En aras de la paz social
Fue la sorpresa de ¨²ltima hora del gabinete que eligi¨® Manuel Chaves hace casi cuatro a?os. Una decisi¨®n que cogi¨® de improviso a todos, incluso al propio Guillermo Guti¨¦rrez, quien mientras el presidente hac¨ªa p¨²blico el Ejecutivo auton¨®mico para la legislatura, asimilaba su designaci¨®n como consejero de Trabajo e Industria, que conoci¨® apenas una hora antes. "Me di un largo paseo", recuerda Guti¨¦rrez y evoca una mezcla de sensaciones: "Mucho orgullo y, por qu¨¦ no decirlo, cierto miedo".El nuevo consejero hered¨® un ¨¢rea que, de la mano de Gaspar Zarr¨ªas, hab¨ªa tenido una inusitada relevancia pol¨ªtica. Con Gutierrez, la Consejer¨ªa (de la que se separ¨® Asuntos Sociales a los pocos meses) rebaj¨® su vertiente medi¨¢tica, una circunstancia que facilit¨® el acercamiento entre sindicatos y los empresarios y que ha desembocado en un co-gobierno de facto en los asuntos laborales.
La pacificaci¨®n de las relaciones sociales (a¨²n con los conflictos de Astilleros y R¨ªo Tinto en la rec¨¢mara) y la incorporaci¨®n de sindicatos y patronal a la planificaci¨®n de inversiones p¨²blicas es uno de los hitos de la legislatura, f¨¢cilmente constatable en una larga sucesi¨®n de documentos firmados por UGT, CCOO, la CEA y la Junta: adem¨¢s del Acuerdo por la Concertaci¨®n Social, renovaron, en 1997, el Pacto por el Empleo, que destinaba 200.000 millones en incentivos econ¨®micos a las empresas para crear empleo y, cada a?o, consens¨²an el dise?o de la formaci¨®n profesional.
La paz social es una condici¨®n necesaria, pero como demuestran los datos, no suficiente para superar el reto de la econom¨ªa andaluza: reducir el paro. El crecimiento de la regi¨®n ha disparado la creaci¨®n de puestos de trabajo, pero la comunidad no ha reducido en la misma proporci¨®n su diferencial de paro con otras regiones; el incremento de la poblaci¨®n activa (se?al de mejores expectativas) ha evitado un mayor recorte de la tasa de desempleo (a¨²n un 13%).
La pol¨ªtica de empleo de la Consejer¨ªa se ha dirigido fundamentalmente a ofrecer una bater¨ªa de incentivos a las empresas, que se ha cerrado con un plan para reactivar la dimensi¨®n exterior de las pymes. El otro pilar de la estrategia, la formaci¨®n adaptada a las necesidades laborales, cuenta con la bendici¨®n de los agentes sociales, pero est¨¢ limitada por una restricci¨®n de partida: a pesar de las promesas de Javier Arenas, el anterior ministro de Trabajo, Andaluc¨ªa sigue siendo la ¨²nica comunidad hist¨®rica que a¨²n no gestiona las pol¨ªticas activas de empleo (cerca de 90.000 millones anuales). Esta transferencia pendiente es el ¨²nico conflicto de competencias que Guti¨¦rrez mantiene abierto con el Gobierno central; a diferencia de otros compa?eros de gabinete, evita, en lo posible, el argumento del "desprecio de Madrid".
La producci¨®n legislativa de la Consejer¨ªa se ha apoyado m¨¢s en los decretos que en las leyes , si bien aqu¨ª hay que recordar la Ley de Cooperativas (1998) o el proyecto de ley de C¨¢maras de Comercio, que ya deber¨¢ ser debatido en la pr¨®xima legislatura. Todos los grupos pol¨ªticos coinciden en fijar como prioridad legislativa la reforma de la ley de Comercio; Guti¨¦rrez cree necesario regular las nuevas modalidades comerciales, adaptar las sanciones y conceder al Gobierno andaluz la preminencia en la autorizaci¨®n de licencias para limitar la concentraci¨®n de grandes superficies. "Si no lo he hecho antes, es por que la ley naci¨® del consenso de los grupos pol¨ªticos y he esperado a que alguno tomase la iniciativa parlamentaria", argumenta.
