?Est¨¢ muerta la ¨®pera?
La muerte de la ¨®pera se lleva anunciando desde hace ya varias d¨¦cadas. Algunos la situaron en Puccini, otros en Strauss. Sin embargo, el g¨¦nero ha sobrevivido tanteando diferentes caminos y ahora es un muerto que, al menos aparentemente, goza de buena salud. Tres s¨ªntomas: existe una efervescencia del repertorio antiguo que no se limita exclusivamente a Monteverdi; los cl¨¢sicos del siglo XX est¨¢n teniendo una proyecci¨®n cada vez m¨¢s firme; los nuevos t¨ªtulos consiguen la complicidad entusiasta de algunos directores e int¨¦rpretes en la cresta de la ola. Parece por ello como m¨ªnimo inoportuna la afirmaci¨®n del m¨²sico Ryuichi Sakamoto, el pasado lunes en este peri¨®dico, afirmando con rotundidad que la ¨®pera en su concepto tradicional est¨¢ muerta; es m¨¢s, que muri¨® hace mucho tiempo. M¨¢s s¨ªntomas de vitalidad. Esta misma semana han comenzado sus temporadas l¨ªricas dos de los teatros de ¨®pera m¨¢s importantes de Europa: el Covent Garden de Londres y la Scala de Mil¨¢n. El primero, con un nuevo estilo y una llamada a la ilusi¨®n, despu¨¦s de un largo periodo de agitaciones financieras y organizativas; el segundo, con una programaci¨®n que aborda una mayor¨ªa de t¨ªtulos del siglo XX, de autores como Berg, Poulenc, Prok¨®fiev, Britten, Bernstein, Corghi y Nono. Tambi¨¦n hace solamente una semana, el compositor y director de orquesta Peter Ruzicka (D¨¹sseldorf, 1948) ha sido nombrado nuevo director del Festival de Salzburgo, a partir de septiembre del 2001, para sustituir a G¨¦rard Mortier. Los lugares de referencia de la ¨®pera toman posiciones ante el futuro pr¨®ximo. No es un signo de estar agonizando. La denominaci¨®n de Ruzicka ha pillado por sorpresa a casi todos. Los tres nombres que, en unos u otros c¨ªrculos, hab¨ªan sonado con m¨¢s fuerza como posibles sustitutos de Mortier eran Alexander Pereira, Claudio Abbado y Klaus Zehelein. De Pereira contaba a su favor el s¨®lido equipo de artistas con que contaba, desde Harnoncourt hasta Chailly, y la actividad desplegada en una ¨®pera como la de Z¨²rich, modelo de equilibrio entre tradici¨®n y modernidad. De Abbado se valoraban la impecable solidez de sus proyectos culturales y las magn¨ªficas relaciones que mantiene en Salzburgo, en especial con el director administrativo y de conciertos Hans Landesmann. De Zehelein se ten¨ªan en cuenta sus enfoques vanguardistas y atrevidos en la ?pera de Stuttgart e incluso se hab¨ªa considerado como un signo a favor de su candidatura la contrataci¨®n de Hans Neuenfels para el Cos¨¬ fan tutte del pr¨®ximo verano en el festival de los festivales. Mortier ha hablado positivamente en Londres sobre la elecci¨®n de Ruzicka. De hecho, una de las ¨®peras previstas para su a?o de despedida en Salzburgo, Das M?dchen mit dem Schwefellh?lzl de Helmuth Lachenmann, procede de la ?pera de Hamburgo y constituye uno de los ¨¦xitos de mayor repercusi¨®n de la gesti¨®n art¨ªstica de Ruzicka all¨ª, junto a La conquista de M¨¦xico de Wolfgang Rihm. Entre los proyectos como compositor de Ruzicka est¨¢ el estreno en Dresde el a?o 2001 de la ¨®pera Celan, con libreto de Peter Mussbach. Ruzicka fue una de las ¨²ltimas personas en ver a Celan antes de su suicidio y compuso en 48 horas, en abril de 1970, un cuarteto de cuerda como homenaje a su amigo. Para los espa?oles es de especial inter¨¦s recordar que en su desembarco como director de la Bienal de M¨²nich la ¨²ltima primavera, sustituyendo a Hans Werner Henze, la primera ¨®pera que program¨® fue De amore de Mauricio Sotelo. La designaci¨®n de Ruzicka en Salzburgo, al igual que la de Kaiser en Londres, forman parte del paisaje de la primera d¨¦cada del siglo XXI. La ¨®pera no est¨¢ muerta ni siquiera en la UVI. Tiene los achaques propios de la edad, pero de cuando en cuando saca a relucir su experiencia y su empuje creativo. ?Juventud de la vejez o vejez de la juventud? Pues, quiz¨¢, valga la paradoja, las dos cosas.
Babelia
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