Gerontocracia
Como no todo el mundo puede ganar 2.000 millones honradamente, algunos ciudadanos se ven en la obligaci¨®n de trabajar. As¨ª, por ejemplo, Tono, un chaval aficionado a los instrumentos musicales de la ¨¦poca cervantina. Lleva muchos a?os apuntado al paro y por fin, hace unas semanas, le llamaron de una ETT. Le ofrecieron trabajar de "documentalista" a 790 pelas brutas la hora (555 sueldo base), quiz¨¢s porque es licenciado en Historia del Arte. Lo de "documentalista" luego se redujo a "clasificar historiales m¨¦dicos", pero le garantizaban un a?o de contrato y acept¨®. Aunque le pillaba lejos, con dos transbordos llegaba al trabajo en hora y media, a las ocho de la ma?ana. S¨®lo ten¨ªa que levantarse a las seis.El primer d¨ªa se encontr¨® muerto de fr¨ªo en un galp¨®n infame, sin iluminaci¨®n y abierto a dos vientos. All¨ª le ordenaron que trasladara de un extremo a otro del almac¨¦n unas cajas de 20 kilos llenas de radiograf¨ªas. Otra chica, contratada por la misma ETT, se lesion¨® la columna a la segunda jornada. El tercer d¨ªa, una vez acarreadas las cajas, recibi¨® la orden de barrer la nave porque la suciedad era perjudicial para las l¨¢minas. El cuarto d¨ªa lo dedic¨® a clasificar radiograf¨ªas. Como no es agradable aguantar de pie ocho horas y no hab¨ªa sillas, se sent¨® en la mesa, pero acudi¨® el capataz muy amostazado y le dijo que ¨¦sa no era manera de trabajar. "?De pie, de pie; hala, hala!". Al sexto d¨ªa le despidieron. Entonces comprendi¨® por qu¨¦ la ETT no le hab¨ªa dado a firmar su contrato. En el finiquito constaba que el trabajo ten¨ªa riesgos laborales y que no hab¨ªa representante sindical. Esto ¨²ltimo era un rasgo de humor negro. Pero faltaba la ¨²ltima humillaci¨®n. El capataz le descont¨® una hora (?500 pelas!): media porque el primer d¨ªa se perdi¨® y lleg¨® con 20 minutos de retraso, la otra media porque el despido se produjo media hora antes de acabar la jornada. La mili era m¨¢s humana.
Que Espa?a va bien es evidente, sobre todo para algunos. Un r¨¦gimen esclavista tiene muchas posibilidades de montar buenos negocios. Hay que ser m¨¢s obtuso, si cabe, que nuestros actuales gerifaltes para arruinar una econom¨ªa basada en la esclavitud de los menores de 30 a?os. Pero exigir a los esclavos que elijan a su amo me parece una crueldad innecesaria. Ret¨ªrenles el voto, por favor.
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