Un consejero con esp¨ªritu de alcalde que desafi¨® a los municipios del PP
![Alejandro Bola?os](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2Ffeea00e5-b137-42b1-ba1b-f5ebf33d151f.png?auth=bfe8b0a84668bb5389bc2cc6006bab5ee7b912875154facd406e86599ce27674&width=100&height=100&smart=true)
Francisco Vallejo re¨²ne dos condiciones muy apreciadas en el gabinete de Manuel Chaves: ha secundado con fervor la estrategia de enfrentamiento con el Gobierno central -"la ¨²nica posible", aclara-, y ha multiplicado su presencia a lo largo de la regi¨®n. El consejero de Obras P¨²blicas ha encabezado alguno de los conflictos m¨¢s encarnizados con Madrid (Ave, peaje de la A-4, transferencias de cuencas hidrogr¨¢ficas), pero es, sin duda, en el segundo aspecto donde se ha mostrado imbatible: la agenda semanal de Vallejo incluye siempre varios viajes y no es raro que en tan s¨®lo siete d¨ªas tenga tiempo de visitar las ocho provincias.El propio consejero achaca este af¨¢n viajero a que mantiene "un esp¨ªritu de alcalde" que le lleva a comprobar los problemas sobre el terreno. Vallejo fue primer edil de La Carolina entre 1988 y 1994 y soporta mal la permanencia de Ram¨®n Palacios (PP) al frente de este Ayuntamiento jienennse (lo m¨¢s suave que ha dicho de ¨¦l es que compra los votos).
Curiosamente, su movilidad y sus competencias le llevaron a abrir un nuevo frente con los grandes ayuntamientos gobernados por los populares. Vallejo culpa a las subastas de suelo p¨²blico realizadas por estos municipios de la subida del precio de la vivienda en la regi¨®n. Ave aparte, a Celia Villalobos (alcaldesa de M¨¢laga) la dej¨® plantada en la firma de un convenio por no ceder terrenos para viviendas de protecci¨®n oficial. Las diferencias con Soledad Becerril (Sevilla) han retrasado el proyecto de metro para la ciudad y con Te¨®fila Mart¨ªnez (C¨¢diz), el consejero ha protagonizado agrias disputas a cuenta de la rehabilitaci¨®n del casco hist¨®rico (que finalmente decidi¨® acometer en solitario) y el soterramiento de las v¨ªas de tren a su paso por la ciudad.
El mayor conflicto con un poder municipal no enfrent¨® a Vallejo con el PP, sino con Jes¨²s Gil: Obras P¨²blicas (que debe vigilar la disciplina urban¨ªstica) aprovech¨® que el alcalde de Marbella trat¨® de redactar un nuevo plan urban¨ªstico para paralizar los convenios supuestamente irregulares suscritos con varios constructores. Los intentos de la Consejer¨ªa por que el poder judicial aplique la figura de delito urban¨ªstico a algunas de las actuaciones de Gil, sin embargo, han ca¨ªdo en saco roto.
Vallejo exhibe con orgullo algunas medidas de su "discurso progresista" (plan de erradicaci¨®n de chabolas, cooperaci¨®n internacional) y su compromiso con la regi¨®n (los constructores andaluces le dieron un homenaje tras constatar que la Junta les otorga m¨¢s de la mitad de las obras). Sus rivales resaltan, a partes iguales, su talante "dem¨®crata y dialogante" y su tendencia "al intervencionismo".
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