El Rayo Vallecano paga ante el Oviedo su falta de pegada
El Rayo Vallecano, un equipo que ha hecho de la eficacia su se?a de identidad esta temporada, pag¨® con una derrota inexplicable su falta de pegada en el Carlos Tartiere. Los de Juande dominaron tres cuartas partes del encuentro, pero los goles fueron del Oviedo, al principio y al final. Los de Luis Aragon¨¦s estuvieron muertos en el segundo tiempo, pero resistieron milagrosamente en pie hasta alcanzar tres puntos fundamentales.El partido estuvo condicionado por un terreno infame. No es extra?o que los jugadores procurasen mantener el bal¨®n por el aire el mayor tiempo posible. Claro que, incluso en eso, tambi¨¦n hay clases. Para peloteros como Luis Cembranos o Pompei s¨®lo es un recurso para casos de fuerza mayor. La mayor¨ªa se encontr¨® a gusto con ese gui¨®n y la pelota viaj¨® durante el primer tiempo de un lado a otro, casi siempre descontrolada.
Normalmente, cuando se juega al pelotazo, los beneficiados son los defensas. Ayer, sin embargo, hubo un mont¨®n de errores en las dos ¨¢reas. El primero, de los centrales del Rayo, permiti¨® a Dely Vald¨¦s poner a Losada mano a mano con Keller, al que bati¨® con un toque suave. El Oviedo, que tambi¨¦n suele acumular defensas en la frontal del ¨¢rea, concedi¨® despu¨¦s dos oportunidades increiblemente falladas por Ferr¨®n, ciego ante Esteban.
Ni siquiera el gol, literalmente llovido del cielo, sac¨® al Oviedo de su mediocre condici¨®n. El Rayo tampoco pareci¨® estar para muchas fiestas, pero ahora mismo tiene dos virtudes impagables para los modestos: tranquilidad y confianza. Apoyado en tres futbolistas sobrados -Hern¨¢ndez atr¨¢s, Pablo Sanz en el eje y Cembranos en el enganche- el Rayo fue llevando el partido a su terreno, o mejor dicho al del Oviedo. Antes, empezar con ventaja en el Tartiere era garant¨ªa de ¨¦xito para los locales, pero ahora la necesidad aprieta y el equipo se hace de mantequilla.
Juande dio una vuelta de tuerca con la entrada de Michel y el Rayo monopoliz¨® el uso del bal¨®n, que pas¨® a ser un enemigo para el Oviedo. La superioridad rayista fue tal que la gente abronc¨® a sus jugadores. Pero la defensa mejor¨®, el Rayo remat¨® poco y mal y, de postre, Iv¨¢n Iglesias aument¨® un resultado que no tuvo nada que ver con lo ocurrido en el campo.
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