LA CR?NICA A ritmo de Cole Porter XAVIER MORET
Hay libros y libros. Y hay presentaciones y presentaciones. Y tambi¨¦n hay, por supuesto, presentaciones de libros y presentaciones de libros. Y no es lo mismo, claro. Hace unos d¨ªas, en el Pipa Club de Barcelona, se present¨® el libro Cole Porter, una biograf¨ªa publicada por editorial Alba. Dado que se trataba de presentar la biograf¨ªa de un m¨²sico eminente, autor de algunas de las canciones norteamericanas m¨¢s populares de este siglo, se opt¨® por una presentaci¨®n imaginativa. Es decir, no hubo mesa alargada con dos o tres sillas de tijera, ni tristes botellines de agua enfrente de cada silla, ni dos o tres presentadores que elogiaran por turnos el valor del libro en cuesti¨®n. Nada de eso. Todo lo que hubo fue un breve parlamento, a cargo del escritor Luis Magriny¨¤, y despu¨¦s se pas¨® a la actuaci¨®n del V¨ªctor de Diego Quartet (seg¨²n la invitaci¨®n) y V¨ªctor de Diego Quintet (seg¨²n el recuento de componentes).Hubo buena m¨²sica de jazz en el Pipa Club, y es de agradecer, ya que en este local situado en un principal de la plaza Reial se celebraron durante ocho a?os agradables veladas de jazz en un ambiente que, quiz¨¢ porque el club acoge reuniones de los devotos de la novela policiaca, recordaba el de los tiempos de la prohibici¨®n de Chicago. Hab¨ªa que tocar el timbre junto al bar Glaciar (a poder ser con el cuello de la gabardina alzado), esperar a que alguien te abriera, subir por una estrecha escalera y, sorprendentemente sin necesidad de contrase?a, se acababa accediendo a los salones del Pipa Club, donde hab¨ªa se?ores fumando en pipa, un pub de ambiente Sherlock Holmes y un grupo de jazz deleitando a la concurrencia. Desde los balcones del Pipa Club, adem¨¢s, se pod¨ªa contemplar la vida de la plaza Reial de una manera civilizada, con una copa en la mano, el sonido del jazz de fondo y una perspectiva inmejorable.
L¨¢stima que, en una plaza con problemas de ruido de todo tipo, al Ayuntamiento le dio por ponerse severo con el jazz del Pipa Club y acab¨® por prohibirlo hace unos meses por la falta de condiciones del local. El jazz del Pipa sigue sobreviviendo, por supuesto, aunque vive actualmente en el exilio de los salones del hotel Oriente. Est¨¢ en La Rambla, a cuatro pasos, pero no es lo mismo que la plaza Reial.
Pero volvamos al libro, a la biograf¨ªa de Cole Porter (1891-1964). A trav¨¦s de sus p¨¢ginas se deduce que Porter fue un m¨²sico privilegiado. Vivi¨® a fondo el Par¨ªs de los a?os veinte, arm¨® el taco en la Venecia de la ¨¦poca con una orquesta de jazz, triunf¨® en Broadway en los a?os treinta y acab¨® escribiendo musicales para Hollywood en los cuarenta. Un accidente de caballo le dej¨® paral¨ªtico en 1937, pero no por ello perdi¨® las ganas de vivir. Tuvo casa en Par¨ªs, chalet en la Costa Azul, palacio en Venecia, mansi¨®n en California y un apartamento en el piso 40 de las torres Waldorf de Nueva York. Por si con todo esto no tuviera suficiente, hered¨® una fortuna de su abuelo, se cas¨® con una millonaria y se dedic¨® a viajar por todo el mundo al ritmo relajante de los cruceros de antes, con giras que duraban m¨¢s de medio a?o y que no ten¨ªan nada que ver con el ritmo estresante de las estrellas de rock actuales.
En el libro se cuentan algunas an¨¦cdotas jugosas de Porter, como el encuentro que relata un amigo suyo en el bar del Ritz de Par¨ªs, junto a "los restos de Scott Fitzgerald instalados en una silla". "Me present¨® al duque de Alba, que iba disfrazado de corista y llevaba un perro atado con una cadena de plata", dice. Tambi¨¦n hay informaci¨®n detallada sobre las numerosas fiestas sociales, sobre su amistad con los tambi¨¦n compositores Irving Berlin y George Gershwin, sobre la homosexualidad de Porter y sobre los cruceros que emprend¨ªa por todo el mundo. En uno de ellos, por cierto, en 1955, pas¨® por la Costa Brava y, con su facilidad para la rima, Porter escribi¨®: "I strolled the Costa Brava one evening by the shore/ And on the Costa Brava I found the one of all to adore/ We dreamed on the Costa Brava a dream that could never be/ But how I missed the Costa Brava and the lips I kissed by the sea..." (paseaba por la Costa Brava una noche junto al mar/ y en la Costa Brava encontr¨¦ a quien adorar/ So?amos en la Costa Brava un sue?o que no pudo ser/ pero c¨®mo extra?¨¦ la Costa Brava y los labios que junto al mar bes¨¦...). Todo muy Cole Porter, muy alegre y desenfadado. Porter nos dej¨® algunos ¨¦xitos que todav¨ªa perduran, como Night and day, Begin the beguine, I"ve got you under my skin y Every time we say goodbye. En la presentaci¨®n del Pipa Club qued¨® claro que la editorial Alba apuesta por lo multimedia, ya que no s¨®lo se ha encargado de la edici¨®n del libro, sino que jug¨® a fondo sus bazas de promoci¨®n, incluyendo en la agradable velada una sorprendente versi¨®n de Every time we say goodbye a cargo de su jefa de prensa, Paulina Fariza, que actu¨® acompa?ada por el V¨ªctor de Diego Quartet (o Quintet). Hubo aplausos un¨¢nimes, elogios sin medida y admiraci¨®n rendida, como tambi¨¦n cuando Elena Vilallonga cant¨® I"ve got you under my skin, otro cl¨¢sico de Cole Porter. La velada prosigui¨® hasta tarde por los salones del Pipa Club, en un ambiente que, aunque no lleg¨® a ser el del Ritz de Par¨ªs o el Waldorf de Nueva York, seguro que habr¨ªa sido del agrado de Cole Porter. La noche, por un d¨ªa, se volvi¨® a te?ir de jazz en el Pipa Club.
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