El socialista Lagos gana las elecciones en Chile y promete un pa¨ªs nuevo y unido
Un socialista vuelve a ocupar el palacio de La Moneda 27 a?os despu¨¦s de que Salvador Allende fuese derrocado y muerto por un golpe militar. Ricardo Lagos gan¨® ayer la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Chile por m¨¢s de 180.000 votos de ventaja sobre su contrincante de la derecha, Joaqu¨ªn Lav¨ªn.
Lagos ha obtenido una mayor¨ªa m¨¢s amplia de lo esperado y suficiente para gobernar los pr¨®ximos seis a?os. Lagos habl¨® anoche de un pa¨ªs "nuevo y unido" y de una sociedad basada en el respeto de los derechos humanos. La victoria de Lagos constituye un paso hist¨®rico en la transici¨®n democr¨¢tica chilena, que todav¨ªa tendr¨¢ que pasar la p¨¢gina de la dictadura cuando Augusto Pinochet regrese a Santiago, quiz¨¢ esta misma semana. La multitud que celebr¨® la victoria de Lagos anoche lo interrumpi¨® en varias ocasiones al grito de "?Juicio a Pinochet!".Con cerca del 100% de las mesas escrutadas, Lagos obten¨ªa el 51,32% de los m¨¢s de siete millones de votos v¨¢lidos, mientras que Lav¨ªn se quedaba en el 48,68%. El resultado es m¨¢s holgado que el registrado en la primera vuelta, el 12 de diciembre, cuando Lagos aventaj¨® a Lav¨ªn por 31.000 votos. Lagos asumir¨¢ el cargo el 11 de marzo de manos de Eduardo Frei, el hijo del presidente democristiano del mismo nombre que le entreg¨® la banda presidencial a Allende en 1971.
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Lagos conf¨ªa el "caso Pinochet" a los tribunales ante el clamor de justicia de sus seguidores
Viene de la primera p¨¢gina Las primeras palabras de Ricardo Lagos en su discurso de victoria fueron para agradecer la presencia all¨ª de Hortensia Bussi, la viuda de Allende, a la que mencion¨® como "representante de la dignidad de Chile". En medio de su discurso, Lagos fue interrumpido por la multitud que le escuchaba con gritos de "?Juicio a Pinochet! ?Juicio a Pinochet!", a lo que Lagos respondi¨®: "Los juicios los resuelven los tribunales, y har¨¦ respetar las decisiones de la justicia".
La reacci¨®n anoche en las calles de Santiago era de tranquilidad. Al margen de peque?os incidentes achacables a la presencia de decenas de miles de personas en las calles, no se inform¨® de sucesos destacables de violencia. Miles de seguidores de Lagos se concentraron pac¨ªficamente para celebrar su triunfo en la plaza de la Constituci¨®n, frente a La Moneda, protegida por un cord¨®n de polic¨ªas.
"Entramos al siglo XXI con un sentido de uni¨®n y de tarea compartida, con el prop¨®sito tambi¨¦n de resolver los dolores que quedan del siglo que se va", dijo Lagos a los miles de simpatizantes congregados. Prometi¨® "defender los derechos humanos como base de nuestra convivencia organizada". Y a?adi¨®: "No me olvidar¨¦ del pasado, pero mis ojos est¨¢n puestos en el futuro".
El presidente electo de Chile invit¨® a sus hasta ahora rivales a "construir el pa¨ªs nuevo que nos han encargado". Precisamente, el candidato derrotado, un antiguo pinochetista que ha prometido un proceso de renovaci¨®n de la derecha chilena, acudi¨® s¨®lo dos horas despu¨¦s del cierre de los colegios al cuartel general de la campa?a de Lagos para abrazarse a su contricante ante las miradas de miles de militantes socialistas y de las c¨¢maras de la televisi¨®n. Los ritos de la democracia se cumpl¨ªan sin mayores percances, pero el abrazo de Lav¨ªn, de 46 a?os, y Lagos, de 61, marca por s¨ª mismo un hecho ins¨®lito de reconciliaci¨®n en la historia de Chile.
El voto es obligatorio en Chile, pero eso no es suficiente para explicar la mayor afluencia a las urnas en la jornada de ayer respecto a la primera vuelta. Chile fue consciente de la trascendencia de estas elecciones y, en pleno fin de semana de vacaciones veraniegas, los votantes se precipitaron a los centros de escrutinio para emitir su veredicto.
Ambos candidatos aumentaron el n¨²mero de votos respecto a los de la anterior jornada electoral, pero fue Lagos el que se vio m¨¢s beneficiado. Probablemente, los cerca de 250.000 votos que el mes pasado cayeron del lado del Partido Comunista, han jugado ahora un papel fundamental a favor del candidato socialista. Los analistas han detectado tambi¨¦n un incremento de participaci¨®n en las urnas de las mujeres, que votan por separado, y que ahora lo hicieron de manera m¨¢s generosa por el aspirante del Gobierno en los barrios populares.
Con un apreciable giro en su campa?a para la segunda vuelta, Lagos consigui¨® tambi¨¦n acentuar su imagen centrista, para lo que quiz¨¢ pudo verse favorecido en el ¨²ltimo momento por el anuncio del pr¨®ximo retorno de Pinochet, que el Gobierno valor¨® como un ¨¦xito de su estrategia de defensa de la soberan¨ªa nacional. Pero, probablemente, fue m¨¢s significativo en la recta final de la campa?a la movilizaci¨®n del voto del miedo frente al avance de la derecha, que acab¨® pareciendo incontenible.
Pese a su derrota, Joaqu¨ªn Lav¨ªn obtuvo una votaci¨®n que hubiera sido impredecible hace s¨®lo unos meses. El joven miembro del Opus Dei y antiguo alcalde del distrito m¨¢s rico de Santiago llev¨® a la derecha a las puertas del Gobierno, a las que seguramente llamar¨¢ con fuerza dentro de seis a?os. Lav¨ªn super¨® la votaci¨®n obtenida por Pinochet en el refer¨¦ndum de 1988 y consum¨® la incorporaci¨®n en el sistema democr¨¢tico de una derecha nacida en la dictadura.
Lav¨ªn se puede considerar un triunfador de este proceso electoral. As¨ª lo hizo anoche en su mensaje de aceptaci¨®n de la derrota. "Creo que no podemos estar triste", dijo a sus seguidores. "Hemos tenido una votaci¨®n espectacular. Hicimos una gran campa?a. Creo que nuestra campa?a ayud¨® a que esta fuera la elecci¨®n m¨¢s pac¨ªfica y al reencuentro entre los chilenos". El candidato derechista asegur¨® que estas elecciones han hecho verdad "el sue?o de un pa¨ªs distinto, sin divisiones pol¨ªticas", y se puso a disposici¨®n de Ricardo Lagos "para trabajar por la unidad de los chilenos".
Al nuevo presidente le queda una tarea ingente por hacer. Est¨¢ pendiente en Chile una reforma pol¨ªtica que permita la democratizaci¨®n del Senado; debe asumir el mando sobre las Fuerzas Armadas, para lo que necesita recuperar el poder de nombrar a los m¨¢ximos jefes militares, y tendr¨¢ que afrontar varias reformas legislativas. Pero para poder hacerlo ser¨¢ indispensable contar el respaldo de la derecha.
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