Una sueca para la bolsa y los palos de Sergio Garc¨ªa

Sergio Garc¨ªa no estaba contento con Jerry Higginbotham. Jerry Higginbotham tampoco era feliz al lado de El Ni?o. Nick Faldo s¨ª que era feliz al lado de Fanny Sunesson. Para celebrar su d¨¦cimo aniversario le regal¨® un Jeep. Pero Fanny Sunesson ya no disfrutaba con el ingl¨¦s. Acept¨® las llaves del veh¨ªculo, pero en respuesta le dijo "te dejo" y fue a ofrecerse a Sergio Garc¨ªa. El Ni?o le ha dicho s¨ª. Por ahora. No son historias de amor, aunque podr¨ªan serlo. Son historias de relaciones laborales, las que unen a un jugador de golf y su caddie. Historias reales como la vida misma: la rubia platino que deja al boxeador noqueado y se cuelga del brazo del noqueador.Un jugador de golf s¨®lo se da cuenta de que est¨¢ acabado, totalmente acabado, s¨®lo deja de enga?arse a s¨ª mismo pensando que es una mala racha, cuando su caddie le abandona por las buenas. Al ingl¨¦s Nick Faldo, uno de los mejores jugadores de la historia, que llevaba algunos a?os sin ganar un torneo, le lleg¨® el momento de darse cuenta hace 10 d¨ªas, cuando Fanny Sunesson, la chica sueca que llevaba su bolsa y sus palos desde hac¨ªa 10 a?os le dijo "good bye". "Estoy muy triste", dijo p¨²blicamente Faldo. Fanny, su pelo pelirrojo, su cola de caballo, sus anchas espaldas, sus fuertes pantorrillas, hab¨ªa sido la relaci¨®n m¨¢s larga de su vida, m¨¢s estable y duradera que sus dos matrimonios. "Pero entiendo su decisi¨®n".

Un caddie vive del ¨¦xito de su patr¨®n. Sus ganacias son un porcentaje, que var¨ªa entre el 5% y el 10%, de las ganacias del jugador en los torneos. En sus 10 a?os juntos, Faldo gan¨® tres Open Brit¨¢nicos y tres Masters; Fanny, m¨¢s o menos un mill¨®n de libras. Pero con lo que ingresaba ¨²ltimamente no ten¨ªa ni para los billetes de avi¨®n.

Un jugador sabe que est¨¢ en la cresta de la ola cuando todo el mundo le reclama. Televisiones, empresas, patrocinadores, torneos... y caddies. Cuando se corri¨® la voz de que Sergio Garc¨ªa, El Ni?o, el fen¨®meno de 19 a?os que ha arrasado el golf mundial en sus primeros meses de profesional, le hab¨ªa dado boleto a Jerry Higginbotham, el caddie norteamericano que le recomend¨® su amigo Mark O"Meara, tras seis meses de relaci¨®n profesional, las ofertas no dejaron de llegarle para hacerse cargo de sus b¨¢rtulos. M¨¢s de 30 caddies le ofrecieron sus servicios. Cartas le llegaron a su m¨¢nager en Miami, Jos¨¦ Marquina; peticiones verbales a su padre, V¨ªctor, a su madre, Consuelo. Tambi¨¦n Fanny solicit¨® el puesto. Lo hizo por primera vez a primeros de noviembre, durante el torneo de Valderrama. Persisti¨® y lo consigui¨®. Pasar¨¢ con El Ni?o el fin de un a?o y el comienzo del 2000. En Arizona. Durante el torneo que organiza Tiger Woods del 29 de diciembre al 2 de enero.

"Es muy profesional, muy leal y trabaja muy bien", dijo desde Sur¨¢frica El Ni?o de Sunesson cuando confirm¨® la noticia de su compromiso al diario brit¨¢nico The Daily Telegraph. "Va a ser una relaci¨®n larga".

No se sabe, aunque se sospecha que s¨ª, que en el contrato que le haga figure una cl¨¢usula prohibi¨¦ndole hablar con la prensa como la que ten¨ªa con Faldo. Los golfistas famosos temen como la peste el s¨ªndrome del caddie-mayordomo, que se produce cuando el porteador empieza a largar detalles y an¨¦cdotas de la vida privada de su patr¨®n. Por ese motivo despidi¨® en abril Tiger Woods a su caddie de siempre, Mike Cowan.

Fanny Sunesson no es la ¨²nica mujer caddie en el circuito. Al sueco Jarmo Sandelin el trabajo se lo hace su novia, tambi¨¦n sueca. Hasta ahora, seg¨²n sus colegas masculinos, las mujeres caddies eran unas privilegiadas. Pod¨ªan, por ejemplo, romper el estricto c¨®digo de vestuario del circuito de la PGA y llevar bermudas hasta las rodillas los d¨ªas de calor, mientras que los hombres no pod¨ªa acortarse los pantalones largos, lo que agravaba su trabajo de porteadores de una bolsa con 14 palos y m¨¢s de 20 kilos de peso. Pero la PGA ha abierto la mano y para el a?o 2000 permitir¨¢ a los caddies llevar pantalones cortos.