Un Big Bang entre ricos y pobres
El acceso a la educaci¨®n es el derecho humano m¨¢s prioritario para los pa¨ªses pobres en el nuevo siglo. Seg¨²n el ¨²ltimo informe del Unicef, Estado mundial de la infancia, hay casi 1.000 millones de personas incapaces de leer, de firmar, y por supuesto de entender un mero formulario. Uno de cada cuatro adultos de los pa¨ªses pobres es analfabeto, denuncia el informe de Oxfam International Rompiendo el ciclo de la pobreza. Esto, en la era de la globalizaci¨®n comercial y del imperio de los ordenadores.El reto del siglo est¨¢ en c¨®mo frenar el Big Bang educativo que no s¨®lo distancia a pa¨ªses pobres y ricos, sino tambi¨¦n -en las propias sociedades bautizadas en la jerga de los expertos como en v¨ªas de desarrollo- a quienes reciben una ense?anza de calidad y a quienes, con mucha suerte, optar¨¢n a las migajas de una ense?anza de caridad.
En esos pa¨ªses atenazados por la deuda externa, por las consecuencias no naturales de frecuentes desastres naturales, y por la met¨¢stasis de la desigualdad, todo indica que la educaci¨®n superior y universitaria adquirir¨¢ niveles presupuestarios importantes y beneficiar¨¢ a una ¨¦lite poderosa (lo que ya est¨¢ ocurriendo en Am¨¦rica Latina); pero el derecho humano a una educaci¨®n b¨¢sica seguir¨¢ inalcanzable para la inmensa mayor¨ªa. Unos 125 millones de ni?os nunca llegar¨¢n a la escuela, otros 150 millones la abandonar¨¢n (sobre todo ni?as, obligadas por las familias a arrostrar las tareas dom¨¦sticas, o puestas a buen recaudo en casa con vistas a casarlas).
Especialmente ?frica se ver¨¢ flagelada por la miseria educativa. De momento, mientras un chico occidental recibe educaci¨®n durante 17 a?os, un mozambique?o ir¨¢ a clase tres o cuatro.
La educaci¨®n b¨¢sica facultar¨ªa al Tercer Mundo para defenderse de la miseria y la desigualdad. A corto plazo, la ense?anza primaria literalmente salva vidas. Una madre no analfabeta impedir¨¢ que sus hijos sucumban a infecciones evitables: en Ghana, por ejemplo, la mortalidad infantil es el doble en familias en las que la madre no fue a la escuela.
Adem¨¢s, la educaci¨®n salva de la pobreza: en toda Centroam¨¦rica, cada a?o de colegio permite que entre un 5% y un 10% m¨¢s de la poblaci¨®n pueda incorporarse en su momento a la tabla de salvaci¨®n de la econom¨ªa informal. Y, fuera de duda, una eficiente ense?anza b¨¢sica formar¨¢ ciudadanos responsables y cr¨ªticos.
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