?Paz en C¨®rcega?
DIEZ D?AS despu¨¦s de que el primer ministro franc¨¦s decidiera iniciar un proceso de di¨¢logo con los nacionalistas corsos sobre el porvenir de la isla, el envite de Lionel Jospin ha dado su primer fruto relevante con el anuncio de una tregua indefinida, sin condiciones y unilateral, por parte del principal movimiento armado independentista de la isla y otras tres organizaciones menores. El comunicado de FLNC-Canal hist¨®rico, tan importante como esperado, abre la puerta a la pacificaci¨®n de la peque?a isla mediterr¨¢nea francesa, tras m¨¢s de veinte a?os de violencia, que culmin¨® en febrero de 1998 con el asesinato del prefecto Claude Erignac, el representante de Par¨ªs en el territorio.El anuncio de ayer lat¨ªa tras la reuni¨®n de Par¨ªs, el 13 de diciembre, entre Jospin y cinco de sus ministros con casi una treintena de cargos electos corsos, entre ellos dos representantes del independentismo. El primer ministro franc¨¦s se?al¨® en aquel largo encuentro, en el que todos los concurrentes encontraron motivos para el optimismo, una clara ruptura con administraciones anteriores. Al nuevo enfoque no es ajeno, sin duda, el procesamiento del prefecto Bernard Bonnet, sucesor del asesinado Erignac, por la naturaleza de sus m¨¦todos en la lucha contra el independentismo, m¨¦todos de "guerra sucia" capitalizados por los nacionalistas en las elecciones de este a?o.
Jospin ha sido tajante al asegurar que su Gobierno combatir¨¢ la violencia siempre y en cualquier circunstancia, pero a la vez no ha excluido del debate ning¨²n tema que sea percibido como importante por los corsos. Y ha prometido un proceso transparente, sin tab¨²es y fiscalizado por la ciudadan¨ªa a lo largo del calendario de debates que sobre el porvenir de la peque?a isla (250.000 habitantes) debe de comenzar en un par de meses a lo sumo. Nadie pronunci¨® en Matignon la palabra autonom¨ªa, pero los nacionalistas recordaron que sus reivindicaciones fundamentales siguen siendo el reconocimiento del pueblo corso, la evoluci¨®n institucional, la fiscalidad y la ense?anza obligatoria de la lengua insular.
Francia, un Estado centralista, donde la ciudadan¨ªa es la identidad suprema y las derivas etnicistas no gozan de simpat¨ªa, tampoco ha podido escapar al fen¨®meno del terrorismo. Este mismo mes las fuerzas de seguridad detuvieron a un grupo relevante del independentismo bret¨®n, recrudecido en los ¨²ltimos tiempos y conectado con ETA. C¨®rcega es caso aparte. Entre otros factores, por su misma condici¨®n insular, situaci¨®n econ¨®mica, m¨ªnimo nivel decisorio y la fragmentaci¨®n entre sus grupos independentistas armados y sus v¨ªnculos con la delincuencia mafiosa. Y aunque su terrorismo es de baja intensidad comparado con el que ha padecido el Ulster o todav¨ªa sufre Espa?a, ha sido suficiente para mantener en vilo durante dos d¨¦cadas a una isla cuyos habitantes, por otra parte, se pronuncian regularmente en contra de la separaci¨®n de Par¨ªs.
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