Un argumento para Kafka

Si Frank Kafka no hubiera escrito El proceso hace tres cuartos de siglo se podr¨ªa suponer que se hab¨ªa inspirado en el caso del madrile?o Isidro Rodr¨ªguez para escribir su famosa novela. Lo que le sucede ahora a este jubilado es similar a lo que le ocurr¨ªa a Joseph K., el modesto empleado de banca que se ve atrapado en un absurdo proceso en el que le resulta dif¨ªcil probar su inocencia, de tal forma que hasta ¨¦l mismo duda de si no ser¨¢ culpable.Por fortuna, el laberinto que afronta Rodr¨ªguez desde hace a?os no es tan tr¨¢gico como el del personaje ideado por el genial novelista checo, aunque tienen aspectos comunes.

En diciembre de 1989, el Ayuntamiento decidi¨® expropiar, para una reforma urban¨ªstica, una finca de Carabanchel propiedad de Rodr¨ªguez, un jubilado que entonces contaba 70 a?os. Un a?o despu¨¦s se efectu¨® la transacci¨®n. El municipio pag¨® dos millones por el terreno y Rodr¨ªguez pens¨® que se olvidaba de ese suelo para siempre. No ha sido as¨ª: durante 1993, 1994 y 1995, el ¨¢rea de Hacienda le reclam¨® el pago del impuesto de bienes inmuebles (IBI) por esa finca, que no s¨®lo no era ya suya, sino que pertenec¨ªa al propio municipio.

La ¨²ltima noticia le ha llegado a este ciudadano hace pocos d¨ªas por medio de Caja Madrid: esta entidad informaba al jubilado de que el Ayuntamiento le acababa de embargar 32.300 pesetas de su cuenta por impago de impuestos. De nada le hab¨ªa servido, pues, una larga batalla burocr¨¢tica de m¨¢s de dos a?os.

En diciembre de 1997, Isidro Rodr¨ªguez se enter¨®, por medio de una notificaci¨®n oficial, de que el Ayuntamiento le reclamaba 236.000 pesetas por el impago (y los intereses) del impuesto de carruajes de la finca expropiada de Carabanchel desde 1993 y, adem¨¢s, otras 32.000 pesetas por el impago del IBI desde ese mismo a?o.

Rodr¨ªguez se qued¨® estupefacto. "Claro, a mi padre le hab¨ªan expropiado la finca objeto de los impuestos, y precisamente el Ayuntamiento. ?C¨®mo va a tener que pagar el impuesto de paso de carruajes si ya no tiene nada ah¨ª? ?C¨®mo iba a pagar el IBI de un solar que ya no le pertenec¨ªa?", se preguntaba el pasado viernes el hijo de Isidro, Juan Carlos Rodr¨ªguez.

El jubilado comenz¨® a pleitear. Se dirigi¨® a la Gerencia Territorial del Catastro, para anular los impuestos del IBI, y a la Junta Municipal de Carabanchel, para anular los de carruajes. En junio del presente a?o, los Rodr¨ªguez recibieron, al fin, la primera buena noticia: la Junta Municipal de Carabanchel le daba la raz¨®n y anulaba la petici¨®n de las 236.000 pesetas. "Reconocieron que hab¨ªa sido un error suyo, lo pusieron por escrito, y ya est¨¢", relata el hijo.

La familia pens¨® entonces que el peloteo burocr¨¢tico hab¨ªa acabado. Pero no. El 18 de noviembre pasado, Caja Madrid escribi¨® de nuevo a Rodr¨ªguez inform¨¢ndole de que el Ayuntamiento estaba a punto de embargarle las 32.000 pesetas del IBI no satisfecho.

Juan Carlos, a modo de moderno Joseph K., se tom¨® el asunto como un caso personal. Armado de toda la documentaci¨®n acudi¨® el 23 de noviembre a la Junta Municipal de Carabanchel, cuyos funcionarios le mandaron a la Delegaci¨®n de Hacienda, en la calle de Sacramento. Pero tampoco ¨¦ste era el final del kafkiano periplo: de la calle de Sacramento le enviaron a las oficinas de ERESA, la empresa municipal que gestiona el pago de impuestos, situada en la calle de Raimundo Fern¨¢ndez Villaverde. De ah¨ª le remitieron, otra vez, a la Gerencia Territorial del Catastro.

El pasado 24 de noviembre, Juan Carlos acude a este lugar dispuesto a solucionar de una vez por todas el embrollo. Tras dos horas de espera, un funcionario parece darse cuenta del error, le asegura que se va a anular la orden de embargo... y que todo se va a arreglar.

Sin embargo, dos d¨ªas despu¨¦s, el jubilado comprueba que de su libreta de ahorros faltan 32.000 pesetas. ?Por qu¨¦? Porque el banco hab¨ªa cursado la orden de embargo. Juan Carlos Rodr¨ªguez llama al Ayuntamiento y ah¨ª le repiten que vuelve a tener raz¨®n, pero que, como el municipio no tiene el dinero todav¨ªa porque el banco no lo manda hasta el d¨ªa 16 de enero, no pueden devolv¨¦rselo. "Me dijeron que el dinero estaba en la banda magn¨¦tica del ordenador del banco, es decir, que el banco lo hab¨ªa cobrado, pero que no lo ten¨ªa porque lo hab¨ªa mandado al Ayuntamiento, pero que el Ayuntamiento todav¨ªa no lo hab¨ªa recibido. En fin, un desastre. !Ah?, por cierto: en la finca de Carabanchel, el Ayuntamiento no ha hecho nada. Sigue siendo un solar". Si Kafka viviera...