Detenido el presidente del M¨¢laga por contrabando y blanqueo de capitales
La pasada primavera, la ciudad core¨® su nombre, anoche durmi¨® en comisar¨ªa acusado de ser el jefe de los contrabandistas. Fernando Puche Do?a, presidente del M¨¢laga Club de F¨²tbol, al que consigui¨® devolver a la primera divisi¨®n despu¨¦s de nueve a?os, fue detenido ayer por la polic¨ªa acusado de introducir millones de cajetillas de tabaco rubio en el mercado il¨ªcito y de blanquear grandes cantidades de dinero, para lo que teji¨® una complicada red de sociedades. Se calcula un fraude fiscal superior a los 2.500 millones de pesetas. Desde el inicio de la operaci¨®n ya han sido detenidas m¨¢s de 80 personas en todo el pa¨ªs.
Fernando Puche es un gran cliente de las multinacionales tabaqueras -l¨¦ase Philip Morris y Reynolds-; no as¨ª de la Hacienda espa?ola. La polic¨ªa lo ten¨ªa enfilado desde hace tiempo, por eso y por la sospecha de que se dedicaba al contrabando a gran escala. Nunca consiguieron pillarle, aunque s¨ª le dieron el susto de sentarle en un banquillo. Fue hace dos a?os. Un fiscal de Algeciras (C¨¢diz) lo acus¨® de cometer varios delitos relacionados con el contrabando en 1991 y 1992 en compa?¨ªa de cuatro de sus em-pleados y un guardia civil. Los trabajadores fueron condenados a penas de c¨¢rcel y fuertes multas por introducir 150.000 cajetillas de tabaco rubio en el mercado negro, pero Puche -que ya era presidente del M¨¢laga- y el guardia civil salieron del juicio sin un rasgu?o siquiera. El fiscal recurri¨®, pero pasado el tiempo se arrepinti¨® y retir¨® el recurso.Ahora, los cargos contra Fernando Puche, que tiene 53 a?os y cuatro hijos, van mucho m¨¢s all¨¢ del simple contrabando. Se le acusa de idear un complejo sistema para vestir de legal -al amparo de Fernando Puche, SL, su empresa de avituallamiento de buques- lo que no es m¨¢s que contrabando puro y duro. Muy sofisticado, eso s¨ª, a tenor de lo investigado por el juzgado n¨²mero seis de M¨¢laga y las unidades policiales contra el crimen organizado. Atr¨¢s quedaron los sistemas tradicionales: el pasar de matute un cami¨®n de contrabando desde Andorra o Gibraltar, con la ¨²nica ayuda de la ausencia de luna y el eventual soborno de un aduanero.
Ahora todo es m¨¢s de guante blanco. Y la clave -o una de ellas- se llama dep¨®sito fiscal. Fernado Puche trabajaba fundamentalmente con dos, uno ubicado en Logro?o y otro en Bilbao. A grandes rasgos, la polic¨ªa atribuye al presidente del M¨¢laga el siguiente maniobrar: adquirir, directamente o a traves de sociedades interpuestas bajo su control, grandes cantidades de tabaco destinadas presuntamente al mercado exterior, por lo que estaban exentas de los fuertes grav¨¢menes que suponen aranceles, IVA e impuestos especiales. Una vez depositados los cargamentos en los dep¨®sitos fiscales -a la te¨®rica espera de clientes extranjeros-, la estrategia consist¨ªa en simular una operaci¨®n con un pa¨ªs no comunitario, para lo cual se hac¨ªa necesaria la falsificaci¨®n de documentos. El tabaco era entonces cargado en camiones de gran tonelaje con destino a los puertos internacionales donde deb¨ªa ser embarcado. Pero ah¨ª estaba el truco, siempre seg¨²n la investigaci¨®n judicial. A mitad de camino -normalmente alg¨²n punto de Andaluc¨ªa, entre las provincias de M¨¢laga y Sevilla- el tabaco desaparec¨ªa.
