Dos testigos afirman que los etarras vieron a polic¨ªas espa?oles vigil¨¢ndoles Dicen que sospecharon de un coche en el que iban dos personas
Mariano Mart¨ªnez Colomo, un refugiado amigo de Jos¨¦ Antonio Lasa y Jos¨¦ Ignacio Zabala con el que estuvieron tomando potes (vinos) la noche del 15 de octubre de 1983, en la que fueron secuestrados, y Mikel Lasa, hermano de uno de los j¨®venes, que les hab¨ªa visitado el d¨ªa antes, afirmaron ayer en el juicio que se celebra en la Audiencia Nacional que vieron a dos personas en un coche en Bayona y que Lasa y Zabala dijeron que eran txakurrak (perros), en alusi¨®n a polic¨ªas o guardias civiles espa?oles.
Mart¨ªnez Colomo asegur¨® que estaba charlando con Lasa y Zabala, ex miembros del comando Gorki, en la esquina de la calle Tonneliers, donde ¨¦l viv¨ªa, y que vieron pasar un coche de matr¨ªcula espa?ola cuyos ocupantes se les quedaron mirando. Los presuntos etarras le comentaron que ya hab¨ªan visto el coche tambi¨¦n por la tarde y que eran polic¨ªas o guardias civiles espa?oles.El testigo a?adi¨® que se trataba de un coche claro, matr¨ªcula de San Sebasti¨¢n, y con la letra H, aunque no recordaba los n¨²meros de la matr¨ªcula. Estaba ocupado por dos personas, uno de ellos ten¨ªa un bigote ancho y negro. Otra persona que estaba con ellos, Jos¨¦ Luis Rajado, seg¨²n Mart¨ªnez Colomo, dijo que eran guardias de la Comandancia de San Sebasti¨¢n, ya que conoc¨ªa a uno de ellos porque le hab¨ªa detenido anteriormente.
Mikel Lasa, hermano de uno de los desaparecidos, declar¨® que hab¨ªa ido con su hermana Arantza y su esposa, Lourdes, a visitar a Josean Lasa. Precis¨® que llegaron a Bayona sobre las tres de la tarde y que comieron con ¨¦l y con Zabala. Luego fueron al centro de Bayona a pasear y tomar unos vinos. Cuando iban paseando, vieron un coche de color claro y Lasa y Zabala comentaron que eran txakurrak, que en vasco quiere decir "perros". ?se es el t¨¦rmino que la izquierda radical vasca utiliza para referirse a los polic¨ªas espa?oles. Mikel Lasa declar¨® ayer que el coche par¨® en un cruce y que, aunque no vio al conductor, el que iba en el asiento del copiloto le pareci¨® corpulento y que llevaba barba de una semana.
Juan Mar¨ªa Zabala, hermano del otro etarra secuestrado, dijo que hac¨ªa un mes que le hab¨ªa visitado, pero que ¨¦ste y Lasa, cada vez que se ve¨ªan, le dec¨ªan que hab¨ªa personas sospechosas de ser polic¨ªas espa?oles que les vigilaban.
"Para m¨ª", dijo Juan Mar¨ªa Zabala, "estuvo muy claro desde el principio qui¨¦nes fueron los autores del secuestro. No era la primera vez que hab¨ªa atentados contra el grupo de refugiados. Adem¨¢s, en aquellas fechas coincidi¨® con el intento de secuestro de Larretxea".
Ni el hermano de Lasa ni el de Zabala recordaron en un principio que hab¨ªan presentado una querella en San Sebasti¨¢n en 1987 en la que indicaban que el presunto secuestrador de sus hermanos era el mercenario Pedro S¨¢nchez. Juan Mar¨ªa Zabala aclar¨®, tras ver su firma en la querella y en la declaraci¨®n en el juzgado, que por entonces salieron varias historias de periodistas y que denunciaron los hechos en un intento de que se investigase el paradero de sus hermanos.
?ltimo pensamiento
Mikel Lasa admiti¨® que su hermano era cat¨®lico, "aunque cre¨ªa m¨¢s en Dios que en los curas", pero que no le extra?ar¨ªa que hubiera pedido un sacerdote antes de morir. Juan Mar¨ªa Zabala, en cambio, se?al¨® que aunque su hermano ten¨ªa costumbres religiosas, cre¨ªa que su ¨²ltimo pensamiento habr¨ªa sido para su madre. Ambos indicaron que sus hermanos hab¨ªan huido a Francia tras un enfrentamiento con la Guardia Civil en Tolosa.
Mart¨ªnez Colomo reconstruy¨® los ¨²ltimos momentos de los etarras antes del secuestro. Afirm¨® que hab¨ªan estado en unos bares y que le pidieron las llaves del coche para ir a una fiesta en Arcanges. Sin embargo, el lunes siguiente no le hab¨ªan devuelto las llaves y el coche segu¨ªa en el aparcamiento. Cuando fue a mirar, el coche estaba abierto y hab¨ªa un mech¨®n de pelo arrancado y la cazadora granate de Zabala con un puro roto que ¨¦l le hab¨ªa regalado, por lo que dedujo que algo grave hab¨ªa pasado.
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