Vicente deja a la 'armada' bajo m¨ªnimos
El Open de Australia va definiendo sus cuadros y el tenis espa?ol va perdiendo progresivamente posiciones. De los 21 jugadores de la armada espa?ola que iniciaron el torneo, s¨®lo cuatro siguen en la competici¨®n -de madrugada deb¨ªan jugar todos ellos-, tras la eliminaci¨®n de Fernando Vicente. El jugador de Benicarlo, brillante ganador dos d¨ªas antes del estadounidense Todd Martin, no logr¨® encontrar su ritmo de juego frente al marroqu¨ª Hicham Arazi, 36? mundial, y perdi¨® en tres mangas por 6-3, 6-3, 6-2 en 1 hora y 27 minutos.As¨ª pues, Arantxa, Conchita, Ferrero y Clavet se quedaron solos, pendientes de unos rivales cada vez m¨¢s complicados. "La verdad es que me qued¨¦ bastante chafado", reconoci¨® un sincero Vicente, 49? mundial al inicio de este a?o. "Yo sab¨ªa que era un partido m¨¢s complicado incluso que el de Martin, puesto que Arazi pasa mucho m¨¢s bola y los puntos iban a durar m¨¢s. No es que yo jugara mal. Incluso creo que he sacado bien. Pero ¨¦l estuvo inspirado, y fue superior a m¨ª".
Para un jugador que acaba de vivir uno los d¨ªas de m¨¢s gloria de su carrera, concluir en la tercera ronda de un Grand Slam no es un motivo de satisfacci¨®n, aunque sea la primera vez que lo consigue. "Sabe a poco", confiesa Vicente, de 22 a?os. "No me voy contento". Vicente ten¨ªa motivos para aspirar a m¨¢s. Hab¨ªa superado dos veces a Arazi en sus tres enfrentamientos anteriores, y ten¨ªa confianza en su juego. Pero cuando entr¨® en la pista sinti¨® una presi¨®n excesiva.
No era la misma situaci¨®n que frente a Todd Martin que, a todas luces, part¨ªa como claro favorito. Ah¨ª comenz¨® precisamente su calvario. Y la primera manga marc¨® ya las pautas del partido: 3-0 de Arazi y contrabreak cuando Vicente tuvo ocasi¨®n de remontar el vuelo. Entre lluvia y lluvia se resolvi¨® la segunda manga, sin que nadie, ni el propio Fernando, se enterara. Y el de Benicarlo entr¨® en la tercera m¨¢s tranquilo, pero falto tambi¨¦n de convicci¨®n. Vicente lleg¨® a perder 11 puntos consecutivos y fue eliminado con un resto directo de Arazi, muestra inequ¨ªvoca de su excepcional talento.
Su derrota se produjo minutos antes de que Pete Sampras ofreciera una lecci¨®n de profesionalidad y pundonor, que deber¨ªan gravar muchos adolescentes en su libreta de notas. Con 12 Grand Slam a cuestas, Sampras, tercero mundial, no dud¨® ni un momento en ponerse el mono de trabajo para salvar un partido que a punto estuvo de dejarle fuera de Flinders Park. Sampras perdi¨® las dos primeras mangas frente al zimbabuense Wayne Black, 151? mundial, y roz¨® la eliminaci¨®n antes de recuperar la efectividad de su servicio y acabar ganando en cinco mangas por 6-7 (9-7), 3-6, 6-3, 7-5, 6-3. "Cuando se combinan factores adversos como el tiempo, las bolas y la velocidad de las pistas no logro sentirme a gusto", reconoci¨®.
Sampras insisti¨® en su apreciaci¨®n, constatada por todos los dem¨¢s jugadores, de que las pistas son excesivamente r¨¢pidas, incluso m¨¢s que en Wimbledon. "Es ir¨®nico tener que jugar aqu¨ª en estas condiciones", se?al¨®. "Cuando jugu¨¦ la final de 1997 con Moy¨¤, y de eso hace s¨®lo dos a?os, esto era como jugar en una pista de tierra batida. Y ahora es tan r¨¢pida como el hielo". La iron¨ªa la asumen sin problemas los australianos, cuyas opciones se centran s¨®lo en dos nombres: Mark Philipusis y Lleyton Hewitt. El primero gan¨® ayer a su compatriota Andrew Ilie sin problemas y se enfrentar¨¢ a Andre Agassi en octavos de final.
En el cuadro femenino, la noticia m¨¢s importante fue el noviazgo (no desmentido pero tampoco confirmado por ella) entre Ana Kurnikova y Philipusis. La rusa, que sigue acumulando millones de d¨®lares a pesar de no haber ganado a¨²n ning¨²n torneo, gan¨® su partido de tercera ronda y acudi¨® a la central a presenciar la victoria de Philipusis. Al final fue felicitada. "S¨®lo somos amigos", respondi¨® cuando le preguntaron. "?Existe un romance?", insistieron. Y contest¨® que eso no lo pod¨ªa decir. Kurnikova deber¨¢ jugar la pr¨®xima madrugada ante la estadounidense Lindsay Davenport. Su idilio, al menos con el torneo, puede acabar muy pronto.
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