Las cementeras reclaman los residuos urbanos para usarlos como combustible

Las cementeras espa?olas han dado un paso al frente para ofrecerse a los ayuntamientos y hacerse cargo de una parte de los residuos que se generan en las ciudades y en determinadas industrias como acer¨ªas, papeleras y azucareras. Su oferta no es desinteresada. Evitar¨ªa que muchos de esos residuos vayan a parar a vertederos, ahorrar¨ªa combustibles y los aprovechar¨ªan como materia prima, aumentando as¨ª su competitividad. En pa¨ªses europeos como Suiza, Francia o B¨¦lgica, estos residuos suponen m¨¢s del 20% del combustible que usan las cementeras. En Espa?a este porcentaje no llega al 1%.

La imagen de valles cubiertos de polvo blanco ha identificado siempre la presencia de una cementera, pero ese retrato ha desaparecido en la mayor parte de los casos, aunque Espa?a lidere la producci¨®n europea de cemento.La emisi¨®n de part¨ªculas a la atm¨®sfera ha descendido un 80% en 20 a?os (1975-1995), y se espera que llegue al 90% para el a?o 2005. Tambi¨¦n han reducido sus niveles de emisiones de CO2, seg¨²n Rafael Fern¨¢ndez, director de la Agrupaci¨®n de Fabricantes de Cemento de Espa?a.

Al aplicar medidas correctoras de su impacto ambiental, las cementeras han descubierto que por esa v¨ªa pueden mejorar su rendimiento y reducir sus costes energ¨¦ticos. Una cementera como la de Hisalba, en Jerez de la Frontera (C¨¢diz), donde se fabrican 700.000 toneladas al a?o, gasta 900 millones de pesetas en energ¨ªa para mantener sus hornos a temperaturas entre 1.500 y 1.600 grados.

Desde hace meses, la planta de Jerez y otras, tambi¨¦n propiedad del grupo Holderbank, primer productor mundial de cemento, han empezado a quemar neum¨¢ticos usados como comustible alternativo. "Por ahora no nos es rentable, por las inversiones que hemos tenido que hacer", dice Francisco Garc¨ªa Giner, director de Hisalba en Espa?a. "Nos pagan siete pesetas el kilo de neum¨¢tico que nos dan, pero deber¨ªamos cobrar 50".

Con las nuevas instalaciones, la cementera podr¨¢ quemar 1.500 toneladas de neum¨¢ticos al mes. En la planta de Lorca y otras pertenecientes a distintas sociedades (hay 39 f¨¢bricas en Espa?a), ya han empezado a quemar neum¨¢ticos. La mayor parte de las 175.000 toneladas que se generan al a?o en Espa?a acaban en barrancos o vertederos.

Para Carlos Mart¨ªnez Orgado, director del Club Espa?ol de los Residuos, la eliminaci¨®n de los neum¨¢ticos en cementeras es una de las mejores opciones para valorizar estos residuos, ya que no produce efectos ambientales, y parte de sus compuestos f¨¦rricos emigran al cemento como un componente m¨¢s. "Adem¨¢s, la directiva de vertederos proh¨ªbe que en ellos se depositen los neum¨¢ticos", dice.

Control de emisiones

Las cementeras tambi¨¦n pueden aprovechar como combustible los aceites usados, los disolventes org¨¢nicos no susceptibles de recuperaci¨®n, los subproductos de las papeleras y los pl¨¢sticos. En pa¨ªses como Austria, aportan el 27% del consumo energ¨¦tico de las cementeras, un porcentaje superior al de Suiza, B¨¦lgica o Francia, y m¨¢s del doble que la media europea, que supera ligeramente el 10%. En Espa?a s¨®lo representa el 1%.

En lo referente a materias primas, los residuos tambi¨¦n aportan componentes como las cenizas de pirita, las arenas de fundici¨®n, los escombros de demolici¨®n, las espumas de las azucareras o los lodos de las papeleras. Para Mart¨ªnez Ordago lo importante es que los fabricantes de residuos certifiquen su composici¨®n, de manera que no sea necesario medir las emisiones como se hace con las incineradoras. Pero la pol¨ªtica de la Uni¨®n Europea no va por ah¨ª, sino por aplicar los mismos l¨ªmites de emisiones a todo tipo de instalaciones que queman o incineran, seg¨²n el borrador de una nueva directiva que se est¨¢ discutiendo.

Desde el punto de vista de los ecologistas, las incineradoras son rechazadas porque se les atribuye la emisi¨®n de dioxinas y furanos, unos compuestos cancer¨ªgenos. Pero, a medida que se han dotado de filtros para reducir las emisiones, se ha demostrado que estas instalaciones hacen de sumideros de esas sustancias y que las principales fuentes que los generan est¨¢n en otros sitios, tales como la industria f¨¦rrica o los alimentos..

Estefan¨ªa Blunt, de CCOO, afirma que este procedimiento de eliminaci¨®n resulta incoherente con las pol¨ªticas de residuos. Apostar por ¨¦l impide el desarrollo de otras alternativas para la reutilizaci¨®n y el reciclaje de residuos y, a?ade, puede aumentar el riesgo para la salud de los trabajadores que los manipulan. Seg¨²n el Instituto para la Diversificaci¨®n y Ahorro de la Energ¨ªa (IDAE), interesado en la eficiencia energ¨¦tica, el principal obst¨¢culo que salvar es el rechazo social, y la ¨²nica alternativa para que la incineraci¨®n de algunos residuos en cementeras se acepte radica en la transparencia informativa y en la difusi¨®n de los proyectos entre los colectivos afectados, incluidos los ayuntamientos.