Maneras de vivir
,A la basura se la puede considerar una se?a de identidad de nuestra civilizaci¨®n. Los residuos de los que el hombre se ha ido deshaciendo a lo largo de la historia hablan de sus costumbres, esconden el relato de la vida cotidiana en cualquier ¨¦poca y circunstancia. A partir de la cantidad de basura que produce una persona, y los diferentes elementos que la componen, se puede llegar a deducir cual es su origen geogr¨¢fico y, por tanto, el nivel de desarrollo de la comunidad en la que vive. Si un andaluz se deshace diariamente, como media, de un kilo de residuos, un norteamericano supera los 2,5 kilos, y un boliviano apenas rebasa los 100 gramos. Si nos encontramos en una ciudad la basura estar¨¢ compuesta, fundamentalmente, de materia inorg¨¢nica: papeles, pl¨¢sticos, metales, vidrio,... Pero si hablamos del cubo de la basura t¨ªpico de un pueblo, su volumen ser¨¢ menor y en ¨¦l encontraremos una mayor proporci¨®n de materia org¨¢nica: restos de comida y productos animales o vegetales. En Andaluc¨ªa, el volumen de residuos urbanos no ha dejado de crecer en los ¨²ltimos a?os, y en la actualidad se superan los dos millones de toneladas al a?o. En 1980, cada ciudadano produc¨ªa en torno a unos 500 gramos diarios, cantidad que ya se ha duplicado. Pero estas cifras adquieren su verdadera magnitud al compararlas con las que se registraban en 1900, cuando cada andaluz apenas produc¨ªa 250 gramos de basura diaria. Algunos residuos, como el pl¨¢stico o las latas de aluminio, simplemente no exist¨ªan, cuando hoy ocupan m¨¢s del 10% del c¨®mputo total. Se recog¨ªan muchos m¨¢s desechos de la limpieza callejera que de los hogares, fen¨®meno que se ha invertido con el paso de los a?os. La materia org¨¢nica era utilizada como abono en los campos, proceso que se ha recuperado en las modernas plantas de compost. Por ¨²ltimo, papel y vidrio eran considerados materiales valiosos, y raramente acababan en un vertedero, tal y como vuelve a ocurrir hoy en las principales ciudades, donde se han implantado sistemas de recogida selectiva y reciclaje.
Los envases y embalajes constitu¨ªan un elemento insignificante en las basuras de primeros de siglo. Hoy, una familia media puede llegar a reunir en una semana m¨¢s de cinco kilos de papel, pl¨¢stico, cart¨®n, vidrio o metales, procedentes ¨²nicamente de envoltorios y recipientes. El pl¨¢stico, desconocido hace cien a?os, se ha convertido en uno de los componentes m¨¢s importantes de los desechos dom¨¦sticos, representando, en volumen, hasta un 30 % del total de residuos.
En lo que se refiere al consumo energ¨¦tico, la evoluci¨®n ha sido igualmente espectacular. En 1900, las f¨¢bricas y los ferrocarriles andaluces consum¨ªan, sobre todo, carb¨®n mineral, que aportaba la energ¨ªa correspondiente a unas 330.000 toneladas equivalentes de petr¨®leo (TEP) al a?o. En las grandes ciudades ya se disfrutaba de iluminaci¨®n p¨²blica alimentada por gas manufacturado, recurso del que se obten¨ªan alrededor de 24 TEP al a?o. La electricidad, procedente de centrales hidroel¨¦ctricas, tambi¨¦n se usaba en el alumbrado y en algunas f¨¢bricas, con una producci¨®n de 6,3 millones de kilovatios/hora/a?o (1,75 kilovatios/hora/a?o por habitante). El alumbrado dom¨¦stico sol¨ªa resolverse con candiles de aceite, quinqu¨¦s de petr¨®leo y l¨¢mparas de acetileno. Por ¨²ltimo, en el medio rural se cocinaba con carb¨®n vegetal, y los braseros de cisco eran el sistema de calefacci¨®n m¨¢s extendido.
En resumen, hace cien a?os, se consum¨ªan en la regi¨®n andaluza en torno a 475.000 TEP de energ¨ªa primaria, lo que por habitante y a?o, sin considerar la aportaci¨®n de fuentes naturales como el carb¨®n vegetal, supon¨ªa 0,14 TEP. "Hablando en n¨²meros redondos", explica Valeriano Ruiz, presidente del Centro de las Nuevas Tecnolog¨ªas Energ¨¦ticas (Center), "hoy se consume 13 veces m¨¢s energ¨ªa primaria que a principios de siglo y en cuanto a la energ¨ªa el¨¦ctrica se consume 1500 veces m¨¢s".
El consumo de energ¨ªa primar¨ªa per c¨¢pita en Andaluc¨ªa se sit¨²a al mismo nivel que la media mundial. "Lo verdaderamente escandaloso", advierte Ruiz, "son las cifras referidas a pa¨ªses como Estados Unidos o Canad¨¢, donde la energ¨ªa se derrocha en grandes cantidades, mientras que en Marruecos o la India los consumos son cinco o seis veces inferiores a la media mundial". A juicio de este especialista, "lo deseable ser¨ªa volver a un sistema energ¨¦tico m¨¢s parecido al de 1900".
Comentarios y sugerencias a prop¨®sito de Cr¨®nica en verde pueden remitirse al e-mail: sandoval@arrakis.es.
?Adi¨®s a las nucleares?
Desde el punto de vista energ¨¦tico, la puesta en funcionamiento de las centrales nucleares ha sido, sin duda, el acontecimiento m¨¢s controvertido de los que se han vivido en estos ¨²ltimos cien a?os. Para algunos ha supuesto el hallazgo de un recurso casi inagotable, sin el que hubiera sido posible alcanzar los niveles de desarrollo actuales. Otros consideran que hemos terminado dependiendo de una energ¨ªa cara y demasiado peligrosa. Hasta tal punto el debate no se ha zanjado, que el PSOE ha incluido en su programa electoral el cierre de todas las centrales nucleares espa?olas en un plazo de 15 a?os.
A juicio de Valeriano Ruiz, "esta medida no s¨®lo es t¨¦cnicamente posible sino que, adem¨¢s, ser¨ªa muy conveniente".
As¨ª las cosas, si se prescindiera de la energ¨ªa nuclear habr¨ªa que buscar otras fuentes capaces de producir, en electricidad, el equivalente a cinco millones de toneladas de petr¨®leo al a?o. Sin ser demasiado ambicioso, el Plan de Fomento de las Energ¨ªas Renovables, elaborado por el Instituto para la Diversificaci¨®n y Ahorro Energ¨¦tico, dependiente del Ministerio de Industria, prev¨¦ obtener una cantidad de energ¨ªa el¨¦ctrica mayor que la que aportan en la actualidad las nucleares en el horizonte del a?o 2010.
"Adem¨¢s", advierte Ruiz, "hay otros pa¨ªses europeos que no hacen uso de la energ¨ªa nuclear para su producci¨®n el¨¦ctrica y no les pasa nada". As¨ª ocurre en Italia, Austria, Dinamarca, Grecia, Irlanda, Luxemburgo y Portugal.
Si el desarrollo de la energ¨ªa nuclear fue uno de los grandes hallazgos tecnol¨®gicos del siglo XX, su abandono y sustituci¨®n por sistemas m¨¢s limpios podr¨ªa convertirse en uno de los logros de la nueva centuria. Los futuros modelos energ¨¦ticos, concluye Ruiz, "deber¨ªan incluir, asimismo, sistemas de producci¨®n y transporte m¨¢s eficientes, as¨ª como programas de demanda racionales".
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