Las dos caras de Putin
El zar envejecido y enfermo ha abdicado en favor de su delf¨ªn. En la historia milenaria de Rusia es la primera vez que esto sucede. Golpe maestro al estilo maquiav¨¦lico de hacer pol¨ªtica, la dimisi¨®n de Bor¨ªs Yeltsin a favor de Vlad¨ªmir Putin ha tenido lugar seg¨²n un gui¨®n que respeta la letra de la Constituci¨®n. Este estreno tambi¨¦n se puede trasladar al cr¨¦dito democr¨¢tico de estos diez a?os de postcomunismo que han estado marcados por la corrupci¨®n, el mercantilismo, la decadencia del Estado y las dos aventuras militares en el C¨¢ucaso.Sin embargo, la observaci¨®n de las formas democr¨¢ticas no har¨ªa olvidar que Putin ha llegado bautizado por la guerra de Chechenia. Su popularidad depende de los bombardeos de civiles chechenos que tienen lugar con el pretexto de la lucha contra el terrorismo. No ser¨¢ f¨¢cil olvidar c¨®mo ha llegado al poder, incluso si recibe la bendici¨®n del sufragio universal. En ese sentido, el nuevo hombre fuerte del Kremlin encarna bien la ambig¨¹edad de la pol¨ªtica rusa. ?l mismo ha subrayado estas contradicciones al hacer poner flores tanto sobre la tumba de Yuri Andropov, durante mucho tiempo jefe del KGB (la casa madre de Putin) antes de ser un ef¨ªmero secretario general del PC sovi¨¦tico, como sobre la de Sajarov, infatigable defensor de los derechos del hombre.
?Lograr¨¢ Putin conciliar dos referencias tan contradictorias? Las condiciones de su irresistible ascensi¨®n justifican grandes dudas. A menos que tome r¨¢pidamente decisiones radicales en dos ¨¢mbitos: el C¨¢ucaso y la corrupci¨®n.
Par¨ªs, 3 de enero
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