Pedro Zarraluki publica una novela "voyeurista" sobre la pasi¨®n por la vida
"Para amantes y ladrones" bucea en la creaci¨®n literaria
Pedro Zarraluki (Barcelona, 1954) guarda como oro en pa?o el vinilo For lovers and thiefs, del saxofonista norteamericano Ben Webster. Le entusiasma la m¨²sica y le encanta el t¨ªtulo en el que se ha inspirado Para amantes y ladrones (Anagrama), su nueva novela. "Cuando se le acaba el aire, Webster hace unos finales muy ag¨®nicos de sus piezas. Son piezas para escuchar al amanecer, la hora de los amantes y de los ladrones", afirma el escritor. "En literatura se trata de robarle al mundo el coraz¨®n, apropi¨¢ndote de lo que no es tuyo y expuls¨¢ndolo en forma de libro".Para amantes y ladrones es una novela compleja y sencilla a la vez, que tiene muchas lecturas: es inici¨¢tica, es una historia de pasiones y fantas¨ªas, es reflexi¨®n sobre el proceso de creaci¨®n y es ficci¨®n dentro de la ficci¨®n. Zarraluki se propuso tres objetivos. "Quise hacer una novela sobre el cuento, porque yo empec¨¦ como escritor de cuentos y muchas de mis novelas son tramposas pues incluyen cuentos. Tambi¨¦n quise hacer una po¨¦tica de la literatura tal como la veo yo y escribir una historia muy sencilla, de peque?as sensaciones vitales muy importantes para quienes las viven, que fuera un potaje de pasiones a lo Tennessee Williams".
La historia que narra Para amantes y ladrones se desarrolla durante un fin de semana en una mas¨ªa del Empord¨¤, donde se re¨²nen una serie de escritores para celebrar el 70? cumplea?os de su editor, Paco Masdeu, amante de todos los placeres, que se enfrenta al ocaso de su vida y de su profesi¨®n, "un maestro de la vida", como dice Zarraluki.
Personajes entra?ables
Los personajes son s¨®lidos y entra?ables: Ant¨®n Arriaga, autor de novelas policiacas, que bebe desaforadamente; su mujer, Dolores Malnom, que acaba de ganar un premio; Humberto Ardenio Rosales, autor de la casa, que va para director literario; Fabio Comalada, que escribe "para mujeres"; Isabel Togores, que vive m¨¢s de la cr¨ªtica que de sus libros. Todos con m¨¢s pasado que futuro.
A ellos encarga el editor que escriban una serie de cuentos sobre el tema de los malentendidos, lo que da pie a una serie de historias, unas acabadas, otras esbozadas, otras conectadas con lo que all¨ª est¨¢ sucediendo, y a un intenso debate sobre ellas. Pero la novela no es s¨®lo un an¨¢lisis del proceso de creaci¨®n literaria, por eso Zarraluki ha introducido otros personajes, el contrapunto: Pol¨ªn, una atractiva joven, que lleva de cabeza a la mitad de los hombres reunidos y, sobre todo, Pedro, el narrador de la novela, un chico de 17 a?os, pinche de cocina, que se encarga de la intendencia y que presencia apasionado todo cuanto all¨ª sucede, consciente de que su vida cambiar¨¢ a partir de entonces.
"Pedro representa lo que la vida es para m¨ª: una gran contradicci¨®n con ataques de entusiasmo, quiz¨¢ por esto le he puesto mi nombre. Es una novela voyeurista. La literatura es una forma de voyeurismo, se basa en la observaci¨®n meticulosa de la vida. Con esta novela he intentado hacer lo que me saliera del alma".
Autor de Retrato de familia con cat¨¢strofe y La historia de un silencio (Premio Herralde), entre otros t¨ªtulos, Zarraluki se lamenta de la "perversi¨®n de la literatura". "Caemos todos. Cada vez se escribe m¨¢s pensando en la repercusi¨®n que tendr¨¢ el libro. Son las leyes del mercado, el demonio que controla el mundo literario y que acaba devor¨¢ndonos".
Uno de los principales ingredientes de esa po¨¦tica de la literatura que vindica Zarraluki, patente en Para amantes y ladrones, es "contar historias que lleguen al coraz¨®n". "Los que fuimos los jovencitos de la nueva narrativa nos hemos ido profesionalizando, pero no basta con contar buenas historias si no se profundiza en la naturaleza humana".
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