O mejor dicho, desaparec¨ªa del mundo de lo legal para convertirse en tabaco de contrabando: un negocio redondo. No hay m¨¢s que recordar un dato: algo m¨¢s de la mitad del precio de una cajetilla de tabaco corresponde a impuestos, dinero para el Estado. Con el sistema presuntamente ideado por los contrabandistas, la Hacienda no ve ni una peseta, y todo el beneficio se queda en el complicado -aunque muy bien afinado- mundo de los contrabandistas. Camioneros, peones de descarga, testaferros y hombres de paja, agentes corruptos...
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La operaci¨®n se inici¨® en 1997 y desde entonces la polic¨ªa ha detenido a unas 80 personas, desde delincuentes de poca monta hasta personas tan respetadas en su ¨¢mbito social como el propio presidente del M¨¢laga. Los ¨²ltimos arrestos se produjeron ayer, en una acci¨®n simult¨¢nea ejecutada en M¨¢laga, Barcelona y Valencia.
En M¨¢laga, junto a Fernando Puche fue detenido el vicepresidente del club, Pedro Antonio Mart¨ªn Graciani, y registradas las empresas Export Import Disalbe y Alberto N¨²?ez. Se les acusa de cuatro delitos: fraude fiscal, blanqueo de capitales, falsedad documental y contable. En Barcelona fueron registradas las sedes de Proimar S. A y de Ocemar S. A; y en Valencia, Famar S. L. Pero en ning¨²n lugar se arm¨® el revuelo que en M¨¢laga, donde el detenido no s¨®lo era un hombre de negocios, sino mucho m¨¢s: el salvador del equipo de la ciudad. Tanto es as¨ª que desde que la noticia trascendi¨® -alrededor del mediod¨ªa- el punto m¨¢s animado de la ciudad fue el puerto, donde se encuentra la empresa de Puche.
Junto a los trabajadores, una nutrida representaci¨®n de polic¨ªas y periodistas esperaron durante las m¨¢s de seis horas que dur¨® el registro la salida de Fernando Puche. Lo hizo sonriente, sin esposar, en un visto y no visto, apenas unos segundos desde que su figura se intuy¨® entre los polic¨ªas uniformados que montaban guardia y el veh¨ªculo camuflado que lo condujo a gran velocidad a comisar¨ªa, donde pas¨® su primera noche sin libertad, a la espera de que hoy sea puesto a disposici¨®n judicial. Fue entonces -casi las seis de la tarde- cuando los empleados aplaudieron a su jefe, por el que llegaron a derramar algunas l¨¢grimas y arremetieron -como terapia de desahogo- contra los fot¨®grafos y reporteros de televisi¨®n que montaban guardia. C¨¢maras rotas, chaquetas desgarradas, tensi¨®n.
La operaci¨®n judicial y policial, que ayer se cobr¨® 11 detenciones y a¨²n sigue abierta, supone una importante vuelta de tuerca a la lucha contra el contrabando. Hasta ahora, polic¨ªas, agentes de aduanas y guardias civiles se dedicaban a intentar combatir -con m¨¢s empe?o que acierto- el floreciente comercio de tabaco rubio ilegal, tan f¨¢cil de encontrar en cualquier sem¨¢foro de M¨¢laga o Sevilla o en las bocas del metro de Madrid, a base de operaciones de incautaci¨®n. Ahora la vista no estaba puesta en las aprehensiones, sino en desbaratar la compleja red de sociedades tejida para convertir el contrabando en una cuesti¨®n m¨¢s de despachos que de frontera. A tenor de las primeras estimaciones -m¨¢s de 2.500 millones de fraude fiscal-, lo estaban consiguiendo. ?so y el blanqueo de capitales. Hay que tener en cuenta que cada cami¨®n de tabaco rubio colocado en el contrabando genera inmediatamente un mont¨®n de millones en el m¨¢s literal sentido. Dinero sucio que necesita ser lavado.
La operaci¨®n policial -realizada por orden del juez de M¨¢laga- se ha centrado precisamente en intentar desbaratar los mecanismos que estaban sirviendo a los presuntos contrabandistas para parecer, a ojos de la sociedad, ciudadanos pr¨®speros e intachables.
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