Entre los decretos, figuran dos normas de indudable calado pol¨ªtico: la creaci¨®n del Consejo Econ¨®mico y Social de la regi¨®n, tras una complica negociaci¨®n que empez¨® hace casi siete a?os, y la aprobaci¨®n de incentivos p¨²blicos a las empresas que creen empleo mediante la reducci¨®n de la jornada laboral. El primer a?o de las 35 horas deja, en el sector privado, resultados tibios (3.300 empleos, seg¨²n la Junta). Un impasse que parece destinado a perpetuarse: la patronal tiene bloqueada la negociaci¨®n colectiva en este aspecto y el Ejecutivo es muy reimiso a forzar la reducci¨®n por ley
En la pol¨ªtica industrial, la gesti¨®n de Guti¨¦rrez refleja un cambio de rumbo: ahora, el Gobierno andaluz prefiere evitar la participaci¨®n en el capital de empresas, excepto en sectores estrat¨¦gicos como las telecomunicaciones, y apuesta por medidas indirectas como la creaci¨®n de infraestructuras (parque aeron¨¢utico en Sevilla, parque joyero en C¨®rdoba) o los incentivos a empresas, como recoge el nuevo Plan Industrial de Andaluc¨ªa (1999-2003) dotado con 247.000 millones.
El consejero no llegar¨¢ a cubrir, por poco, su compromiso de llevar el gas natural a las ocho capitales andaluzas: en M¨¢laga a¨²n no se ha ejecutado el proyecto aprobado y Almer¨ªa est¨¢ pendiente de un convenio firmado por Guti¨¦rrez con Endesa. Eso s¨ª, en estos a?os se ha puesto la base de nuevas formas de explotaci¨®n energ¨¦tica, como las plantas de ciclo combinado y la Consejer¨ªa tambi¨¦n ha retomado su apuesta por la energ¨ªa e¨®lica, que parec¨ªa olvidada.
La producci¨®n industrial est¨¢ a la altura de otros sectores emblem¨¢ticos de la econom¨ªa andaluza, como la agricultura y el turismo pero sigue sin tener buena prensa. Y sucesos como la rotura de la balsa minera de Boliden manchan el expediente. "Ha sido un hecho pol¨ªtico de gran relevancia", concede Guti¨¦rrez cuya cabeza fue pedida con insistencia por la oposici¨®n. La dificultad para deslindar responsabilidades en el caso Aznalc¨®llar y la eficacia en las tareas de limpieza terminaron por aflojar la presi¨®n.
El consejero que "carg¨®" con el vertido t¨®xico en el Guadiamar
"?Se ha planteado usted dimitir?". Durante dos o tres meses Guillermo Guti¨¦rrez, afront¨® en conferencia de prensa o en el Parlamento la pregunta m¨¢s temible para un responsable pol¨ªtico: toneladas de lodos t¨®xicos anegaban a¨²n el valle del Guadiamar. Algo m¨¢s de un a?o despu¨¦s del 25 de abril de 1998, la fecha maldita del revent¨®n de la balsa minera de Boliden, los mineros de Aznalc¨®llar saludaron con un fuerte aplauso su entrada en la carpa que la empresa instal¨® para festejar la reapertura. "Me cost¨® controlarme", reconoce Guti¨¦rrez, al que se le escap¨® alguna l¨¢grima aquel mediod¨ªa.Su defensa de la reanudaci¨®n de la actividad minera en Aznalc¨®llar, le vali¨® enconadas cr¨ªticas de los ecologistas y alg¨²n que otro desacuerdo con el consejero de Medio Ambiente, Jos¨¦ Luis Blanco. "Es un hombre que ha sabido dar la cara", asegura Manuel Pastrana, secretario regional de UGT. Una valent¨ªa o temeridad que le llev¨® el pasado 28 de febrero a Santa Cruz de Mudela (Ciudad Real) para intentar apaciguar los ¨¢nimos de los mineros del Alto Guadiato; un guardia civil tuvo que rescatarle de un grupo de manifestantes que le cerc¨®.
