Un equipo de 18 cirujanos logra el primer doble trasplante de manos
El paciente, inv¨¢lido por una explosi¨®n desde 1996, fue operado en Ly¨®n durante 17 horas
Un equipo internacional de 18 cirujanos, dirigidos por el profesor Jean-Michel Dubernard, logr¨® el pasado jueves, en el hospital ?douard Herriot de Ly¨®n, implantar las dos manos y antebrazos a un hombre de 33 a?os que hab¨ªa perdido los suyos en 1996, como consecuencia de una explosi¨®n. La operaci¨®n, concluida con ¨¦xito tras 17 horas de esfuerzo, constituye el primer caso de doble trasplante de manos que se registra en la historia de la medicina.
Medio centenar de personas, entre cirujanos, anestesistas y enfermeras, participaron en la intervenci¨®n, que dur¨® 17 horas: desde las seis de la ma?ana del jueves hasta las once de la noche. A lo largo de la jornada, los cirujanos, entre los que se encontraban el australiano Earl Owen -considerado como el padre de la microcirug¨ªa-, cuatro italianos y un brit¨¢nico, suturaron ininterrumpidamente arterias, nervios, tendones, m¨²sculos y piel, despu¨¦s de haber fijado los dos huesos de los antebrazos.Los m¨¦dicos conf¨ªan ahora en que los cuatro potentes inmunodepresores que han suministrado al paciente permitan soslayar el riesgo del rechazo, que constituye el verdadero desaf¨ªo de la operaci¨®n, ya que la microcirug¨ªa permite actualmente resolver muchos de los problemas t¨¦cnicos.
El ¨²nico precedente de una operaci¨®n de este tipo se produjo en septiembre de 1998, en el mismo hospital ?douard Herriot de Ly¨®n, al que pertenece buena parte del medio centenar de personas que han intervenido en el doble trasplante. En aquella ocasi¨®n, un equipo dirigido por el propio Dubernard implant¨® con ¨¦xito al neozeland¨¦s Clint Hallan la mano de una persona fallecida.
Contra los temores que albergaban entonces un buen n¨²mero de especialistas, el paciente neozeland¨¦s, de 49 a?os, no ha tenido pr¨¢cticamente problemas de rechazo a lo largo de estos 16 meses transcurridos, si bien la mano trasplantada no ha recuperado totalmente todas las funciones motrices y sensitivas con que contaba el miembro original.
El ¨²nico rechazo, si puede hablarse as¨ª, es de ¨ªndole social, puesto que varios miembros de la asociaci¨®n francesa de trasplantados acusan a Clint Hallan, que perdi¨® su mano derecha seccionada por una sierra el¨¦ctrica de la prisi¨®n en la que purgaba una condena por estafa, de haberse quedado con dinero de la entidad.
La positiva evoluci¨®n del trasplante efectuado a Hallan permiti¨® hace ya tiempo a los m¨¦dicos del ?douard Harriot cantar victoria y les ha animado a proseguir efectuando este tipo de trasplantes.
Con ocasi¨®n de aquella operaci¨®n, algunos especialistas, como el franc¨¦s Jean-Yves Alnot, mostraron su inquietud por el riesgo de rechazo, particularmente de piel, y se interrogaron sobre la ¨¦tica y la bondad de someter a una persona a un tratamiento inmunodepresor de por vida que facilita la infecciones y las patolog¨ªas malignas.
La otra vertiente de esta desconfianza hacia los transplantes de manos se funda en los problemas psicol¨®gicos que pueden eventualmente derivar de la necesidad de integrar miembros ajenos en el cuerpo y tambi¨¦n de soportar permanentemente la visi¨®n de las manos de un muerto, apuntan los cr¨ªticos.
Jean-Michel Dubernard, que tiene intenci¨®n de realizar en los pr¨®ximos dos a?os otros cinco dobles trasplantes, critica estos argumentos indicando que el ¨¦xito obtenido con Clint Hallan significa una "formidable esperanza para millares de personas amputadas".
El director del equipo del hospital de Ly¨®n sue?a ya con nuevas empresas. "Si estos trasplantes compuestos son bien tolerados por el organismo podr¨ªamos, por ejemplo, realizar trasplantes de rostros colocando sobre la estructura ¨®sea de un quemado los m¨²sculos y los cart¨ªlagos que han sido destruidos", plantea.
S¨®lo en Francia se calcula que se producen anualmente 1,4 millones de traumatismos de mano, y los cirujanos consiguen reimplantar unos 400 dedos.
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