JOS? MERC? El grano nuevo del racimo
Una saga flamenca es como un exuberante racimo de uvas. Se toma el cabo del racimo, donde est¨¢n los granos m¨¢s nuevos, y conforme se eleva aparece una aglomeraci¨®n de nombres, circunstancias, apodos, historias, ninguna mejor que la otra, todas extraordinarias o memorables, que no parece tener fin. Las mejores sagas son intrincadas, casi fabulosas, y parecen omniscientes.La saga de Jos¨¦ Merc¨¦ (Jerez de la Frontera 1950) es un pesado racimo que contiene los grandes nombres de flamenco de C¨¢diz. El grano m¨¢s nuevo, Merc¨¦, despu¨¦s de cinco a?os de silencio, que pas¨® abrumado "por las cosas de la vida" (como llaman los cr¨ªticos flamencos con respeto pudoroso al dolor por el hijo muerto), ha logrado con un disco de cante jondo la misma cifra de ventas reservada a los artistas del pop o del rock. Hace un mes Merc¨¦ hab¨ªa vendido 130.000 copias de su Del Amanecer... y la cuenta se segu¨ªa incrementando.
El v¨¦rtigo del ¨¦xito ha mudado al cantaor del discreto tablado de una pe?a al escenario del Palau de la M¨²sica de Barcelona. Con los premios ha ocurrido igual. "Los flamencos no estamos acostumbrados a recibir trofeos con tanta parafernalia. Nos suelen premiar las pe?as flamencas, que para nosotros tiene el mismo valor", protest¨® Merc¨¦ el d¨ªa en que le entregaron el Premio Amigo.
Amigo, Vicente Amigo es precisamente el nombre del guitarrista que lo rescat¨® de los malos momentos y lo convenci¨® para que cantara sus temas. El disco fue grabado en C¨®rdoba, siguiendo las luces no de uno si no de muchos amaneceres que luego, reunidos, formaron uno simb¨®lico, ancho y perdurable.
Musicalmente, el disco es fresco y radiable. Literariamente es mediocre pero contiene un hallazgo asombroso, propio de un poeta futurista que faenara en un campo de olivos, los versos de las pilas y el coraz¨®n que tanto le demanda el p¨²blico: "Pilas alcalinas p¨¢ mi coraz¨®n cansao". Los flamencos puros andan indignados sin embargo por el atrevimiento de unir en una estrofa el m¨¢s b¨¢sico acumulador el¨¦ctrico con el foco org¨¢nico de la sensibilidad.
Pero a ¨¦l no le falta pureza de cuna. Una de las uvas m¨¢s antiguas del racimo de Merc¨¦ (nacido Jos¨¦ Soto Soto), por lo menos la uva bisnieta, corresponde a Paco La Luz, nacido en el siglo pasado o en el otro, depende de si estamos en el XX o en el XXI, que es asunto de graves discusiones. La Luz se llamaba Francisco Valencia, un genial creador de seguiriyas, que regal¨® al mundo una extraordinaria progenie de duros de o¨ªdo: su hija, Juana la Sordita, Sordera de Jerez o el Sordo Pipo?o, abuelo de Chiquetete.
De la familia de Paco La luz tambi¨¦n fueron, o son, seg¨²n el caso, Perico El Tito, la Conchinita, Juanito Mojama, Luisa la Torr¨¢n, Diamante Negro, Los Terremoto, los Parrilla y los Borrico. Los abundantes granos del racimo pesan como el oro del mejor cante.
Su t¨ªo, Manuel Soto Monje, Sordera de Jerez, ampli¨® la parentela. Se cas¨® con Rafaela, de la familia de los Ant¨²nez, la misma del Ni?o Gloria y sus hermanas. En el ambiente de la casa, las fiestas y en los tabancos curti¨® El Sordera la experiencia que luego leg¨® a otros como Merc¨¦
Jos¨¦ Merc¨¦ empez¨® en el cante de ni?o. Durante muchos a?os cant¨® para el baile en compa?¨ªas teatrales. Una d¨¦cada, en concreto, estuvo en la de Antonio Gades. Comenz¨® a grabar discos hace veintid¨®s a?os. Los cinco anteriores a Del Amanecer... no fueron constantes. Cada uno lo hizo con una compa?¨ªa diferente. Hay quien piensa que a¨²n no ha dotado de coherencia a sus grabaciones. Luego vinieron las malas circunstancias, la desolaci¨®n, la noche... y el amanecer. Por fin. El cantaor ha reconocido que la mayor parte del discos, quiz¨¢ la dos terceras partes, corresponden a Vicente Amigo. Su amigo Amigo.
?Flamenco nuevo, refrescante? ?Cuidado! "Estoy muy orgulloso de que este disco haya calado hondo en la gente joven porque ellos son el futuro. Antes a los j¨®venes les daba miedo acercarse al flamenco porque cuando iban a un concierto s¨®lo encontraban a los cuatro tipos de siempre con sus chaquetas y sus corbatas, y ellos, l¨®gicamente, se sent¨ªan desplazados". Ahora todo ha cambiado, sostiene Merc¨¦. En sus conciertos ha contado los pantalones vaqueros y las corbatas y ganan por goleada los pantalones.
Eso no significa que el flamenco tenga que adaptarse sin m¨¢s al sonido que prefieren los usuarios de los vaqueros. El flamenco, ha dicho Merc¨¦, tiene que estar abierto a cualquier experiencia siempre que mantenga la pureza de la ra¨ªz, es decir, el tono del racimo. "Arriesgar pero sabiendo siempre lo que haces".
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