La UE invita a Turqu¨ªa con fuertes condiciones
Solana logra en un viaje rel¨¢mpago que Ankara asuma las exigencias de los Quince
ENVIADO ESPECIALEuropa tendi¨® la mano a Turqu¨ªa. Pero Turqu¨ªa s¨®lo la agarr¨® a medias: aunque la Bolsa celebr¨® el hecho con un alza del 14%, el Gobierno fue mucho m¨¢s ambiguo y pidi¨® en un primer momento "aclaraciones", insinuando que manten¨ªa recelos ante los detalles. Los 15 jefes de Estado o de Gobierno de la Uni¨®n Europea (UE) decidieron ayer en la cumbre de Helsinki elevar el estatuto de Turqu¨ªa, desde la categor¨ªa de pa¨ªs asociado a la de pa¨ªs candidato a integrarse -alg¨²n d¨ªa- en el club comunitario. Grecia levant¨® sus obst¨¢culos hist¨®ricos y su amenaza de veto, al obtener garant¨ªas suficientes sobre Chipre, el litigio del mar Egeo y la democratizaci¨®n del gigante vecino, aunque formuladas de manera que Ankara no las digeriera como un tr¨¢gala. Los t¨¦rminos utilizados, muy diplom¨¢ticos, lograron disolver a ¨²ltima hora de la noche las reticencias turcas.
Debido a estas reticencias, el alto representante de la Pol¨ªtica Exterior y de Seguridad Com¨²n de la Uni¨®n, Javier Solana, parti¨® ayer tarde por sorpresa y con urgencia hacia Ankara para tratar de disolverlas. "Soy optimista, creo que superaremos las ¨²ltimas dificultades", manifest¨® Solana a EL PA?S al subir la escalerilla del avi¨®n.El acuerdo de ayer deber¨ªa cauterizar una herida enquistada desde hace lustros y que se infect¨® en la cumbre de Luxemburgo. Ahora hace dos a?os, los Quince, a instancias de Atenas, exigieron por escrito una retah¨ªla de condiciones a Turqu¨ªa para consagrarla como candidata a la ampliaci¨®n, que Ankara entendi¨® como una afrenta al orgullo nacional.
Afrenta, sobre todo, porque fue aderezada con una torpeza del primer ministro luxemburgu¨¦s, Jean Claude-Juncker, quien denunci¨® -certera, pero imprudentemente- al Gobierno turco por "torturador". La respuesta fue el rechazo de Ankara a integrarse en una especie de "sala de espera", una inane Conferencia Europea de opereta. Algo que ha envenenado las relaciones euroturcas y provocado problemas, de rebote, en la OTAN, cuyo principal socio, EEUU, ha presionado intensamente a sus aliados europeos en b¨²squeda de una soluci¨®n.
Pero ¨¦sta no llegaba. La inmensa mayor¨ªa de los 15 Gobiernos estaba dispuesta a reconvertir la dureza de lo acordado en Luxemburgo. All¨ª se exigi¨® a Ankara, como condiciones previas a su candidatura, que ajustase "las normas y pr¨¢cticas en materia de derechos humanos" con las europeas (abolici¨®n de la pena de muerte); que practicase el "respeto de las minor¨ªas y su protecci¨®n (problema kurdo); que estableciese "relaciones satisfactorias y estables" con Grecia, y que sometiese al Tribunal Internacional de La Haya el litigio territorial del mar Egeo. Tanta concreci¨®n se entendi¨® en Ankara como un diktat inaceptable e incompatible con su soberan¨ªa nacional. Y tambi¨¦n como una prueba de que la UE discriminaba a Turqu¨ªa respecto de otros candidatos del Este, carentes, a su vez, de democracias bien perfiladas, como Eslovaquia.
Estos dos a?os han aproximado posiciones, sobre todo desde que los terremotos del verano sirvieron al nuevo ministro de Exteriores griego, Yorgos Papandreu, para descabalgar a su pa¨ªs del veto sistem¨¢tico a las medidas de aproximaci¨®n de Turqu¨ªa. As¨ª, la cumbre de Helsinki se abri¨® bajo el designio de llegar a un texto de condiciones que fuese gen¨¦rico y v¨¢lido para todos los candidatos, o sea, no discriminatorio, y que al mismo tiempo contuviera unas exigencias a Turqu¨ªa suficientes como para que Grecia obtuviese las garant¨ªas suficientes sobre su vecino y diese luz verde al acuerdo.
