Diez te¨®logos piden perd¨®n para la Iglesia espa?ola por su "implicaci¨®n evidente" en la guerra civil
"Sentimos como un bien deplorar la legitimaci¨®n religiosa de la guerra como cruzada", dicen
"La implicaci¨®n de la Iglesia cat¨®lica en la guerra civil fue evidente", proclaman diez importantes te¨®logos en una Declaraci¨®n de perd¨®n dirigida a la sociedad espa?ola. Los firmantes del documento, todos ellos sacerdotes o religiosos, entre los que se encuentran Jos¨¦ Mar¨ªa Gonz¨¢lez Ruiz y Jos¨¦ Mar¨ªa Castillo, lamentan que 60 a?os despu¨¦s del conflicto "se sigan abrigando actitudes de condena y de irreconciliaci¨®n". "Es hora de que se haga p¨²blico el deseo y la voluntad de la mayor parte. Sentimos como un bien deplorar la legitimaci¨®n religiosa de la guerra como cruzada", a?aden.
La declaraci¨®n de perd¨®n de los te¨®logos no alude al documento sobre el siglo XX hecho p¨²blico por la Conferencia Episcopal Espa?ola el pasado d¨ªa 2 de diciembre, en el que los obispos excluyeron a la Iglesia en su gen¨¦rica petici¨®n de perd¨®n por la guerra civil. "No queremos se?alar culpas de nadie en esta tr¨¢gica ruptura de la convivencia entre espa?oles. Deseamos m¨¢s bien pedir el perd¨®n de Dios para todos los que se vieron implicados en acciones que el evangelio reprueba", dijeron los obispos.La jerarqu¨ªa cat¨®lica bendijo el golpe militar de 1936 con multiples proclamas, calific¨® como "cruzada" la guerra posterior y apoy¨® la dictadura del general Franco en una estrecha comuni¨®n conocida como nacionalcatolicismo. Sin embargo, la jerarqu¨ªa actual considera que la Iglesia fue una v¨ªctima en aquel conflicto y que, en todo caso, si estuvo en uno de los bandos, "fue al que le echaron obligada", dijo el arzobispo de Oviedo, Gabino Diaz Merch¨¢n, durante un acto religioso celebrado en Tur¨®n (Asturias), con motivo de la beatificaci¨®n por el Papa de nueve religiosos asesinados en 1934.
"La implicaci¨®n de la Iglesia cat¨®lica en la guerra civil fue evidente, debido sobre todo al papel hegem¨®nico de la jerarqu¨ªa en el sentido de apoyar y legitimar a un bando", afirma ahora la declaraci¨®n de perd¨®n firmada por los te¨®logos Jos¨¦ Mar¨ªa Gonz¨¢lez Ruiz, Jos¨¦ Mar¨ªa Castillo, Joaqu¨ªn Garc¨ªa Roca, Casimiro Mart¨ª, Julio Lois, Benjam¨ªn Forcano, Jes¨²s Burgaleta, Juan Antonio Estrada, Rafael Aguirre y Jos¨¦ Mar¨ªa Mardones. "Somos un grupo de sacerdotes y religiosos a los que, por el hecho de haber nacido en Espa?a, nos configura su historia y su cultura, para bien y para mal", dicen los te¨®logos antes de advertir que la declaraci¨®n "podr¨ªa haber sido suscrita tambi¨¦n por seglares cristianos", pero que deliberadamente se ha reducido "por la raz¨®n de que el clero y los religiosos ejercieron un cierto papel preponderante en la guerra civil". "La consiguiente responsabilidad que eso supuso debiera haber sido analizada y asumida a tiempo. Es, pues, nuestra intenci¨®n saldar esa deuda y alentar todo cuanto contribuya al acercamiento y colaboraci¨®n entre todos los espa?oles", a?aden.
Los te¨®logos plantean, en primer lugar, un desmarque "de quienes, tanto de una como de otra parte, reclaman s¨®lo m¨¦ritos y derechos y acumulan sobre la otra culpas y responsabilidades". Lo cierto es que la desgracia de la guerra se produjo con la participaci¨®n de ambas partes, "convencidas seguramente", dicen los te¨®logos, "de que ambas estaban haciendo lo mejor para que el pa¨ªs mantuviera los rasgos m¨¢s valiosos de su identidad y avanzase hacia una mayor prosperidad y justicia". "Sin duda, los excesos, la crueldad, las equivocaciones y las culpas est¨¢n por ambas partes", a?aden.
Los te¨®logos reconocen que muchos no vivieron esa guerra, pero que a todos alcanza "por esa transmisi¨®n secreta de unas generaciones a otras". "Muchos no fueron actores de la misma y, en estricto sentido, de nada habr¨ªan de arrepentirse o de qu¨¦ pedir perd¨®n. Pero no por ello podremos afirmar f¨¢cilmente que hemos permanecido neutrales. Nos hemos ido sumando al lado y peso de una u otra parte, asumiendo posiciones, ideas y prejuicios respectivos. No es, pues, posible una exculpaci¨®n a la ligera", dicen.
Hechas esas consideraciones, los te¨®logos se proclaman parte de esa Iglesia, aunque en tiempos y circunstancias bien diferentes, y declaran sentir "como un bien deplorar la legitimaci¨®n religiosa de la guerra como cruzada, que contribuy¨® a dividir y a encender y oponer radicalmente los ¨¢nimos".
Muchas cosas malas
"No esperamos a que otros, sean de la una o de la otra parte, expresen una confesi¨®n de arrepentimiento para que nosotros hagamos la nuestra". Y a?aden: "Habr¨ªa sido enormemente positivo que esta confesi¨®n bilateral se hubiera dado ya, incluso oficialmente, por ambas partes, y se hubiera consolidado socialmente. Por nuestra parte, reconocemos que, por unas u otras razones, por omisi¨®n o comisi¨®n, hubo muchos errores, muchas cosas malas, de las que no nos hemos visto libres y de las que no queremos estar ausentes por lo menos con el recuerdo, el arrepentimiento y el prop¨®sito de que no se vuelvan a repetir".
Los te¨®logos terminan la declaraci¨®n ofreciendo su "disponibilidad a la reconciliaci¨®n profunda, al di¨¢logo, al respeto, a la convergencia y la colaboraci¨®n en los grandes temas comunes", despu¨¦s de apelar a cuantos se hayan sentido "defraudados, discriminados, maltratados y excluidos" para que "se abran a la magnanimidad" y les hagan llegar el perd¨®n "por esa v¨ªa secreta de la generosa y positiva convivencia".
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