La cumbre arranca con el fracaso del Ecofin en el pacto sobre fiscalidad

ENVIADOS ESPECIALESLa cumbre de Helsinki arranc¨® ayer con un sonoro fracaso: los ministros de Econom¨ªa y Finanzas (Ecofin) de los Quince fueron otra vez incapaces de alcanzar un acuerdo para armonizar la fiscalidad europea sobre el ahorro. Los jefes de Estado, ya en las sesiones oficiales del Consejo Europeo, abordar¨¢n de nuevo el asunto, sin ninguna probabilidad de ¨¦xito.

El fracaso del Ecofin estaba anunciado de antemano. La reuni¨®n de anoche parec¨ªa preparada m¨¢s para la galer¨ªa que para forzar verdaderamente un acuerdo en el que nadie confiaba. Y la sesi¨®n de terapia colectiva empez¨® con ducha escocesa a cargo del brit¨¢nico Gordon Brown. El canciller del Exchecker arranc¨® su intervenci¨®n rechazando la ¨²ltima propuesta de compromiso presentada por la Comisi¨®n Europea y la presidencia finlandesa de la Uni¨®n. Para salvar la cara, Brown plante¨® una propuesta alternativa que fue calificada por su colega franc¨¦s, Christian Sautter, de "muy interesante para luchar contra el fraude, pero aqu¨ª estamos hablando de la lucha contra la evasi¨®n fiscal, no contra el fraude".El matiz franc¨¦s tiene su importancia. Lo que el Ecofin intentaba anoche era armonizar la fiscalidad del ahorro. Es decir, evitar que los Estados miembros sigan haci¨¦ndose la competencia entre s¨ª reduciendo la fiscalidad sobre el capital. La consecuencia de esa falta de armonizaci¨®n es que en 10 a?os la fiscalidad que grava el capital ha ca¨ªdo siete puntos mientras la que grava el trabajo ha aumentado 10 puntos.

Mercado opaco

Esta vez ha sido Londres quien ha impedido el acuerdo. Lo ha hecho para mantener en la opacidad su lucrativo mercado de eurobonos, que se ha negado en redondo a incorporar al pacto. Pero no es la primera vez que la Uni¨®n fracasa en este empe?o. Lleva 10 a?os buscando ese acuerdo, desde que se aprob¨® la libertad de circulaci¨®n de capitales, el 1 de julio de 1990 y empez¨® la carrera del dinero por situarse donde m¨¢s opacidad y donde menos impuestos encuentra. Cuando Alemania aplic¨® una retenci¨®n a esos rendimientos del capital, miles de millones de marcos huyeron a Luxemburgo en apenas unos d¨ªas y el Gobierno anul¨® la medida.

Desde entonces la UE busca un acuerdo imposible. En este nuevo intento, el proyecto se asienta sobre dos grandes patas. La primera es un c¨®digo de lealtad en materia de fiscalidad de las empresas. La otra pata es el acuerdo sobre fiscalidad del ahorro, que consiste en optar entre imponer una retenci¨®n del 20% a los rendimientos del capital o bien no imponer retenci¨®n pero comprometerse a informar a las dem¨¢s administraciones fiscales sobre esas inversiones. Una manera de que quienes ocultan esos beneficios puedan ser localizados por su fisco. Pero Londres prefiere que puedan seguir en la opacidad y comprando sus bonos.