La trayectoria pol¨ªtica de Guti¨¦rrez, militante del PSOE andaluz desde 1969 es amplia: fue teniente de alcalde en el Ayuntamiento de Sevilla, y portavoz adjunto en la anterior legislatura parlamentaria. Pero ninguna quiniela le situaba en el Ejecutivo. "Lleg¨® al Gobierno por cuestiones de equilibrio interno del PSOE, por reconocer el poder de Sevilla", apunta desde fuera Francisco R¨ªos (IU).
Guti¨¦rrez ha protagonizado algunas intervenciones a destiempo, como cuando sugiri¨® que eran posibles modificaciones en el decreto de reducci¨®n de jornada para evitar que los empresarios rompieran el pacto social; una postura que fue reconducida por el consejero de la Presidencia, Gaspar Zarr¨ªas. En todo caso, tanto la oposici¨®n parlamentaria como los agentes sociales coinciden en considerarle "una persona dialogante".
Su sorpresivo nombramiento marc¨® el inicio de su legislatura. Sobre el final, hay discrepancias. Mientras Salvador Fuentes (PP) le reconoce logros (el nuevo plan industrial o los estimulos a la internacionalizaci¨®n de las empresas), R¨ªos cree que "la Consejer¨ªa se arrastra desde lo de Aznalc¨®llar", cosa que Manuel Pastrana niega con vehemencia. En el tiempo de descuento de su mandato, Guti¨¦rrez tir¨® de iron¨ªa, otro de los rasgos resaltados por sus rivales parlamentarios: en una de las ¨²ltimas comisiones de la legislatura, el PP volvi¨® a preguntarle sobre cu¨¢l era la pol¨ªtica industrial de su departamento; Guti¨¦rrez no dud¨® en remitir a la oposici¨®n a "la pr¨®xima consejera".
Guti¨¦rrez resume cuatro a?osPP e IU eval¨²an su gesti¨®n
"Cuando empezamos, est¨¢bamos en un momento muy complicado: hab¨ªa, al menos, un gran conflicto laboral en cada provincia; cuatro a?os despu¨¦s, creo que se puede decir que Andaluc¨ªa tiene una paz social casi absoluta: ahora, los empresarios y los sindicatos resuelven sus problemas por la v¨ªa del di¨¢logo, lo que se ha convertido en uno de nuestros grandes activos econ¨®micos ante los inversores. Y entre los logros, tambi¨¦n destacar¨ªa la transformaci¨®n de Andaluc¨ªa en regi¨®n industrial; en este aspecto ya s¨®lo vamos detras de Madrid y Barcelona y estamos al mismo nivel que el Pa¨ªs Vasco".Salvador Fuentes (PP): "Ha sido una legislatura perdida para la pol¨ªtica industrial; se han trabajado tres a?os con criterios caducos y s¨®lo al final se ha aceptado la realidad. En la coordinaci¨®n interior y exterior del comercio tambi¨¦n se ha empezado muy tarde. Y la jornada de 35 horas es un fracaso".
Francisco Rios (IU): "La paz social por la paz social no es suficiente; la calidad del empleo no ha mejorado, todav¨ªa hay mucha precariedad y las tasas de siniestralidad son propias del Tercer Mundo. Y la contaminaci¨®n industrial sigue sin afrontarse con seriedad: ah¨ª est¨¢ el caso de Aznalc¨®llar"
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