El texto consensuado ayer contiene tres puntos b¨¢sicos:
Mar Egeo. No se le menciona espec¨ªficamente, para no discriminar. El Consejo Europeo s¨®lo "enfatiza la importancia del principio de arreglo pac¨ªfico de las disputas" territoriales, e "insta a los candidatos a resolver cualquier disputa fronteriza relevante". Si no lo logran, deber¨ªan someterse en "un plazo razonable, como m¨¢ximo hasta final del 2004", a la jurisdicci¨®n del Tribunal de La Haya. El plazo es suficientemente amplio, pero a Ankara le disgustaba esta obligaci¨®n y arg¨¹¨ªa que cuatro pa¨ªses de la UE no someten a La Haya sus litigios territoriales. Por ejemplo, Espa?a, no reconoce su competencia para el caso de Gibraltar.
Chipre. Los Quince huyen del riesgo de incentivar el desinter¨¦s de los grecochipriotas en llegar a un pacto para reunificar la isla, algo que ocurrir¨ªa si se aprobase -como quer¨ªa Atenas- que Chipre acceder¨ªa a la UE "autom¨¢ticamente" al cumplir los requisitos econ¨®micos. Y evitan otro riesgo, otorgar a los turcochipriotas y a Turqu¨ªa un veto indirecto, algo que suceder¨ªa si declarase que la reunificaci¨®n constituye un requisito. Soluci¨®n: enfatizan que "un arreglo pol¨ªtico facilitar¨¢" el ingreso de Chipre entero, pero si no se produce, "la decisi¨®n del Consejo sobre la adhesi¨®n se tomar¨¢ sin que lo anterior constituya una precondici¨®n".
Derechos humanos. "Turqu¨ªa es un Estado candidato destinado a adherirse a la UE sobre los mismos criterios" que se aplican a otros (no discriminaci¨®n). Pero en el di¨¢logo pol¨ªtico abierto los Quince "pondr¨¢n ¨¦nfasis especial" en los derechos humanos, "sobre la base de anteriores conclusiones del Consejo Europeo".
Los arquitectos-redactores de la oferta fueron el primer ministro griego, Costas Simitis, y Solana, con apoyo del subsecretario de Exteriores finland¨¦s, Jaakko Blomberg. Los negociadores discutieron los detalles durante dos horas y "agotaron todas las posibilidades que ofrec¨ªa el margen de maniobra griego", indic¨® una fuente comunitaria. El jefe de la diplomacia turca, Ismail Cem, fue informado de las conclusiones en caliente, aunque con car¨¢cter oficioso.
Los Quince bendijeron el texto y sellaron su pacto interno. Pero acordaron declarar en p¨²blico ¨²nicamente que Turqu¨ªa es ya candidata y que no se la discriminar¨¢, a la espera de una reacci¨®n oficial positiva de Ankara. Tras conocer la noticia, el Gobierno turco reaccion¨® de forma ambigua, con una satisfacci¨®n muy contenida y pidiendo "aclaraciones" a los Quince, con lo que insinuaba que manten¨ªa recelos. Para disolver esas reticencias, los primeros ministros europeos decidieron enviar a Ankara, con car¨¢cter de urgencia, a Solana, considerado por los turcos como un excelente interlocutor tras su experiencia como secretario general de la Alianza Atl¨¢ntica. La misi¨®n se entend¨ªa tambi¨¦n como "un gesto pol¨ªtico especial" hacia el Gobierno turco, para apoyarle ante el desasosiego que muestra parte de su opini¨®n p¨²blica. "Hemos estado en contacto permanente con todos, por eso soy optimista, creo que superaremos las ¨²ltimas dificultades", declaraba Solana a este diario al embarcar rumbo a Ankara. Los hechos le daban la raz¨®n al filo de la medianoche.
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