Parque Central, a?os robados

MANUEL PERIS

Afirma Zaplana que la sociedad valenciana est¨¢ convencida de que habr¨¢ l¨ªnea ferroviaria de alta velocidad con Madrid. Desde luego se habla del asunto. Pero poco m¨¢s, porque la consignaci¨®n presupuestaria no se ha movido m¨¢s all¨¢ de los estudios preliminares, que como dice la copla "les permita hallar un marco previo / que garantice unas premisas m¨ªnimas/ que faciliten crear los resortes/ que impulsen un punto de partida s¨®lido y capaz / de este a oeste y de sur a norte/ donde establecer las bases..." de lo que ser¨¢ "un hermoso futuro".

Aunque sea evidente que la l¨ªnea recta es la m¨¢s corta entre dos puntos y que la capital valenciana y su entorno concentran el grueso de toda la poblaci¨®n del territorio valenciano, la cuesti¨®n del trazado del AVE se ha convertido en una especie de culebr¨®n que ha recorrido toda la legislatura que termina. De manera que por la forma como se ha manejado el asunto del dichoso tren, m¨¢s que un ave parece una serpiente emplumada, una quimera con la que distraer a la parroquia haci¨¦ndole creer que vuela por la Espa?a de las oportunidades, cuando lo cierto es que apenas repta por los pasillos ministeriales.

Sin embargo y a pesar de todas las evidencias, parece que se olvida una obviedad: vayan por donde vayan las conexiones, los nuevos trenes tendr¨¢n que pasar, como los actuales, por la Estaci¨®n del Norte de Valencia y seguir atravesando la sufrida ciudad.

Desde hace m¨¢s de diez a?os que la capital tiene pendiente la construcci¨®n del Parque Central y el soterramiento definitivo de las v¨ªas con una operaci¨®n similar a la que se hizo con el acceso norte durante la etapa socialista. Nada se ha movido en este asunto desde la llegada de Rita Barber¨¢ a la alcald¨ªa. Durante sus primeros cuatro a?os de mandato adujo que el parque no se hac¨ªa por culpa de los socialistas, que marginaban a Valencia en los presupuestos de la Generalitat y del Gobierno central. Lleg¨® Zaplana a la Generalitat, luego Aznar a la Moncloa, las v¨ªas siguen donde estaban y cuando se habla del parque central miran unas veces para Albacete y otras para Cuenca, sin duda buenos labrant¨ªos para marear la perdiz del AVE. Mientras tanto, los dineros p¨²blicos se emplean en las tierras, seguro que m¨ªticas, de Benidorm.

Las v¨ªas son un muro de la verg¨¹enza que divide Valencia. El parque central es tan vital como el jard¨ªn del Turia. Sin ¨¦l no se va a poder ordenar m¨ªnimamente el conjunto de la ciudad. Est¨¢ en juego no ya la habitabilidad del centro hist¨®rico de la ciudad, sino de todo el sur, de Russafa, de Malilla, del distrito de Quatre Carreres y de todo el eje de San Vicente extramuros.

Diez a?os es mucho tiempo en la vida de una persona. Diez a?os son toda una infancia, m¨¢s que una adolescencia, casi toda la juventud, una parte de la madurez, o la mejor vejez. Diez a?os sin espacios de juego, sin campos para dar patadas al bal¨®n, sin territorios para sue?os, amor¨ªos, paseos y carreras, sin ¨¢rboles para respirar, sin bancos desde donde evocar, sin un lugar desde donde mirar el silencio leyendo un poema, o para disfrutar del sol del crep¨²sculo, diez a?os sin parque, son muchos a?os robados a una ciudad y a la vida de cada uno de sus habitantes.

Mucho tiempo. Carpe diem, nos dec¨ªan los cl¨¢sicos, pilla el d¨ªa no seas demasiado cr¨¦dulo con el ma?ana.