M¨²sica contempor¨¢nea fuera de tiempo y lugar
Un ensayo de Alessandro Baricco provoca un debate sobre la importancia del p¨²blico entre los compositores
Si usted no entiende ni siente nada cuando escucha una obra de lo que se ha dado en llamar m¨²sica culta contempor¨¢nea; si a la salida de un concierto se ve en la obligaci¨®n de mentir diciendo que lo que ha o¨ªdo es muy interesante, no tema. Desde que el pasado verano se publicara en Espa?a el ensayo de Alessandro Baricco El alma de Hegel y las vacas de Wisconsin, hay una pila de argumentos contundentes para defender que la m¨²sica que se compone hoy est¨¢ en crisis o alejada del p¨²blico. En Espa?a, compositores como Cristobal Halffter, Mauricio Sotelo o Luis de Pablo creen que no es as¨ª; otros lo suscriben.Baricco, autor del ¨¦xito editorial Seda, ha sido cr¨ªtico musical del diario La Stampa, y cree que la m¨²sica actual, heredera de la Escuela de Viena y las vanguardias de principios de siglo, tuvo su raz¨®n de ser en una ¨¦poca, pero que ya no vale el argumento de que las composiciones de ahora se entender¨¢n dentro de 50 a?os, que se ha demostrado que ese camino es antiguo, y que el p¨²blico nunca lo va a entender porque frustra constantemente sus expectativas.
Jos¨¦ Luis Turina, compositor y recuperador de la ¨®pera Margarita la tornera, que se estrena hoy en el Teatro Real, asegura que "las tesis de Baricco son ciertas". A su juicio, engarzan con las teor¨ªas que sostiene Leonard B. Meyer en La emoci¨®n y el significado de la m¨²sica. "El p¨²blico acude a los conciertos con unas expectativas que espera que se le satisfagan, y si el compositor no lo hace, se pierde la percepci¨®n activa y se crea un ruido blanco que no aporta nada", dice. Eso no significa que este profesor de armon¨ªa descalifique nada de antemano. "No", dice, "pero para m¨ª, la creaci¨®n hoy debe tener un pie en el futuro y otro en el pasado, para no cometer errores que ya se ve que no conducen a ninguna parte".
Giaccomo Puccini y Gustav Mahler son, seg¨²n Baricco, los compositores m¨¢s visionarios y que mejor han conectado con el p¨²blico de este siglo recorriendo caminos nuevos y radicales. Puccini, dice, invent¨® la canci¨®n ligera y dio espectacularidad al teatro musical, algo que se ha desarrollado mucho en la posteridad. Albert Guinovart, compositor y pianista, comparte esa visi¨®n. "Ahora, estos compositores que se dicen vanguardistas desprecian a Puccini, a Rachmaninov, a Prokofiev o a Poulenc porque hay miedo a emocionarse. En las vanguardias est¨¢ mal visto hacer m¨²sica para emocionar. Prima el medio, lo que est¨¢ escrito en la partitura, sobre el fin, la comunicaci¨®n con el p¨²blico", dice Guinovart, "y eso es m¨²sica especulativa".
"A m¨ª, como creador, no me interesa hacer nada de espaldas al p¨²blico", a?ade. "No quiero ser original a base de hacer cosas raras, y adem¨¢s pienso que en este siglo ha habido muy poca honestidad a la hora de componer y se ha llamado m¨²sica a lo que s¨®lo es pura experimentaci¨®n".
Para Crist¨®bal Halffter, quiz¨¢ el compositor espa?ol vanguardista m¨¢s reconocido en la actualidad (sin olvidarnos de Xavier Montsalvatge), y que estrenar¨¢ el 23 de febrero pr¨®ximo su Quijote en el Teatro Real, el divorcio de la m¨²sica con el p¨²blico tiene mucho que ver con "la interpretaci¨®n que se hace en directo de las obras, que muchas veces no es buena". Pero tambi¨¦n influyen otras cosas, como la informaci¨®n: "Nuestras obras son desconocidas, no se les presta atenci¨®n y el p¨²blico se enfrenta a ellas sin referencias; tampoco en los conservatorios se ense?an debidamente".
Adem¨¢s, el autor y director de orquesta dice que en las obras de hoy no ha hecho todav¨ªa su funci¨®n la criba del tiempo. "S¨®lo permanecer¨¢ lo que merezca la pena, que obviamente no es todo lo que se est¨¢ haciendo".
Es lo mismo que opina Mauricio Sotelo, autor de la ¨®pera De amore, que se estren¨® este a?o en el Teatro de la Zarzuela. Sotelo, de 38 a?os, cree que "la obra de arte es un milagro" y que no todo lo que se hace hoy es bueno. "Es m¨¢s, hay mucha basura, pero es lo que ha ocurrido siempre, obras de arte hay contadas, pero a lo largo de la historia se han consagrado muchas obras mediocres" , a?ade.
El tiempo ser¨¢, pues, implacable, pero este devoto de Luigi Nono, m¨²sico italiano vanguardista del presente siglo, cree que el divorcio con el p¨²blico no es tanto. "Lo es en las salas con programas mediocres, pero no en otras de Viena, Berl¨ªn, Hamburgo o Amsterdam, en donde he visto a la gente enloquecer", asegura.
Luis de Pablo, de 69 a?os, pendiente del estreno de La se?orita Cristina, su cuarta ¨®pera, en el Real (ser¨¢ en el 2001), se pone furioso. "No s¨¦ si llegar¨¦ a verlo como me sigan haciendo entrevistas de este tipo", avisa. Para De Pablo, los argumentos de Baricco est¨¢n "mal planteados". "Ni la m¨²sica de ahora se basa en la Escuela de Viena, liderada por Sch?nberg, ni hay divorcio con el p¨²blico. Pero, claro, eso depende de a qui¨¦n se dirija usted, si ese p¨²blico se cree que lo ¨²nico v¨¢lido es el verismo italiano, mal vamos".
Para el compositor vasco, los triunfos de compositores como Ligeti o Stockhausen desmienten a Baricco, "lo mismo que el hecho de que cada vez haya m¨¢s j¨®venes int¨¦rpretes interesados en lo contempor¨¢neo", zanja.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.