Misi¨®n de audaces
El art¨ªculo Callej¨®n con salida, de Francesc de Carreras, tiene ante todo la virtud de aclarar lo que encierran esas referencias a "soluciones audaces e imaginativas" para la cuesti¨®n vasca: una v¨ªa supuestamente democr¨¢tica a la secesi¨®n. Si los vascos encarnados en el PNV quieren la independencia, ?por qu¨¦ no abrirles el camino hacia ella?El planteamiento, de apariencia impecable, tropieza de entrada con un inconveniente. Como dem¨®crata, es l¨ªcito defender la v¨ªa vasca hacia la secesi¨®n, aunque el conjunto de felicidades para todos que enumera Carreras si se pone en pr¨¢ctica el desmantelamiento de la siempre desagradable "unidad de Espa?a" -h¨¢bil gui?o de descalificaci¨®n- sea m¨¢s propio de un anuncio navide?o que de un razonamiento serio. Pero como constitucionalista es una pura y simple trampa pasar por alto lo que dice el art¨ªculo 2: "La Constituci¨®n se fundamenta en la indisoluble unidad de la naci¨®n espa?ola". En consecuencia, todo artilugio para montar otro Estado dentro de lo que hoy es Espa?a resulta contrario a la letra y el esp¨ªritu de esa clave de b¨®veda del ordenamiento. Habr¨ªa que ir hacia otra Constituci¨®n, donde el derecho de autodeterminaci¨®n se viera expl¨ªcitamente reconocido y regulado, lo cual, por otra parte, siempre ser¨ªa mejor que las chapuzas basadas en la interpretaci¨®n torticera de los "derechos hist¨®ricos" o en las ocurrencias de arbitristas jur¨ªdicos para dinamitar desde dentro el ordenamiento constitucional.
Por otra parte, la caracterizaci¨®n de la coyuntura que hace Carreras se apoya en un supuesto falso sobre otro supuesto falso. Primero, el PNV no fue "valiente" despu¨¦s de Lizarra; su campa?a electoral para el Parlamento vasco en 1998 insisti¨® una y otra vez en que el problema era la paz; el pol¨ªtico quedaba para m¨¢s tarde, creo que para el a?o 2003. Se cuid¨® muy bien de centrar la campa?a sobre el independentismo. Segundo, hubo kale borroka y tambi¨¦n atentados intimidatorios permanentemente despu¨¦s de Lizarra. Tercero, lo que hace HB es explorar otra v¨ªa, la "democr¨¢tica", bajo la espada de Damocles del terror, de acuerdo con ETA, a quien da el primer gora Otegi en la manifestaci¨®n del 4 (v¨¦ase Telecinco, 20.30). Por algo la banda calla. El tigre est¨¢ satisfecho. Cuarto, ?desde cu¨¢ndo hay que "atender" a "representantes cualificados" de una opci¨®n pol¨ªtica para abrir la v¨ªa a la independencia -es decir, a la destrucci¨®n de un viejo Estado- si no hay dato alguno de que esa sea la posici¨®n mayoritaria en la sociedad vasca? Y quinto, para legitimar el independentismo del PNV, escribe Carreras que "no se est¨¢ ya bajo el chantaje de las pistolas". De nuevo es preciso evocar aquello de que no hay peor ciego que el que no quiere ver. Cuando ya no hay tregua, cualquier d¨ªa puede haber un atentado si ETA cree de nuevo "tener raz¨®n", seg¨²n antes le concede incre¨ªblemente el articulista, impera otra vez el impuesto revolucionario y se han visto los papeles de Bel¨¦n G.Pe?alva, ?c¨®mo cabe caracterizar de modo tan disparatado la situaci¨®n?
Conclusi¨®n: o mis datos son falsos, y son comprobables, o el art¨ªculo no supone sino un empuj¨®n m¨¢s hacia el callej¨®n sin salida en el tema vasco.- . .
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.