Francia declara el estado catastr¨®fico en 60 de los 83 departamentos que componen el pa¨ªs
El Gobierno franc¨¦s declar¨® ayer el estado de cat¨¢strofe natural en 60 de los 83 departamentos del pa¨ªs y reforz¨® con 6.000 soldados las brigadas de trabajadores p¨²blicos que tratan de levantar los tendidos el¨¦ctricos, despejar las v¨ªas f¨¦rreas y de carretera y resta?ar los da?os, inmensos, causados por los pasados vendavales. A falta de una cifra definitiva, se calcula que los da?os econ¨®micos superar¨¢n con creces los 30.000 millones de francos (750.000 millones de pesetas). Los vientos huracanados han provocado una terrible devastaci¨®n en el magn¨ªfico parque forestal franc¨¦s.
Unos 60 millones de metros c¨²bicos de ¨¢rboles han sido arrasados, echando por tierra d¨¦cadas de trabajo. El Ministerio de Cultura adelant¨® ayer 400 millones de francos (1.000 millones de pesetas) para hacer frente a los destrozos causados en la catedral de Notre Dame, en Par¨ªs, en la de Ru¨¢n, en el castillo de Versalles y en otros edificios emblem¨¢ticos del patrimonio franc¨¦s.Sin luz, sin agua, sin calefacci¨®n, millones de franceses se disponen a despedir el a?o en una situaci¨®n de precariedad e inquietud desconocidas, con la mirada puesta en el cielo y en los r¨ªos que siguen creciendo de caudal y amenazan con desbordarse. Aunque la preocupaci¨®n es general -las aguas del Sena inundan las v¨ªas bajas de circulaci¨®n que discurren a sus m¨¢rgenes-, la inquietud se centra particularmente en el Loira y el Sarthe, que han superado las cotas de alerta. Los fabricantes de velas trabajan a pleno rendimiento estos d¨ªas para hacer frente a la extraordinaria demanda de los comercios, y las tejas y los materiales de bricolaje comienzan a escasear en el mercado franc¨¦s.
En contraste con el brillo festivo de los m¨²ltiples actos programados para celebrar la entrada en el nuevo milenio, el fin de a?o franc¨¦s de 1999 parece caracterizado por la sensaci¨®n de desastre y de luto, te?ido simb¨®licamente por la marea negra del petrolero Erika que sigue ensuciando su costa atl¨¢ntica.
La cifra de muertos ascendi¨® ayer a 74. Entre las v¨ªctimas figura el antiguo jefe de Estado Mayor del Ej¨¦rcito general Guy Mery, que fue arrastrado por el vendaval en Cannes. Un mill¨®n largo de hogares permanecen sin electricidad, pese a los denodados esfuerzos de los 52.000 empleados movilizados por la empresa p¨²blica Electricidad de Francia (EDF). El debilitamiento progresivo de las bater¨ªas de emergencia de las centrales telef¨®nicas privadas de electricidad increment¨® ayer a un mill¨®n el n¨²mero de franceses privados de tel¨¦fono. La falta de corriente impide el tratamiento del agua potable y el orde?o y conservaci¨®n de la leche. La penuria ha llevado al prefecto de Charente a racionar la venta de botellas de agua mineral, que ha quedado restringida a tres unidades por persona y d¨ªa.
A cambio, el tr¨¢fico ferroviario mejora sensiblemente, y las anomal¨ªas, que deben quedar superadas antes del fin de semana, s¨®lo afectan ya a un 20% de la red. El suroeste franc¨¦s, particularmente Burdeos, es sin duda la zona m¨¢s castigada. El tr¨¢fico a¨¦reo est¨¢ pr¨¢cticamente restablecido, al igual que la circulaci¨®n por carretera. La declaraci¨®n de cat¨¢strofe natural en la mayor parte del pa¨ªs facilitar¨¢ notablemente el cobro de las indemnizaciones en la medida en que no har¨¢ falta probar ante las aseguradoras la realidad del siniestro. Con toda seguridad, las compa?¨ªas de seguros aumentar¨¢n sensiblemente sus tarifas el a?o que viene. El Gobierno adelant¨® ayer un pr¨¦stamo de 100 millones de francos (2.500 millones de pesetas) a los peque?os municipios m¨¢s da?ados por los temporales que carecen de medios suficientes para hacer frente al desastre.
Mientras, la marea negra desatada por el naufragio del petrolero Erika contin¨²a marchando hacia el sur y amenaza ahora el estuario del Loira, una zona de alto valor ecol¨®gico, punto de concentraci¨®n de las aves migratorias. Par¨ªs ha aprobado una ayuda de 1.000 millones de pesetas a tareas de limpieza en las playas.
Para los habitantes de la Vend¨¦e, la esperanza, alimentada por la interrupci¨®n del viento, reside ahora en que las capas de petr¨®leo sean arrastradas por las corrientes y pasen de largo sin llegar a tocar sus costas. Por si acaso, el estuario ha sido cercado con tres barreras flotantes. A los miles de personas que trabajan limpiando las playas, se unieron ayer 2.000 voluntarios de la Cruz Roja, mientras el robot submarino Abyssub, el mismo que inspeccion¨® las bodegas del Titanic, fue embarcado ayer de Bayona para que d¨¦ cuenta de la posibilidad de extraer las 30.000 toneladas de crudo que el Erika, hundido a 120 metros de profundidad, guarda todav¨ªa en sus tanques.
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