Pen¨²ltimo Gobierno XAVIER BRU DE SALA

Maragall comete un error al cubo cuando afirma que el pa¨ªs est¨¢ harto de o¨ªr hablar de la sucesi¨®n de Pujol. Uno, porque ¨¦l mismo encabeza la lista, a menos que se autoexcluya; dos, porque el fuerte deseo de cambio expresado en las urnas no puede disociarse de nada que huela a pospujolismo; tres, y valga como prueba, ya que el primer y verdadero interesado en que no se hable del asunto es el mismo Pujol, no en vano ha dictado tres a?os de abstinencia a los suyos. ?C¨®mo puede afirmar que el l¨ªder de la oposici¨®n se equivoca tanto quien admite, como es mi caso, que le supera de largo en perspicacia pol¨ªtica? Pura cuesti¨®n de sem¨¢ntica -de eso tal vez sepa un poco m¨¢s-, el sucesor del Papa es el Papa siguiente, y as¨ª en todas las organizaciones monocolores, empezando por la monarqu¨ªa. En cambio, el sucesor de Felipe Gonz¨¢lez es Aznar, o bien Almunia, seg¨²n si se mira en clave nacional o de partido. Pues bien, como en la actual Catalu?a democr¨¢tica s¨®lo ha habido un presidente, confinar el sentido de la sucesi¨®n s¨®lo a su dimensi¨®n interna, de familia pol¨ªtica, es una trampa del lenguaje que no se desmonta precisamente renunciando a su otro sentido. ?O no es cierto que, de cara a la historia y al com¨²n de los seis millones, el sucesor de Pujol ser¨¢ el pr¨®ximo presidente de la Generalitat? ?Claro que hay que hablar de sucesi¨®n! Sobre todo de la que de veras importa, lig¨¢ndola a la alternancia. Y si sucesor y hereu se convierten en sin¨®nimos es porque el n¨²cleo duro de CDC, que es el ¨²nico interesado en que as¨ª sea, habr¨¢ ganado una importante batalla en el campo del lenguaje. El hereu s¨®lo puede ser Artur Mas. En primera fila de la sucesi¨®n est¨¢n Maragall y Duran Lleida.De momento, el efecto negativo inicial que en no pocos sectores ha causado el pen¨²ltimo Gobierno nombrado por Pujol se ha visto diluido en la inusitada atenci¨®n que los medios de comunicaci¨®n prestaban a algunos de sus miembros. Es una verdadera l¨¢stima que no sea posible comparar sus perfiles y capacidades con los de los correspondientes miembros del Gobierno a la sombra que Maragall anunci¨® durante la campa?a. Pero en fin, las cosas son como son, y no queda otro remedio que hablar del Gobierno, dejando a un lado la oposici¨®n. Empecemos por comentar el inter¨¦s in¨¦dito que ha despertado. Si Pujol hab¨ªa conseguido en el ¨²ltimo decenio que s¨®lo se hablara de ¨¦l mientras los consejeros pasaban casi desapercibidos, simples gestores, incapaces de hablar de pol¨ªtica en p¨²blico, esta vez hay algo que ha cambiado, y en positivo. Algunos, con el chip anterior todav¨ªa puesto, seguir¨¢n escondi¨¦ndose, pero otros se erigir¨¢n en responsables p¨²blicos de sus departamentos y ocupar¨¢n un espacio que antes era pasto exclusivo del jefe. Si la anterior legislatura fue una interminable pr¨®rroga de la verdadera etapa pujolista de Catalu?a, la presente se perfila como el largo pr¨®logo de la pr¨®xima singladura.

Pujol ha hecho lo posible para evitarlo, de ah¨ª las desilusiones generadas. Sin embargo, aun siendo gris en su conjunto, el pen¨²ltimo Gobierno tiene algunas caras dignas de atenci¨®n. Por otra parte, parece que una parte de la ciudadan¨ªa empieza a interesarse por los responsables pol¨ªticos de algunas ¨¢reas gubernamentales que afectan a su vida cotidiana. Es posible, y deseable, que finalice el aprobado general por desconocimiento y los pr¨®ximos sondeos de opini¨®n empiecen a revelar diferencias notables en la valoraci¨®n de los consejeros. Aunque bien pudiera ser que los que sigan escondi¨¦ndose, reh¨²yan el debate y procuren tomar las decisiones a hurtadillas recibieran mejor nota que los que den la cara. En este caso, buena parte de la culpa ser¨¢ de la oposici¨®n, que no habr¨¢ conseguido sacarles de sus escondrijos.

Duran Lleida aparte, mis consejeros preferidos son, por los motivos que esbozar¨¦, Carme Laura Gil, N¨²ria de Gispert, Felip Puig y Xavier Pom¨¦s, si bien este ¨²ltimo, al haberse quedado con un minidepartamento, puede ser el ¨²nico que tenga argumentos para pasar desapercibido -adem¨¢s, en Gobernaci¨®n, no news, good news-. Hubiera querido a?adir los nombres de Andreu Mas Colell, Vicen? Villatoro y Josep M. Via, pero han quedado lamentablemente fuera de la lista, extremo que no contribuye para nada al lucimiento del conjunto. La nueva consejera de Ense?anza tiene experiencia y car¨¢cter, y no le duelen prendas al afrontar situaciones dif¨ªciles. Sin duda las tiene ya (para un comentario extenso sobre el sistema escolar, pr¨®ximamente en esta misma p¨¢gina). De Gispert cuenta en su haber con una capacidad legislativa siguiendo valores avanzados, lo que para un dem¨®cratacristiano no es poco. No simpatizo con la rigidez ideol¨®gica de Puig, pero ello no quita que le reconozca valent¨ªa y claridad expositiva, cualidades poco comunes en este pa¨ªs de pacatos. El medio ambiente sigue siendo un coto cerrado al inter¨¦s general, no exento de corrupci¨®n y miedo a los intereses de los poderosos. Si consigue mejorarlo en serio, se habr¨¢ convertido en un pol¨ªtico.

?Se trata de un Gobierno provisional? Ah¨ª s¨ª tiene raz¨®n Maragall. Despu¨¦s de las elecciones generales, puede haber cambios sustanciales. De seguir Aznar como ahora o un poco peor, podr¨ªa haber un pacto tendente a sustituir las siglas CiU por CiE (Converg¨¨ncia i Esquerra). De ganar Almunia, el tripartito propugnado por Carod ser¨ªa un peque?o paraguas bajo el que demasiados intentar¨ªan cubrirse del chaparr¨®n.