Por fin, el pacto

Si algo ha marcado las relaciones de IU y PSOE en los ¨²ltimos a?os, al margen de la consustancial ri?a por el electorado de izquierda, es el debate de ida y vuelta sobre las posibilidades de entablar pactos. La llegada del PP a la Moncloa por fin despej¨® el campo para ensayar una alianza en el terreno municipal y lo que antes parec¨ªa un milagro se produjo, con el resultado de un compromiso de apoyo mutuo en 118 localidades. A finales del pasado junio, ambas formaciones rubricaron un escrito para desbancar las alcald¨ªas en minor¨ªa de los populares. Izquierda Unida pudo salvar la cara de la escabechina de votos y recuperar la emblem¨¢tica C¨®rdoba, y sostenerse en un total de 90 ayuntamientos. Los socialistas rompieron la hegemon¨ªa del PP y se hicieron con Almer¨ªa y Granada y la Diputaci¨®n de M¨¢laga. En algunos casos el acuerdo marco no lleg¨® a cuajar: las rencillas personales, larvadas durante d¨¦cadas, fueron m¨¢s fuertes que la buena voluntad de las direcciones regionales de IU y PSOE.Pero mientras a los socialistas el pacto no les acarre¨® problemas internos, en IU ha sido el catalizador de las divergencias, hasta el punto de captar la atenci¨®n de la ¨²ltima asamblea.