Discrepancias entre los estudios biol¨®gicos y epidemiol¨®gicos El efecto cardiosaludable del vino todav¨ªa no est¨¢ suficientemente aclarado
Las bases biol¨®gicas del efecto beneficioso del consumo moderado de vino no est¨¢n por ahora debidamente esclarecidas. Beber no m¨¢s de dos o tres vasos diarios parece tener un efecto cardiosaludable en los adultos, especialmente en las personas con mayor riesgo cardiovascular. Pero la acumulaci¨®n de estudios in vitro, de laboratorio, cl¨ªnicos y epidemiol¨®gicos ofrece resultados discordantes que no han logrado dilucidar sobre qu¨¦ componentes qu¨ªmicos del vino recaen sus propiedades cardiosaludables y si realmente el vino es m¨¢s beneficioso que otras bebidas alcoh¨®licas.
La inflaci¨®n de estudios m¨¦dicos sobre el vino (m¨¢s de un millar en los ¨²ltimos cinco a?os en las revistas m¨¢s importantes) es incesante y comparable al aumento del precio de este producto. Una de las cuestiones que acaparan mayor inter¨¦s es la de si las virtudes del vino hay que atribuirlas estrictamente a su componente alcoh¨®lico (etanol) o si adem¨¢s influyen otros, lo que otorgar¨ªa cierta supremac¨ªa al vino sobre otras bebidas alcoh¨®licas.De entre todos los componentes del vino, los que m¨¢s reiteradamente se han postulado para explicar su efecto cardiosaludable son los flavonoides. En su primer n¨²mero del a?o 2000, una de las revistas m¨¢s influyentes, American Journal of Clinical Nutrition, publica un trabajo que muestra que la presencia o ausencia de alcohol en el vino no afecta a la absorci¨®n de flavonoides por el organismo humano. Esto vendr¨ªa a apoyar la teor¨ªa de que estas sustancias antioxidantes del vino producen un efecto beneficioso con independencia del componente alcoh¨®lico. O, lo que viene a ser lo mismo, que el vino ser¨ªa m¨¢s cardiosaludable que otras bebidas alcoh¨®licas, como desean ver confirmado algunos bodegueros y el llamado lobby del vino, que patrocina buena parte de la investigaci¨®n.
Sin embargo, esto est¨¢ muy lejos de ser probado, seg¨²n los expertos en salud p¨²blica. A pesar de lo que sugieren algunas investigaciones de laboratorio, "el efecto favorable de los flavonoides y otros componentes no alcoh¨®licos del vino no est¨¢ demostrado en el organismo humano y en estudios de poblaci¨®n", afirma Fernando Rodr¨ªguez Artalejo, catedr¨¢tico de Medicina Preventiva y Salud P¨²blica de la Universidad del Pa¨ªs Vasco en Vitoria y uno de los principales investigadores espa?oles sobre el riesgo cardiovascular asociado al consumo de vino y alcohol.
"No existen evidencias de que el vino sea superior al alcohol", se?ala Rodr¨ªguez Artalejo. A juicio de este experto, "la cantidad de la investigaci¨®n depende mucho de la fuerza de los patrocinadores", pero esta abundancia no quiere decir que sea relevante cient¨ªficamente.
El efecto beneficioso de las bebidas alcoh¨®licas se ha establecido epidemiol¨®gicamente, tras confirmarse en repetidos estudios con grandes poblaciones humanas la asociaci¨®n entre el consumo moderado de alcohol y una menor mortalidad por infartos y otras dolencias cardiovasculares. Asimismo, se ha comprobado que esta asociaci¨®n entre consumo y riesgo dibuja una curva en J, lo que indica que beber con moderaci¨®n es m¨¢s saludable que ser abstemio, pero que a partir de un consumo de dos o tres dosis diarias el riesgo se dispara.
Otro aspecto que muestran los estudios epidemiol¨®gicos realizados en Espa?a por el equipo de Rodr¨ªguez Artalejo, es que la difusi¨®n del mensaje de que el consumo moderado de vino es bueno para la salud lleva emparejada un aumento del n¨²mero de bebedores excesivos. Esto se explica porque "los determinantes sociales del consumo afectan a toda la poblaci¨®n de bebedores, ya sean ligeros, moderados o excesivos", seg¨²n Jos¨¦ Ram¨®n Banegas, especialista en medicina preventiva.
A falta de una base biol¨®gica de la supremac¨ªa del vino sobre otras bebidas alcoh¨®licas, los an¨¢lisis sociol¨®gicos tienden a mostrar que el bebedor de vino tiene un nivel socioecon¨®mico mayor y que probablemente est¨¦ m¨¢s preocupado por su salud, haga m¨¢s deporte, coma mejor y en general tenga unos h¨¢bitos de vida m¨¢s sanos. Sin embargo, como indica Banegas, por ahora "est¨¢ por dilucidar si realmente hay otros componentes del estilo de vida que hacen que los bebedores de vino sean m¨¢s saludables".
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