A?o nuevo, vida vieja

MANUEL TALENS

Tengo un amigo que ha dejado de fumar unas veinticinco veces, justo los a?os que nos conocemos, y siempre lo hace entre el 1 y el 5 de enero. Pero la constancia es d¨¦bil y el h¨¢bito traidor, de manera que pocas semanas despu¨¦s de Reyes lo suelo ver con el sempiterno cigarrillo en los labios y una nube de humo envolviendo su mirada. "Es que estaba que me sub¨ªa por las paredes, Manolo", dice a modo de disculpa. "Y no hay pastilla que valga, s¨®lo me calmo con un Ducados".

Y as¨ª va languideciendo, con una bronquitis de caballo, una mujer m¨¢s mala que un pecado mortal de los de antes y un jefe de comuni¨®n diaria que lo martiriza en el curro. A?o nuevo, vida vieja, los hay que nunca aprenden.

No s¨¦ qu¨¦ tienen estas fechas, quiz¨¢ sea la falsa ilusi¨®n de cerrar un ciclo y volver a empezar, pero lo cierto es que todos hemos ca¨ªdo alguna vez en la trampa de suponer que el cambio de calendario posee magia suficiente como para ayudarnos a mejorar. ?Qui¨¦n no ha cre¨ªdo a pies juntillas que esta vez s¨ª, que este a?o pierdo diez kilos y dejo de insultar a mi suegra cuando me ponga de los nervios? Parece como si el mundo fuera por fin maleable con los dedos hacendosos de nuestro entusiasmo. Luego, una vez desaparecido el espejismo, el mundo impone su realidad.

Leo en estas fechas que la Sindicatura de Cuentas le acaba de dar un buen tir¨®n de orejas al gobierno del muy honorable Eduardo Zaplana por haber falseado en pasadas legislaturas el endeudamiento de la Generalitat, con lo que los peperos valencianos, y en especial el actual vicepresidente Jos¨¦ Luis Olivas, que antes estaba al frente de Econom¨ªa y Hacienda, han quedado como lo que son, y utilizar¨¦ aqu¨ª un eufemismo para ser educado: "Gentes poco de fiar", de esas a la que uno jam¨¢s les comprar¨ªa un coche de segunda mano ni les dejar¨ªa la clave personal del cajero autom¨¢tico, so pena de llevarse un disgusto de muerte.

Sin embargo, lo curioso del caso es que los ciudadanos de nuestra comunidad hemos elegido con entusiasmo a estos se?ores tan encorbatados para que durante el pr¨®ximo cuatrienio se consideren los amos de la pasta y del cortijo, administren ambos a lo loco y construyan proyectos fara¨®nicos como la Ciudad de las Artes y las Ciencias. Algo caer¨¢ del ala, digo yo. Veremos lo que pasa cuando lleguemos a puerto en este viaje. Lo m¨¢s seguro es que la deuda com¨²n de todos nosotros, cuyo gestor supremo es Zaplana (?Dios m¨ªo!, ?por qu¨¦ me has desamparado?), sea tan descomunal que no habr¨¢ banco en la tierra dispuesto a prestarle a la Generalitat ni para chupachups.

Pero eso es lo que hay, queridos lectores, las elecciones son las elecciones, aunque se ganen con la ayuda inestimable de datos ficticios, esa chorizada que ahora se llama ingenier¨ªa financiera, as¨ª que ¨¢tense los machos, porque el Consell actual no es ni mucho menos el prodigio de buena administraci¨®n que ustedes supon¨ªan.

Me ha contado un pajarito que en homenaje al tercer milenio Zaplana ha hecho votos de no volver a decir mentirijillas, pero al igual que con mi amigo el fumador, yo me temo que pesar¨¢ m¨¢s la costumbre que la voluntad. A?o nuevo, vida vieja.