"En las guerras no hay buenos y malos, sino v¨ªctimas y verdugos"
Ram¨®n Lobo (Venezuela, 1955) lleva siete a?os recorriendo y narrando las guerras de medio mundo en las p¨¢ginas de EL PA?S. Una hora despu¨¦s de pisar por primera vez la Redacci¨®n, en 1992, le propusieron ir a Irak. "Afortunadamente no me dieron el visado hasta tres meses despu¨¦s". Detr¨¢s vinieron Bosnia-Herzegovina, Serbia, Kosovo, Albania, Chechenia, Hait¨ª, Ruanda, Zaire, Guinea Ecuatorial y Sierra Leona. "Vittorio Gassman dice que un actor es una caja vac¨ªa". Lobo hace suya esta met¨¢fora para describir la funci¨®n del corresponsal, una caja que se llena de experiencias con las que redactar las cr¨®nicas y que hay que vaciar al final de cada viaje. "Lo que ocurre es que, por mucho que lo intentes, la caja nunca se queda limpia del todo". Con los posos de los recuerdos y sentimientos de los ¨²ltimos siete a?os, Lobo ha escrito El h¨¦roe inexistente (Aguilar). Pregunta. ?Por que se decidi¨® a escribir el libro?
Respuesta. Un poco por necesidad. Siempre que vuelves de una guerra los amigos te preguntan y todo lo resolvemos con cuatro batallitas porque no puedes hablar de los sentimientos. Es algo muy personal y tampoco sabes c¨®mo poner palabras a las sensaciones, est¨¢s demasiado cerca. Escribiendo este libro he encontrado las palabras para definir e identificar los sentimientos, los fantasmas y las heridas que se te van quedando tras cada conflicto. No es que hayan desaparecido, pero s¨¦ que existen y ocupan un lugar, con lo cual tambi¨¦n ha sido una gran terapia.
P. ?Cu¨¢l le ha producido m¨¢s heridas?
R. Sierra Leona, porque hubo muuchas excepciones. La guerra la veo como una pel¨ªcula ajena en la que soy simplemente un intermediario del horror, de la ignorancia de la gente, y estoy all¨ª para contarlo. Como ocurre en la pel¨ªcula de Woody Allen La Rosa p¨²rpura del Cairo, a veces los personajes se salen de la pel¨ªcula, se sientan a tu lado y te cuentan sus historias. Si t¨² le pones cara y nombre a esa gente est¨¢s perdido, porque se te suben al avi¨®n y vuelven contigo. En Sierra Leona fueron 15 d¨ªas repletos de excepciones. Un ni?o que no pudimos salvar con el que arranco el libro, boy. Otro de 13 a?os con las manos reci¨¦n cortadas que te dice que la ilusi¨®n de su vida era conducir un coche, el asesinato de una chica delante de nosotros en la calle. Todo eso fue demasido. Es el viaje del que me m¨¢s cost¨® recuperarme. Estuve una semana sin ganas de hacer nada, ni ver a nadie.
P. ?Fue un error meterse demasiado?
R. El libro consiste un poco en explicar que nosotros s¨®lo vamos armados con un cuaderno y un boligrafo. Tengo muy claro que mi trabajo es informar, nada m¨¢s. Pero detr¨¢s de un informador hay una persona y muchas veces te emocionas. Tienes que controlar mucho las emociones para no convertirte en un llor¨®n o una enfermera, como dec¨ªa Arturo P¨¦rez Reverte, sino dejas de tener sentido como periodista para ser miembro de una ONG o misionero.
P. ?Por qu¨¦ el h¨¦roe inexistente.?
R. Es un gui?o al lector para decirle que esto no es un libro de periodistas h¨¦roes, ni de periodistas para periodistas. Es bastante desmitificador y cr¨ªtico con la profesi¨®n, conmigo y con el sistema de trabajo. Cuento historias y sentimientos sin robarle el protagonismo a la gente.
P. En tantas guerras, ?ha llegado a identificarse alguna ocasi¨®n con con un bando?
R. No hay buenos y malos. S¨®lo hay dos bandos: verdugos y v¨ªctimas. Yo tomo partido por las v¨ªctimas, pero sin perder nunca de vista que entre los verdugos hay v¨ªctimas y entre las v¨ªctimas, verdugos. He visto a gente normal convertida en asesino y s¨®lo la cultura y la educaci¨®n pueden servir de contrapeso.
P. ?Hasta qu¨¦ punto son iguales dos guerras?
R. Ir a una guerra pensando que es igual que la anterior es la mejor manera de hacer un mal trabajo. Cada guerra tiene su propio olor, su ritmo, su historia y su explicaci¨®n. Si vas con prejuicios de cualquier tipo es muy f¨¢cil cometer errores.
P. ?Qu¨¦ opina del tratamiento de las guerras por televisi¨®n?
R. La televisi¨®n es un gran perturbador. Eligen los 35 segundos peores y esa no es la realidad. Eso tambi¨¦n lo hago yo, pero escrito no es lo mismo: la televisi¨®n tiene un impacto visual tremendo. Adem¨¢s en Estados Unidos existe otro fen¨®meno. Los informativos se han convertido en entretenimientos noticiosos entre dos anuncios, informativos convertidos en espect¨¢culo, y eso est¨¢ llegando a la prensa escrita.
P. ?Los corresponsales estrella, por ejemplo?
R. Yo tengo muy claro que soy un simple intermediario. No puedo ser jam¨¢s protagononista de la historia y si lo eres en un momento dado porque te han secuestrado en una guerra, has cometido un error. Hay tantos protagonistas que no puedes suplantarles.
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