos le¨ªdos que tiene en sus filas en candidatos a nada y a nunca. ?Un intelectual en cultura? ?Un hombre de ideas? ?Para qu¨¦? ?Para que tenga m¨¢s que ¨¦l y hasta quiz¨¢ opine? De manera que mucho mejor un publicista cuyo roce con la cultura se basa en los codazos para coger canap¨¦s que uno se da en las recepciones oficiales. Otra vez, pues, nada que ver con la idoneidad del nombre o con su categor¨ªa profesional respecto al cargo, sino con algo m¨¢s oscuro; en este caso tan oscuro como oscura es la larga mano del post-prenafetismo, en su versi¨®n moderna: el vilarrubismo con Lamborgini... Que si Felip Puig llega porque ha perdido, Vilajoana llega porque forma parte de los que, de momento, mandan.
Y bola: Subir¨¤ contin¨²a. Que a pesar de ser una consejer¨ªa con de-
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