"La vida es elegir una manera propia de volverse loco" RAM?N DE ESPA?A
Pregunta. Hace tiempo que no se te ve el pelo, Paquito. ?Se puede saber d¨®nde has estado metido en el ¨²ltimo a?o y medio?Respuesta. Retirado del mundanal ruido, en un apartamento que tienen mis padres en Bar¨¤, escribiendo una novela largu¨ªsima que a¨²n no he terminado. Y volvi¨¦ndome loco, supongo.
P. ?Perd¨®n?
R. Hombre, Bar¨¤ en invierno es como un pueblo fantasma. Te pasas el d¨ªa escribiendo y luego, como no te acerques al monumento a Luis del Olmo y te eches a llorar, ya me dir¨¢s qu¨¦ haces. De repente, est¨¢s dando un paseo por la playa a medianoche, volviendo del bar m¨¢s cercano, que est¨¢ en el quinto pino, y te para la Guardia Civil y no sabes qu¨¦ decir. Te sientes como esos personajes de las novelas de Stephen King que se retiran a escribir su obra inmortal y acaban volvi¨¦ndose tarumbas.
P. Nadie te oblig¨®.
R. Cierto, yo me lo busqu¨¦. Y la verdad es que se trabaja, aunque corras el riesgo de desconectarte completamente del mundo y zumbarte. Aunque tambi¨¦n es verdad que, por lo menos, puedes elegir tu propia manera de zumbarte.Me temo que la vida s¨®lo consiste en eso: en elegir tu forma favorita de volverte loco. Y las hay peores: ir a la oficina todas las ma?anas, aguantar a un jefe insoportable.
P. Ya pasaste por eso.
R. Hace mucho tiempo.
P. Cuando te conoc¨ª, trabajabas de botones en La Caixa.
R. Donde hab¨ªa entrado a los 16 a?os porque en mi casa no sobraba la pasta.
P. La Universidad no la pisaste.
R. Falso. Empec¨¦ Derecho y Filolog¨ªa, pero enseguida me di cuenta de que aquello no era para m¨ª.
P. ?Consideraste la posibilidad de hacer carrera en La Caixa?
R. Qu¨¦ va. Entr¨¦ de botones y me fui de botones. Era una vida... extra?a. A veces echo de menos a un funcionario melanc¨®lico con el que tomaba copas en el bar El Oso Feliz. Se perd¨ªa mucho el tiempo, pero de una manera bastante agradable. Te enviaban a hacer un recado que se pod¨ªa resolver en 10 minutos y t¨² te perd¨ªas durante tres horas: nunca he caminado tanto por las calles de Barcelona. Tal vez por eso, ahora puedo pasar d¨ªas enteros sin salir de casa.
P. Escribiendo y volvi¨¦ndote loco.
R. Exactamente. Y una vez al mes me doy un homenaje y me paso tres d¨ªas bebiendo en tugurios varios, en sitios de esos en los que no das ni por casualidad con una persona interesante ni con una conversaci¨®n estimulante.
P. Si todo es tan aburrido, ?por qu¨¦ sigues saliendo?
R. No lo s¨¦. Para descargar mis tensiones, tal vez.
P. Alguien puede sacar la conclusi¨®n, oy¨¦ndote, de que la vida del novelista es una pesadilla.
R. Qu¨¦ va, t¨ªo, en absoluto. Escribir es un oficio maravilloso. Adem¨¢s, ¨¦sta es una ¨¦poca inmejorable para gente como nosotros: la sociedad nos soporta y nos permite llegar a fin de mes. Imag¨ªnate que nos hubiera tocado vivir en los a?os cincuenta, gorroneando caf¨¦s y pidiendo prestada La Codorniz para no gastar dinero.
P. Cualquiera dir¨ªa que vives holgadamente de la literatura.
R. No me quejo. Preferir¨ªa tener una mansi¨®n como la del protagonista de Los hombres duros no bailan, de Norman Mailer, pero me conformo con el apartamento de Bar¨¤. ?La verdad es que lo ¨²nico que comparto con ese personaje son las resacas!
P. ?De qu¨¦ va ese libro enorme que est¨¢s escribiendo?
R. Es la historia de un trepador social muy torpe, cuyas andanzas degeneran r¨¢pidamente en cat¨¢strofes. Ese personaje es el hilo conductor de una historia que transcurre durante los ¨²ltimos 25 a?os y que me permite, entre otras cosas, aportar mi punto de vista sobre esa transici¨®n mod¨¦lica que vivimos los espa?oles bajo la atenta mirada de nuestro Rey y bla, bla, bla.
P. Aprecio cierto sarcasmo ante nuestra estupenda transici¨®n, envidiada en todo el orbe.
R. Bueno. Intentaron hacernos creer que este pa¨ªs empezaba desde cero y que a partir de entonces hasta los pol¨ªticos iban a ser gente estupenda... cuando en realidad casi todo segu¨ªa siendo igual que siempre.
P. ?Qu¨¦ fue del proyecto de adaptaci¨®n de Un enano espa?ol se suicida en Las Vegas?
R. Est¨¢n en ello. Al principio la iba a dirigir Manuel Huerga y el productor era Andr¨¦s Vicente G¨®mez, pero ahora el proyecto est¨¢ en manos de Antonio Chavarr¨ªas.
P. ?Y aquella serie de televisi¨®n que ibas a escribir y dirigir?.
R. Los que est¨¢n sentados... Eso fue un proyecto del difunto Pepo Sol, un tipo estupendo que, como recordar¨¢s, siempre te sorprend¨ªa con sus fant¨¢sticas ideas de bombero. Despu¨¦s de Ant¨¢rtida, me atrapa y me dice que hay que hacer una serie, que Ram¨®n Colom est¨¢ en TVE y le gusta lo que hago y le tenemos que vender algo. Algo que pase en T¨¢nger, me especifica. ?Por qu¨¦ T¨¢nger? Ni idea, pero Pepo era as¨ª. Me puse a escribir, me ilusion¨¦ con lo de dirigir y... los socialistas perdieron las elecciones, cay¨® Colom y de Los que est¨¢n sentados nunca m¨¢s se supo. Por el camino se me han quitado las ganas de dirigir. Bastante trabajo tengo cuidando de m¨ª mismo como para cuidar, adem¨¢s, de un equipo de 60 personas.
P. ?Y la adaptaci¨®n de El triunfo?
R. Est¨¢ en manos de las alegres chicas de Colsada, tambi¨¦n conocidas como Marta Figueras y Mireia Ros.
P. ?Y?
R. No tengo nada m¨¢s que a?adir al respecto.
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