El "caso Trivi?o"

JAVIER P?REZ ROYOLa alegr¨ªa que a todos nos ha producido la decisi¨®n del tribunal marroqu¨ª acordando la puesta en libertad sin fianza del camionero de Guadix Manuel Trivi?o no debe hacernos perder de vista la perversidad del procedimiento a trav¨¦s del cual dicho resultado se ha alcanzado.

En esta ocasi¨®n, tal vez porque el reino de Marruecos est¨¢ inmerso en un proceso de transici¨®n y puede haber habido un cierto inter¨¦s por parte de las autoridades de aquel pa¨ªs en que no se mirara con demasiado detalle a su forma de administrar justicia, o tal vez porque las circunstancias del caso son tan claras que el propio tribunal ha considerado que ten¨ªa que actuar de la forma en que lo ha hecho, o tal vez por cualquier otra circunstancia que desconocemos, de lo que no cabe duda es de que el resultado ha sido excelente.

Pero tampoco cabe duda de que el procedimiento a trav¨¦s del cual se ha conseguido dicho resultado ha sido perverso. ?Qu¨¦ habr¨ªa ocurrido si las circunstancias hubieran sido desfavorables? ?Es razonable hacer depender la decisi¨®n de un tribunal de justicia de una presi¨®n como la que se ha ejercido en este caso sobre el tribunal marroqu¨ª?

El caso Trivi?o, adem¨¢s de alegrarnos por el desenlace, deber¨ªa servir para que se hicieran las gestiones que condujeran a que un caso parecido no pueda volver a repetirse.

Ni los camioneros espa?oles pueden verse obligados a trabajar en las condiciones de inseguridad que el caso Trivi?o ha puesto en evidencia, ni un tribunal marroqu¨ª debe volverse a ver sometido a la presi¨®n a la que se ha visto sometido el que ha resuelto este caso.

Precisamente porque el caso ha salido bien, deber¨ªamos aprovechar la experiencia para negociar y evitar que pueda volver a repetirse. Las relaciones con Marruecos son important¨ªsimas para nosotros y debemos hacer todo lo posible para que tales relaciones se canalicen jur¨ªdicamente, es decir, de una manera lo m¨¢s objetiva y razonablemente previsible.

No hay relaci¨®n entre dos pa¨ªses que pueda descansar en la inseguridad en el tr¨¢fico de personas y mercanc¨ªas, por un lado, y en la presi¨®n sobre el proceso de administraci¨®n de justicia, por el otro.

No s¨¦ c¨®mo habr¨¢ sido vivido el caso Trivi?o en Marruecos, pero no me extra?ar¨ªa que lo haya sido de una manera muy distinta a como lo hemos vivido en Espa?a. El precedente ha sido malo. Y esto es algo que en las relaciones entre dos pa¨ªses se apunta y no se olvida. Es posible que no volvamos a o¨ªr nunca nada m¨¢s del caso Trivi?o, pero lo es tambi¨¦n, que, en alg¨²n momento de tensi¨®n con Marruecos por el motivo que sea, se nos eche en cara la falta de respeto por parte de los ciudadanos espa?oles a los tribunales de justicia de un pa¨ªs soberano.

Esto es lo que de verdad deber¨ªa ser motivo de preocupaci¨®n para las autoridades de ambos pa¨ªses. Esperemos que el caso Trivi?o haya servido para eso.