Nuevas ideas para el futuro
La educaci¨®n debe responder a una nueva sociedad caracterizada por ser m¨¢s abierta y competitiva, por incorporar m¨²ltiples culturas, por su mayor exigencia en la formaci¨®n de las nuevas generaciones de alumnos, por estar envuelta en sistemas y redes globales de comunicaci¨®n y por avanzar hacia formas de trabajo m¨¢s flexibles e inestables ?C¨®mo puede el sistema educativo enfrentarse a esta situaci¨®n con garant¨ªas de ¨¦xito? Dos premisas son fundamentales. La primera, desconfiar de las opciones conservadoras que a?oran la educaci¨®n del pasado, sin recordar que aquella situaci¨®n social a la que respond¨ªa, por otra parte m¨¢s desigual e injusta, ya no existe. La segunda, ser conscientes de que los problemas escolares no se resuelven solamente desde las reformas educativas, sino que, simult¨¢neamente, son imprescindibles iniciativas econ¨®micas, sociales, culturales y familiares. Desde este planteamiento, es necesario proponer nuevas ideas para resolver los problemas existentes. Las cuatro siguientes, formuladas de forma concisa, son algunas de las m¨¢s relevantes.1. Una sociedad comprometida con la educaci¨®n.
Uno de los mecanismos capaces de garantizar que este compromiso se lleva a la pr¨¢ctica puede concretarse en la necesidad de un estudio previo sobre el impacto educativo de determinados proyectos e iniciativas. As¨ª como la evaluaci¨®n del impacto medioambiental ha tenido el acierto no s¨®lo de preservar el medio ambiente, sino de llevar a la conciencia de los ciudadanos la necesidad de cuidarlo y defenderlo, habr¨ªa que hacer algo similar en la educaci¨®n. Ser¨ªa necesario que se estableciera el requisito de un estudio de impacto educativo en un gran n¨²mero de potenciales iniciativas: dise?o de nuevos barrios, medios de comunicaci¨®n audiovisual, centros de ocio, centros de salud, determinados tipos de industrias o de servicios relacionados con el turismo y las actividades culturales para conseguir que todos ellos incorporen una dimensi¨®n educadora: informaci¨®n, debates, juegos, exposiciones, aulas de cultura, etc.
2. El acuerdo de la Administraci¨®n educativa con cada centro escolar.
La apertura, el dinamismo, la confianza, la responsabilidad, la cooperaci¨®n y la exigencia son los rasgos que definen a las organizaciones m¨¢s competentes y con mayor capacidad de enfrentarse a los retos actuales. Estas caracter¨ªsticas no suelen estar presentes en las instituciones escolares. Hace falta un nuevo marco organizativo que abra perspectivas a los centros docentes y que les ofrezca capacidad de decisi¨®n, posibilidades para colaborar con asociaciones e instituciones externas, apertura al exterior y flexibilidad organizativa. Lo que debe asegurar la Administraci¨®n educativa es que todos los centros sostenidos con fondos p¨²blicos se responsabilicen por igual de los alumnos con mayores problemas y que aquellos centros situados en zonas socioecon¨®micas m¨¢s desfavorecidas reciban m¨¢s recursos personales y econ¨®micos que el resto. En este marco, la Administraci¨®n educativa debe de ser capaz de negociar y acordar un programa espec¨ªfico con cada uno de los centros, de tal manera que puedan desarrollarlo en el periodo de tiempo que se pacte. La contrapartida tiene que ser una evaluaci¨®n rigurosa del funcionamiento del centro con ¨¢nimo de conocer y mejorar y no de comparar y seleccionar.
3. La actualizaci¨®n permanente de los objetivos y de los m¨¦todos de ense?anza.
Se est¨¢n modificando los lugares y los tiempos de aprender, pero tambi¨¦n es necesario transformar los estilos y los m¨¦todos de ense?anza. Ense?ar se convierte en el arte de dise?ar situaciones que susciten el inter¨¦s y comprometan la actividad mental de los alumnos. El profesor es el profesional capaz de vertebrar y dar significado a las m¨²ltiples y dispersas experiencias que el alumno vive. Una de sus tareas principales es conseguir que los alumnos quieran saber m¨¢s y comprueben en su propia experiencia que el conocimiento progresa con el esfuerzo, pero tambi¨¦n con la curiosidad y el descubrimiento. Este objetivo se facilita con la presencia de materiales de consulta en el aula y con la utilizaci¨®n del ordenador de forma habitual. Pero, adem¨¢s, ense?ar es tambi¨¦n velar por el desarrollo afectivo, social y moral de los alumnos, lo que ennoblece a¨²n m¨¢s la acci¨®n educadora.
4. Una nueva regulaci¨®n de la profesi¨®n docente.
El desajuste creciente entre las demandas hacia los profesores y sus posibilidades reales de enfrentarse a ellas constituye uno de los n¨²cleos centrales del problema educativo. Hace falta una nueva regulaci¨®n de la profesi¨®n docente que asegure la formaci¨®n y el desarrollo profesional, que incentive la dedicaci¨®n, el trabajo en equipo y el esfuerzo y que desarrolle tambi¨¦n una ¨¦tica profesional que sea respetada por todos y exigida por los propios representantes de los profesores. Con esta finalidad ser¨ªa positivo que existiera un Consejo General de los Docentes, elegido por ellos, que estableciera unos principios ¨¦ticos de la profesi¨®n y que se convirtiera, por su sistema de autocontrol y de exigencia interna y externa, en una instituci¨®n defensora del prestigio de la profesi¨®n docente ante el conjunto de la sociedad.
?lvaro Marchesi, ex secretario de Estado de Educaci¨®n, es catedr¨¢tico de Psicolog¨ªa Evolutiva de la Universidad Complutense.
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