Sevilla ensaya la Navidad
Todav¨ªa no hace mucho fr¨ªo en Sevilla, ni siquiera es invierno, pero no hace falta: para celebrar la Navidad no es necesario adornar un abeto, ni escuchar villancicos. Todo el mundo sabe que la Navidad espa?ola empieza con los acordes de los ni?os de San Ildefonso. Y Sevilla tuvo ayer su ensayo de Loter¨ªa Nacional. El bel¨¦n entero se mont¨® en la calle Jes¨²s del Gran Poder, n¨²mero 8. El caso es que dos hermanos, Manuel y Francisco Borrero Rodr¨ªguez, que regentan un estanco y una administraci¨®n de loter¨ªa en esa calle, sellaron el boleto de la Primitiva premiado el domingo con 2.091 millones de pesetas. La calle era ayer un hervidero de periodistas curiosos, clientes disgustados por no ser ellos los que tuvieron suerte y bancarios que iban y ven¨ªan por si aparec¨ªa el afortunado llevarle en volandas al exquisito mundo de los clientes preferentes. No apareci¨®, claro. Y cuando el agraciado no est¨¢, los que sellan los boletos se convierten en protagonistas.
En pleno centro de Sevilla, los hermanos Borrero se hicieron cargo del estanco en 1936, un negocio que ya hab¨ªan regentado sus padres. Desde entonces, la suerte ha pasado por all¨ª en varias ocasiones y en diferentes cantidades. El establecimiento tiene un premio con solera porque el juego de las quinielas se sella all¨ª desde que se invent¨®.
Pero ayer la suerte lleg¨® en forma de n¨²meros y no de resultados futbol¨ªsticos: 1, 6, 18, 19, 31, 42. Complementario, el 33 y reintegro, el 8. Salieron a la calle a colgar los d¨ªgitos bajo una nube de c¨¢maras de televisi¨®n. S¨®lo faltaba el champ¨¢n. "Sorpresas que la vida nos depara", mov¨ªa la cabeza Francisco Borrero.
Su hermano Manolo no sabe qu¨¦ har¨ªa con esos millones de haber acertado ¨¦l con el dichoso n¨²mero. "Eso no se puede predecir hasta que no te pasa". Pero como esto es un ensayo adelantado de la Navidad todo eran ayer buenos presagios y deseos: "S¨®lo espero ver la cara de satisfacci¨®n del agraciado". Eso, si la ve, porque cabe la posibilidad de que el que se ha hecho con la millonada haga las gestiones desde el Caribe.
Creen los dos hermanos que tiene que ser una sola persona y del barrio, un cliente habitual. Pero ninguno de los que se acercaron ayer lo era. Pas¨® una se?ora a comprar los sellos: "Demasiado dinero para una persona", dijo.
Ya. Que se lo pregunten a Joaqu¨ªn Velasco, que tambi¨¦n se acerc¨® al estanco a comprobar la suerte de sus n¨²meros. Dec¨ªa este cliente que si los hubiera ganado ¨¦l, un mes entero se perd¨ªa, seguro. "Despu¨¦s lo pensar¨ªa y... Ya ver¨ªamos a ver. Pero, desde luego, no volver¨ªa a trabajar m¨¢s".
Pero la loter¨ªa es como el toro: unos bordan la faena mientras los dem¨¢s miran desde el tendido, se les cae la baba, y vuelven al trabajo al d¨ªa siguiente.
As¨ª le pasaba ayer al poeta Paco V¨¦lez, que, desde la acera de enfrente, observaba el hormiguero que se mont¨® a la puerta del estanco: "F¨ªjate", dec¨ªa ensimismado, "Paco, el estanquero, que se enter¨® ayer de la noticia y hoy se ha vestido con su traje y su corbata como para ir al Corpus".
El bel¨¦n se complet¨® en ese momento con otra figurilla: es el cantautor Benito Moreno, que se enter¨® a qu¨¦ ven¨ªa todo ese barullo: "Ah, pues felicidades", le dedica a un afortunado desconocido. ?l no ha tenido tanta suerte, porque su ¨²ltimo disco se titula Me han quitado lo bailado.
Al fondo de la calle suenan los villancicos de los grandes almacenes; y ha llovido, para que todo parezca m¨¢s Navidad. La tienda que linda con el estanco se llama El Disparate. Y ya tenemos gordo.
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