El Gobierno de Quebec rechaza la "ley de la claridad" de Ottawa y presenta una alternativa en la C¨¢mara provincial
La decisi¨®n de Ottawa de no aceptar el resultado de un futuro refer¨¦ndum separatista si los independentistas de Quebec obtieenen mayor¨ªa simple ha desatado una pol¨¦mica que enturbia el ambiente pol¨ªtico canadiense. El Gobierno de Quebec quiere dejar claro que no reconoce la "ley de la claridad" (que estipula que el Parlamento federal decidir¨¢ el tipo de pregunta y los votos necesarios para reconocer el resultado de la eventual consulta independentista) y ayer present¨® su propia ley en la Asamblea Nacional quebequesa.Mientras, en el Parlamento federal de Ottawa, los diputados del Bloque Quebequ¨¦s (BQ) continuaron tratando por todos los medios de ralentizar al m¨¢ximo la discusi¨®n de la ley apadrinada por el primer ministro canadiense, Jean Chr¨¦tien, y el martes, por segundo d¨ªa consecutivo, interrumpieron durante 90 minutos el proceso.
"?ste es un d¨ªa muy triste. La C¨¢mara de los Comunes est¨¢ intentando negar la voluntad leg¨ªtima de la Asamblea Nacional y desestimar la democracia en Quebec", dijo el portavoz del BQ, Gilles Duceppe. La introducci¨®n de la ley quebequesa que reafirma que "s¨®lo el pueblo de Quebec tiene derecho a decidir su propio futuro" ha creado un nuevo foco de tensi¨®n en el Parlamento provincial donde se enfrentan el gobernante Partido Quebequ¨¦s (PQ) y el opositor Partido Liberal de Quebec. El primer ministro de Quebec, Lucien Bouchard, quiere que su ley sea aprobada un¨¢nimemente por todos los diputados y el martes espet¨® al l¨ªder liberal en la Asamblea Nacional, Jean Charest: "Creo que el l¨ªder de la oposici¨®n debe decidir a qui¨¦n elige: a Jean Chr¨¦tien o a Quebec". Pero Charest hasta el momento se ha negado a participar en este peligroso juego de fidelidades: ya ha dejado claro que no le gusta la "ley de la claridad" y ahora ha anunciado que se opondr¨¢ a la contralegislaci¨®n que el PQ tiene preparada.
A medida que arrecia la batalla entre los nacionalismos de federalistas e independentistas, los gestos e insultos suben de tono. El ministro de Asuntos Intergubernamentales de Quebec, Joseph Facal, uno de los miembros m¨¢s radicales del Gabinete Bouchard, ha calificado la ley de proyecto de corte sovi¨¦tico que convierte a Canad¨¢ en una prisi¨®n.
Bouchard ha dicho que la ley es como "una mancha para la tradici¨®n democr¨¢tica canadiense". Y los diputados del BQ han lanzado ep¨ªtetos como "fascista" y "traidor" al ministro federal St¨¦phane Dion, encargado de presentar la ley en el Parlamento. Por su parte, Dion ha acusado al Gobierno del PQ de querer enga?ar al pueblo quebequ¨¦s en el refer¨¦ndum con preguntas ama?adas y ha a?adido que los "l¨ªderes separatistas no defienden los derechos de los quebequeses".
En 1980 y 1995 el Gobierno de Qu¨¦bec pregunt¨® a la poblaci¨®n si deseaban renegociar una nueva relaci¨®n pol¨ªtica y econ¨®mica con Canad¨¢. Los independentistas se quedaron en 1980 lejos de la mayor¨ªa simple, pero en 1995 el margen fue de s¨®lo un 0,5% de los votos.
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