Carlos Pascual de Miguel Presidente del Consejo Social de la Universidad de Valencia "Lo que hay que hacer es unificar las universidades valencianas"
Pregunta. ?Qu¨¦ hace un notario en la presidencia de tres ¨®rganos universitarios?Respuesta. A todos llegu¨¦ por diferentes caminos. A la Fundaci¨®n Ca?ada Blanch llegu¨¦ a finales de los ochenta. Nada tiene que ver que luego se contacte conmigo para que participe en otros proyectos de inter¨¦s social. De los cargos que me propusieron descart¨¦ algunos porque no ten¨ªa tiempo y otros porque nunca quise responsabilidades con vinculaciones pol¨ªticas. Yo tengo actividades p¨²blicas no pol¨ªticas y, en democracia, la sumisi¨®n partidista es la que diferencia la actividad p¨²blica de la pol¨ªtica.
Llegu¨¦ al Consejo Social de la Universitad de Valencia un poco sin darme cuenta, pero puse como condici¨®n la independencia absoluta. Acept¨¦ por sensibilidad social. A estas alturas ya no tengo casi ninguna vanidad personal, pero hay veces que uno tampoco puede andar con falsas modestias y si los dem¨¢s creen que uno puede ser ¨²til en algo... Estar¨¦ un tiempo porque los cargos cansan y las ideas hay que renovarlas.
P. Usted alienta la creaci¨®n de la c¨¢tedra de Cultura Empresarial. ?Por qu¨¦?
R. En estos momentos se est¨¢ replanteando cu¨¢l es la estructura m¨¢s adecuada para que los consejos sociales cumplan con su funci¨®n. Este reto es importante en la Comunidad, una de las pocas que tiene pendiente la publicaci¨®n de una nueva ley. El Gobierno valenciano la prepara y uno de los objetivos del consejo es facilitar la conexi¨®n entre sociedad y universidad. Y dentro de la sociedad, el mundo empresarial ocupa un lugar relevante; de ah¨ª que la relaci¨®n con la universidad no es s¨®lo recomendable sino imprescindible. Es tan trascendente que preocupa, ocupa y, a veces, inculpa al poder pol¨ªtico. Y ah¨ª est¨¢n los tres vertices de un tri¨¢ngulo y en la intersecci¨®n, el consejo social.
P. Las relaciones entre universidad y empresa han sido dif¨ªciles. ?Por qu¨¦?
R. No es f¨¢cil de resumir. Despu¨¦s del tiempo que llevo en la presidencia del consejo, mi an¨¢lisis s¨®lo puede referirse a la Universidad de Valencia-Estudi General, que es lo que conozco. Aqu¨ª existe un verdadero v¨ªnculo indisoluble, no lo del matrimonio, que uno se divorcia cuando quiere.
Las reticencias surgen por muchos motivos. La universidad ha sido la gran v¨ªctima de la masificaci¨®n, responsable de los desfases de infraestructuras, presupuestos, financiaci¨®n, profesores, etc¨¦tera. La instituci¨®n a la que pertenezco, que ahora celebra 500 a?os, es pluriforme y por eso sus planteamientos no son homog¨¦neos.
Frente a esta realidad, el mundo de la empresa valenciana es unipersonal. El empresario, y yo les admiro mucho, son personalistas; sus criterios son los de la rentabilidad inmediata: 'todo lo que no me sirve hay que excluirlo'. Y la universidad es todo lo contrario. Es docencia, reflexi¨®n e investigaci¨®n. La primera vez que asist¨ª a una reuni¨®n entre las dos partes not¨¦ una discordancia. El lenguaje agresivo del empresario chocaba con el respetuoso y, quiz¨¢ un poco ceremonioso, de la universidad. La universidad, por su raz¨®n de ser, no es nunca sumisa, y eso provoca, en ocasiones, que los planteamientos universitarios no encajen bien o no sean bien vistos por el mundo empresarial, muy susceptible a que se pongan en entredicho sus actuaciones y su ¨¦xito actual. Esas son las grandes razones de ese clima, que no era de divorcio, pero s¨ª de distorsi¨®n.
P. ?Puede que influyera la escasa formaci¨®n universitaria de una generaci¨®n de empresarios?
R. Yo he notado un cambio tremendo. Hemos contribuido a descubrir que la realidad no es la que se estaba vendiendo, que hab¨ªa m¨¢s relaci¨®n de lo que ellos mismos cre¨ªan. Se trataba de mejorar la percepci¨®n de la realidad, porque la universidad se hab¨ªa convertido en una especie de entidad fajadora, a la que era l¨ªcito darle todos los palos. Cuando alguien no sab¨ªa qu¨¦ hacer se met¨ªa con la universidad. Que si era una f¨¢brica de parados, que no serv¨ªa para nada... Todos los palos iban a la universidad porque ten¨ªa anchas las espaldas y hasta quedaba bien criticar a la universidad.
