Ruiz-Gallard¨®n est¨¢ dispuesto a abrir 'narcosalas' pese a la oposici¨®n de un organismo de la ONU

La ONU no mira con buenos ojos las narcosalas como la que se abrir¨¢ en Madrid en febrero pr¨®ximo con el visto bueno del Gobierno de Alberto Ruiz-Gallard¨®n. La pol¨¦mica ha estallado de nuevo despu¨¦s de que el primer ministro de Australia, John Howard, haya solicitado que se suspenda la apertura de una narcosala proyectada en el Estado de Nueva Gales alegando que la Junta Internacional de Fiscalizaci¨®n de Estupefacientes (JIFE), dependiente de la ONU, reprueba tales establecimientos. "Nosotros no vamos a incumplir ning¨²n convenio porque no vamos a ayudar a inyectarse al toxic¨®mano, lo que en cambio s¨ª estaba contemplado en el proyecto de Australia", dice Jos¨¦ Cabrera, gerente de la Agencia Antidroga.

"El Gobierno de Espa?a ni siquiera nos ha informado del proyecto de narcosalas. Nos hemos enterado por la prensa. Pero no podemos ser nosotros quienes llamemos a su puerta para dar consejos", declar¨® ayer, sorprendido, Herbert Schaepe, secretario de la JIFE. Este organismo, en su informe de 1998, "insta a todos los Estados a que consideren detenidamente todas las consecuencias" de tales establecimientos.El proyecto de narcosalas, que durante los ¨²ltimos meses ya ha sido objeto de fricciones entre la Comunidad y el Ayuntamiento de Madrid, vuelve a ser objeto de pol¨¦mica. Ahora, la espoleta ha sido la disposici¨®n del primer ministro australiano para que no se abra una narcosala en Nueva Gales. Inmediatamente se ha trasladado el caso australiano a Madrid.

Sin embargo, Jos¨¦ Cabrera, director gerente de la Agencia Antidroga, asegura que el plan previsto en Madrid no tiene nada que ver con el de Australia. "Por lo que yo s¨¦, en Australia iban a abrir salas de venopunci¨®n atendidas por personal sanitario sin especificar, que, en el caso de que el drogadicto lo necesitara, le ayudar¨ªa f¨ªsicamente a inyectarse. Eso no es lo que va a ocurrir en Madrid. Si se hiciera eso, incurrir¨ªamos en delito", explica.

"Nosotros vamos a poner en la narcosala un dispositivo multiprofesional -asistentes sociales, m¨¦dicos, enfermeras- que en ning¨²n caso van a ayudar a pincharse al drogadicto", agrega Cabrera. "Nadie va a tocar a esa persona ni la papelina que se vaya a inyectar. Eso s¨ª, si sufre alg¨²n problema o una parada respiratoria, se le practicar¨¢ la respiraci¨®n y se le trasladar¨¢ r¨¢pidamente a un hospital en la ambulancia que estar¨¢ permanentemente en la puerta de la sala de venopunci¨®n", recalca.

Derecho a "picarse"

El celo con que se respetar¨¢ la ley en la proyectada sala de Las Barranquillas -la primera que se abrir¨¢ en Madrid- es tal, que incluso habr¨¢ un vigilante jurado que impedir¨¢ incluso que un toxic¨®mano inyecte la hero¨ªna otro. "Nuestra postura es facilitar que esas personas se administren la dosis en las mejores condiciones higi¨¦nicas y evitar la propagaci¨®n de enfermedades contagiosas. Las personas tienen derecho a picarse hero¨ªna y el C¨®digo Penal no lo impide", mantiene Cabrera.

La sala de venopunci¨®n o narcosala, que se instalar¨¢ en el poblado de Las Barranquillas (Vallecas Villa), funcionar¨¢ a finales de febrero, seg¨²n anunci¨® ayer en la Asamblea el presidente del Gobierno regional, Alberto Ruiz-Gallard¨®n. ?ste asegur¨® que el proyecto de Madrid "no tiene nada que ver con el de Australia".

El pasado d¨ªa 2, la Comunidad de Madrid inform¨® en un comunicado oficial que "el Gobierno de Madrid abrir¨¢ en enero el primer punto de venopunci¨®n, que tendr¨¢ capacidad para atender a 150 personas diarias", tras el apoyo recibido por todas las administraciones e instituciones implicadas en la lucha contra las drogodependencias.

Ruiz-Gallard¨®n explic¨® que el proyecto australiano, recriminado ahora por la ONU, prev¨¦ la "administraci¨®n asistida de droga", algo que no se har¨¢ en la narcosala madrile?a. Se mostr¨® seguro de que esta "iniciativa contribuir¨¢ a reducir la mortalidad de los drogodependientes y las enfermedades infecto-contagiosas".

El Gobierno regional invertir¨¢ el a?o 2000 unos 20 millones para la adquisici¨®n del local, 7 millones para obras de acondicionamiento y 80 millones para su funcionamiento.

Javier Hern¨¢ndez, portavoz del Plan Nacional sobre Drogas, replic¨® ayer a la Junta Internacional de Fiscalizaci¨®n de Estupefacientes (JIFE), diciendo que el programa previsto en Madrid "no incumple ninguna convenci¨®n de la ONU, sino que es un m¨¦todo para la reducci¨®n de da?os", al garantizar la higiene y evitar la propagaci¨®n de enfermedades.

"El dispositivo que se propone desde la Comunidad de Madrid es el de reducci¨®n del da?o, en el cual el usuario entra en la narcosala con su droga, se inyecta ¨¦l solo y tiene la posibilidad de analizar ¨¦l mismo la sustancia que se va a suministrar", reiter¨® Cabrera, quien est¨¢ convencido de que esto "no tiene ninguna traba legal en Espa?a". Cabrera se reunir¨¢ la pr¨®xima semana con el fiscal Antidroga, Juan Ortiz ?rculo, para "limar las suspicacias" que pueda suscitar en los fiscales el funcionamiento de la sala de Las Barranquillas.

En Europa hay dispositivos de inyecci¨®n en Austria, Suiza, Holanda y Alemania, gestionados y supervisados por instituciones p¨²blicas, hasta tal punto que en los locales de Amsterdam (Holanda) la polic¨ªa colabora con los servicios asistenciales de las salas de venopunci¨®n.

Cabrera se?ala que la JIFE "no tiene claro" el asunto de las narcosalas y se limita a "verlo con preocupaci¨®n" . Pero fuentes pr¨®ximas a este organismo de la ONU consideran una contradicci¨®n que est¨¦n prohibidos la producci¨®n y el tr¨¢fico de narc¨®ticos y, en cambio, se mejoren las condiciones para su consumo.