"Las j¨®venes son el grupo m¨¢s oprimido de todos"
A Mar¨ªa Lurdes Pintassilgo, de 70 a?os, le apelaban la Thatcher roja cuando la nombraron primera ministra de Portugal, en 1979. Pese a que lo ¨²nico que tiene en com¨²n con su colega brit¨¢nica es el coraje y su condici¨®n de mujer. Pintasilgo es una cristiana radical que ha ido siempre por libre. Tras ser eurodiputada, ahora presta experiencia a instituciones vinculadas con los derechos humanos. Acaba de presentar en Madrid el libro Elegir el futuro; un programa radical para la mejora sostenible de la calidad de vida (Iepala), elaborado por la Comisi¨®n Independiente sobre Poblaci¨®n y Calidad de la Vida.Pregunta. Su programa radical para la reforma sostenible de la calidad de la vida, ?en qu¨¦ se diferencia de otras iniciativas que impulsan el desarrollo?
Respuesta. La palabra desarrollo se ha empobrecido en las ¨²ltimas d¨¦cadas. Ya s¨®lo expresa crecimiento econ¨®mico. Las ayudas del Fondo Monetario Internacional o del Banco Mundial a los pa¨ªses subdesarrollados van aparejadas con condiciones macroecon¨®micas radicales sobre inflaci¨®n, equilibrio presupuestario, empleo. ?Y qu¨¦ ha provocado esas exigencias? Que casi todos esos pa¨ªses han reducido sus inversiones en salud y educaci¨®n. La calidad de vida que proponemos est¨¢ ligada a los derechos humanos.
P. ?Y qu¨¦ tiene que ver con la sostenibilidad?
R. Desde la II Guerra Mundial hemos convertido a la econom¨ªa en un fin en s¨ª mismo. Tanto es as¨ª, que los pol¨ªticos s¨®lo hablan de inflaci¨®n, de equilibrio presupuestario, cuando la econom¨ªa deber¨ªa ser un medio para una vida mejor que tenga en cuenta el medio ambiente y el legado a las pr¨®ximas generaciones.
P. Cuando mencionan la capacidad de carga que tiene la tierra, ?a qu¨¦ se refieren?
R. Esa expresi¨®n la utilizan algunos inadecuadamente para indicar la poblaci¨®n que la tierra puede sostener. Hemos verificado que el planeta puede soportar m¨¢s personas de las necesarias para sobrevivir. El problema son los residuos que se generan, que no se resuelven con el principio de que "quien contamina, paga", porque hay procesos irreversibles. Por eso reclamamos la atenci¨®n de los pol¨ªticos sobre ciertas actividades econ¨®micas. Son tan contaminantes que tienen la responsabilidad ¨¦tica de decidir si son o no posibles para nosotros y las generaciones futuras. Tenemos que mantener la especie humana en las condiciones de dignidad que conocemos hoy.
P. ?A qu¨¦ tienen miedo?
R. A que se creen unas condiciones que faciliten un cambio gen¨¦tico de la especie humana.
P. Esa posibilidad, ?no es futurista?
R. Es real y posible. Mire lo que pasa con el cambio del clima, la capa de ozono, la contaminaci¨®n, los alimentos transg¨¦nicos. Tenemos que tener en cuenta que lo que es tecnol¨®gicamente posible puede no ser sociol¨®gicamente aceptable.
P. ?Por qu¨¦ asocian la democracia con el control de poblaci¨®n?
R. Cuando la democracia es representativa, las decisiones sobre reproducci¨®n no son estatales. Al Estado le cabe facilitar informaci¨®n sobre medios anticonceptivos, prestar servicios sanitarios y educativos, pero es la persona la que debe decidir.
P. Para una cristiana como usted, ?c¨®mo se ve la posici¨®n de la Iglesia sobre los anticonceptivos?
R. Los hombres que dirigen la Iglesia no han asimilado el cambio cultural, el control de las mujeres sobre su capacidad reproductiva. Cuando algunas jerarqu¨ªas hablan en contra, se contradicen con un principio consagrado por la Iglesia, como es el hecho de que muchas mujeres hayan escogido hist¨®ricamente el celibato, la maternidad espiritual, orientada hacia los necesitados. Esta elecci¨®n responde al mismo principio de ejercer el derecho a la reproducci¨®n. ?Est¨¢ claro lo que digo?
P. En Espa?a, s¨ª. ?Sabe que su tasa de fertilidad es la m¨¢s baja del mundo?
R. Eso se debe a la entrada masiva de las mujeres en el mundo laboral y a la viada diab¨®lica de las j¨®venes generaciones. Las considero el grupo m¨¢s oprimido de todos. La doble tarea de trabajar y tener hijos es insoportable. La competitividad internacional en la econom¨ªa est¨¢ absorbiendo la energ¨ªa de los hombres y las mujeres. Para m¨ª, la verdadera igualdad se alcanzar¨¢ cuando las tasas de fertilidad garanticen la supervivencia humana. Tenemos que caminar hacia otro modelo de organizaci¨®n del trabajo y corresponsabilizarnos del cuidado de la familia.
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