P. ?Y eso le parece que ha cambiado?
R. Creo que la econom¨ªa valenciana ha cambiado radicalmente. Se han mejorado los modos empresariales, se ha ganado en rigor y la empresa est¨¢ ganando mucho dinero de acuerdo a unos par¨¢metros europeos. La empresa ha incorporado a gente con capacidad de decisi¨®n, que est¨¢ cambiando el talante empresarial. Adem¨¢s, creo que est¨¢ a punto de llegar la renovaci¨®n generacional y estoy convencido de que la empresa valenciana, en pocos a?os, tendr¨¢ una generaci¨®n de empresarios en puestos relevantes con treinta y tantos o cuarenta a?os, muy preparada, que borrar¨¢ esa imagen p¨²blica no muy brillante que se tiene del empresario valenciano. Esa nueva generaci¨®n, que mucha gente reclama, tendr¨¢ pendiente la profesionalizaci¨®n de la empresa.
P. ?La c¨¢tedra de Cultura Empresarial es producto de este cambio?
R. En el ambiente de distorsi¨®n al que me he referido antes, me di cuenta de que las discrepancias eran formales. Pero as¨ª como la universidad me mostr¨® su predisposici¨®n a avanzar, a recibir las influencias y proyectos con los brazos abiertos, el mundo de la empresa no me fue inicialmente tan propicio. Cuando la universidad dice que hace una cosa la hace siempre; si ha discrepado, lo ha hecho, pero no ha dicho una cosa en un sitio y otra en otro. El mundo empresarial calific¨® la idea de magn¨ªfica y necesaria, pero ninguno nos dio el soporte que necesit¨¢bamos.
P. Ahora hay muchos empresarios ligados a la c¨¢tedra.
R. En esos encuentros, los empresarios me hacen llegar que existe mucho titulado universitario con buenos conocimientos t¨¦cnicos pero sin ning¨²n concepto de la empresa. Con esa idea surge la c¨¢tedra: Queremos generar vocaci¨®n empresarial.
P. ?Y sus contenidos?
R. Es una c¨¢tedra abierta, que ofrece la posibilidad de acceder a un curso especializado con seis cr¨¦ditos de libre elecci¨®n. La empresa quiere titulados universitarios especialistas en lo que ellos producen y que est¨¦ a pleno rendimiento a los dos meses. Pero la universidad no est¨¢ para hacer titulados por dise?o.
Volviendo a la c¨¢tedra... Ning¨²n a?o ser¨¢ igual al anterior. El director acad¨¦mico, un empresario, har¨¢ el programa y un consejo, integrado por cuatro empresarios y cuatro profesores. lo pondr¨¢ en clave docente. Despu¨¦s se puede aspirar a mucho m¨¢s: cursos de posgraduado, doctorados, una publicaci¨®n propia, una bolsa de inversores para proyectos surgidos de la c¨¢tedra...La idea es novedosa porque se trata de que los empresarios den clase en la universidad con cr¨¦ditos.
P. Como presidente de un consejo social ?qu¨¦ ley quiere?
R. Estamos en un punto de inflexi¨®n clave para la pol¨ªtica universitaria valenciana y lo que se haga con la ley de consejos sociales ser¨¢ determinante. Creo que nadie cuestiona el papel de estos ¨®rganos. Tenemos transferidas las competencias y el Gobierno valenciano debe asumir el dise?o de una pol¨ªtica universitaria valenciana, dotarla de infraestructuras y de dinero. Y lo primero es unificar las universidades valencianas. Ning¨²n gobierno auton¨®mico puede dise?ar una pol¨ªtica propia teniendo una dispersi¨®n de cinco universidades, donde por razones de financiaci¨®n se disputan los alumnos. Esto provoca una din¨¢mica de lucha feroz por las titulaciones, extensiones en pueblos, que desorienta al administrador p¨²blico y que le lleva a imponer normas que no son aceptadas, o a no hacer nada.
Tambi¨¦n ser¨ªa adecuado un consejo social para todas las universidades o un ¨®rgano que los concentre a todos, con competencias, personal y presupuesto independiente. Esto nos permitir¨ªa estudiar con rigor la gesti¨®n de la universidad, la calidad de la docencia... Todo desde un consejo social amplio, representativo de toda la Comunidad, y al margen de vaivenes pol¨ªticos. Creo que el consejo, con una composici¨®n mayoritariamente social, recursos humanos y medios, empezar¨¢ a ser eficaz.
Ese ¨®rgano aglutinador de todos los consejos sociales debe emitir informes, si no vinculantes, s¨ª preceptivos para determinadas decisiones. La Administraci¨®n no deber¨ªa tomar decisiones de ¨¢mbito universitario sin conocer esos dict¨¢menes. Eso es lo que quiero: uno que aglutine a todos, con personal y medios y con eso nos convertiremos, no en un instrumento de control sino de ayuda tanto para la universidad como para los pol¨ªticos. No quiero que el consejo social tenga como ¨²nica funci¨®n controlar a la universidad. Quien hace esa lectura minimiza la funci¨®n del consejo, equivoc¨¢ndola y por tanto encrespando la relaci¨®n.
P. ?Asesora al presidente de la Generalitat [Pascual es amigo personal de Zaplana]?
R. Como presidente del Consejo Social, cuando me pregunta mi opini¨®n se la doy. Muchas veces discrepa de lo que pienso y otras no.
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