La Real sigue empantanada
El Oviedo fue la Real de las ¨²ltimas semanas, esto es un equipo plano, y la circunstancia permiti¨® a los donostiarras descubrir el ¨¢rea rival. Koklov, que jugaba su primer partido en Anoeta, ejerci¨® de faro. El resto de sus compa?eros, propuso m¨²sculo y rabia, buen juego incluso cuando el bal¨®n pasaba por los pies de De Pedro o Aranburu. El empate sin goles, sin embargo, result¨® otro martillazo para el grupo de Clemente, cada d¨ªa que pasa m¨¢s hundido en la tabla y preso de su incapacidad ante el gol.Hasta la fecha, las urgencias de la Real ten¨ªan mucho que ver con la ausencia de un l¨ªder, de alguien capaz de ordenar con criterio su juego de ataque. Sigue sin existir tal figura, pero la combinaci¨®n sobre el c¨¦sped de De Pedro, Koklov y Aranburu condujo sin demasiados esfuerzos a los donostiarras hasta el ¨¢rea del Oviedo. All¨ª, se sucedieron las oportunidades de gol y se magnific¨® el otro problema de la Real: nadie parece capaz de empujar o lanzar el bal¨®n a la red. Tambi¨¦n falt¨® algo de fortuna, o sobraron las intervenciones de Esteban, el ¨²nico de su equipo que realmente jug¨® en Anoeta. Aranburu lament¨® la anchura del larguero, que en el minuto seis de partido repeli¨® su ¨²nico remate.
La impotencia de los jugadores de Clemente ante el gol adquiere tintes dram¨¢ticos. No le falta al equipo de San Sebasti¨¢n ambici¨®n, pulm¨®n o decisi¨®n. Ayer, hasta encontr¨® el camino del ¨¢rea rival, solucionando una carencia que hab¨ªa convertido a los blanquiazules en medio equipo, el que se limita a defenderse de las habilidades que exhibe el de enfrente. El Oviedo se limit¨® a colocarse en fila sobre la frontal del ¨¢rea y renunci¨® a todo lo dem¨¢s. Ni siquiera consider¨® opotuno aventurarse en alg¨²n contragolpe cuando m¨¢s desesperadas parec¨ªan las acometidas de la Real. Lo suyo fue un ejercicio de cobard¨ªa, desidia y mal gusto rentabilizado ¨²nicamente por el punto que tanto repudiaron los donostiarras.
"Efecto Koklov"
La Real navega apor aguas desconocidas. Acostumbrada a la serenidad que concede la tabla a los equipos de clase media, su inc¨®moda postura en las cloacas del campeonato ha sumido a sus jugadores en la perplejidad. Tambi¨¦n a los aficionados guipuzcoanos. Clemente reclama un concepto de juego para su equipo y la presencia de Koklov parece en disposici¨®n de equilibrar las l¨ªneas donostiarras: gracias al ruso, la Real cre¨® ayer peligro desde todos los ¨¢ngulos del campo.
Todos los signos positivos quedaron arruinados por la falta de pegada de un equipo que reclama a gritos un delantero -el mercado invernal todav¨ªa est¨¢ vivo- o un simple segundo de inspiraci¨®n. Si ¨¦ste no se produce, la Real Sociedad camina hacia la ruina.
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