LA CR?NICA ?Hola Barcelona! IGNACIO VIDAL-FOLCH
Ahora hace justo 20 a?os que Mar¨ªa Espeus lleg¨® a Barcelona, procedente de su Suecia natal. Lleg¨® como joven fot¨®grafa, arras¨® y se qued¨®, y aqu¨ª est¨¢ la mar de bien en su estudio y vivienda del Raval profundo, cuando no de viaje para alguno de sus trabajos. He ido a verla estos d¨ªas por el siguiente motivo: porque hace alg¨²n tiempo que me vengo preguntando sobre mi generaci¨®n, sobre si esa generaci¨®n tiene funci¨®n, sobre su extra?a amorfidad, pasividad, escepticismo, el hecho de que no haya dado ni un solo escritor indiscutible, ni un editor, ni una sola autoridad acad¨¦mica, etc¨¦tera; en fin, que me parece que se ha callado siempre y acomodado al papel de generaci¨®n perdida y me temo que alg¨²n d¨ªa las generaciones posteriores nos pasar¨¢n cuentas a nosotros de por qu¨¦ hicimos lo que hicimos, o sea, por qu¨¦ no hicimos nada. De verdad que esto me preocupa. Aunque tampoco me quita el sue?o, precisamente porque pertenezco a esa generaci¨®n esc¨¦ptica y perdida.Y bueno, pensando en fen¨®menos generacionales no llego a ninguna tesis que valga la pena exponer, pero recuerdo la exposici¨®n que el 23 de marzo de 1982 abri¨® Mar¨ªa Espeus en el Instituto de Estudios Norteamericanos, titulada Hola Barcelona, y que vi y todav¨ªa veo en el cine de mi mente (por emplear una expresi¨®n consagrada por el poeta; qu¨¦ poeta es ¨¦se no lo recuerdo) como una pel¨ªcula en blanco y negro del tiempo del cine mudo, lo cual se ajusta a los hechos porque las fotos de Mar¨ªa en Hola Barcelona eran en suntuoso blanco y negro, y yo las contempl¨¦ mudo de estupor por el desparpajo que supon¨ªa esa iniciativa de proponer como objetivos fotografiables gente que destacar, a los miembros de mi generaci¨®n. Espeus hab¨ªa retratado a 175 j¨®venes que hac¨ªan cosas en la ciudad, y propon¨ªa sus rostros como los rostros de la ¨¦poca, de la contemporaneidad. El criterio de selecci¨®n carec¨ªa de pretensiones: ella retrataba a la gente que le ca¨ªa bien, y punto. Pero como la fot¨®grafa sueca estaba en todas las salsas, trascendi¨® por la ciudad la idea, la convicci¨®n, de que aquellos muchachos y muchachas encarnaban el esp¨ªritu de los tiempos y ser¨ªan los protagonistas de la transformaci¨®n de la ciudad en otra cosa ?En qu¨¦ otra cosa? Eso estaba por determinar, pero desde luego ser¨ªa una cosa menos franquista y m¨¢s divertida.
La verdad es que aquella exposici¨®n, cuyas im¨¢genes repaso ahora con Mar¨ªa, y nos sonre¨ªmos de lo preparados e interesantes que ven¨ªan todos los modelos a sacarse la foto (tendemos a creer que de verdad la foto "inmortaliza"), no es exactamente generacional, no exactamente de mi generaci¨®n, pues muchos de los all¨ª fijados eran algo mayores; pero en esp¨ªritu l¨²dico y, c¨®mo decirlo, vocaci¨®n radical o marginal (no hay que tomarse estos adjetivos al pie de la letra), dispusi¨¦ramos o no de protectora red familiar, s¨ª que todos ¨¦ramos un poco miembros de la misma generaci¨®n. Le confieso a Mar¨ªa que recuerdo el d¨ªa de la inauguraci¨®n y que al contemplar los rostros de amigos y conocidos reproducidos a aquella gran escala y monumentalizados por el arte de su c¨¢mara, me pareci¨® tremenda injusticia no figurar en la lista de las 175 promesas de la ciudad.
-Porque aunque yo no tuviera grandes merecimientos -le digo-, tampoco los ten¨ªa mi amigo Fulano o cierta gandula de buen ver, y a ellos bien que los retrataste.
-S¨ª, hubo muchos celos -responde Mar¨ªa-. Aquel d¨ªa, mucha gente me preguntaba: "?y a m¨ª por qu¨¦ no me has pedido una foto? ?Por qu¨¦ est¨¢ Fulano, y yo no?".
Es interesante repasar la lista de los 175; quiz¨¢, desde un punto de vista menos nost¨¢lgico que antropol¨®gico y sociol¨®gico, ser¨ªa a¨²n m¨¢s interesante volver a poner en pie aquella exposici¨®n y ver qu¨¦ se hizo de todas y cada una de aquellas promesas barcelonesas. Por cierto, que la primera promesa que se cumpli¨® fue la misma Mar¨ªa Espeus, porque a partir de esta su primera exposici¨®n la llamaron de todas partes para hacer retratos y se introdujo en el mundo de la fotograf¨ªa publicitaria, en el que ha vivido hasta ahora.
De las dem¨¢s promesas, unas cuantas -Alberto Cardin, Pep¨®n Corominas, Juan Fatj¨®, Jorge Furest, Oca?a, Pau Maragall, Gato P¨¦rez...- han fallecido prematuramente; otros se fueron a buscarse la vida a Madrid: Javier Rubio, Federico Jim¨¦nez Losantos, Lola D¨ªaz, Luiz Fern¨¢ndez, El Hortelano, Ouka Lele... Otros han triunfado en la vida; otros se malograron. Y otros...
Autoretrato de Mar¨ªa Espeus.
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