Los etarras activaron la bomba con un mando a distancia
Los terroristas volaron el veh¨ªculo utilizado para huir a dos manzanas del lugar del crimen
ETA consum¨® ayer su amenaza. Exactamente a las 8.08, un nuevo comando Madrid asesin¨® con un coche bomba al teniente coronel del Ej¨¦rcito Pedro Antonio Blanco Garc¨ªa, de 47 a?os, en la esquina de la calle de la Pizarra, situada en un barrio madrile?o cuajado de viviendas militares y elegido por la banda en ocho ocasiones para cometer atentados. Los activistas esperaron en un Renault Clio blanco aparcado en la calle de la Virgen del Puerto a que el militar llegara a la altura del coche bomba, colocado en el lugar en el que habitualmente un veh¨ªculo oficial recog¨ªa al teniente coronel Blanco, casado y con dos hijos, para llevarlo a su oficina en el Cuartel General del Ej¨¦rcito de Tierra, en la plaza de la Cibeles. Entonces apretaron el mando a distancia que activ¨® la bomba y huyeron tras sembrar el terror. Dos manzanas m¨¢s all¨¢, en la calle de Paradinas, volaron el veh¨ªculo de huida para borrar posibles huellas y se esfumaron.
Vestido de civil, el teniente coronel Pedro Antonio Blanco se despidi¨® de su mujer, Mar¨ªa Concepci¨®n Mart¨ªn, y sali¨® de su casa, situada en la primera planta del n¨²mero 29 de la calle Virgen del Puerto, poco antes de las ocho. Cada ma?ana daba un corto paseo, de unos 50 metros, hasta la cercana calle Pizarra. All¨ª sol¨ªa esperarle un coche oficial con el que posteriormente recog¨ªa a un general de brigada, su inmediato superior, para encaminarse a la Direcci¨®n de Asuntos Econ¨®micos del Cuartel General del Ej¨¦rcito, donde estaba destinado desde el 28 de junio de 1996, seg¨²n el Ministerio de Defensa. Los term¨®metros de la zona marcaban dos grados bajo cero y apenas hab¨ªa gente por la calle.El militar, nacido el 11 de junio de 1952, se detuvo a esperar su coche en la calle Pizarra, en el lateral del n¨²mero 43 de Virgen del Puerto, ya que los autom¨®viles oficiales de ruta no suelen recoger a sus pasajeros en las puertas de sus casas precisamente por motivos de seguridad. Blanco Garc¨ªa se par¨® justo junto al Renault Clio rojo que los terroristas hab¨ªan cargado con entre 15 y 20 kilos de explosivo. Los artificieros del Cuerpo Nacional de Polic¨ªa creen que se trata de parte de la dinamita robada en Francia. El veh¨ªculo oficial del teniente coronel se hab¨ªa retrasado ayer por la ma?ana debido a que el conductor se encontr¨® un atasco a la altura del n¨²mero siete de la calle de Alcal¨¢. La Polic¨ªa Municipal hab¨ªa acordonado esa zona ante la presencia de un paquete sospechoso que result¨® ser una falsa alarma.
Los terroristas hab¨ªan visto acercarse a su v¨ªctima desde otro Renault Clio, ¨¦ste de color blanco, supuestamente aparcado junto a un paso elevado que atraviesa la carretera de circunvalaci¨®n M-30 y que acaba en la calle de la Virgen del Puerto, seg¨²n la hip¨®tesis que barajaba ayer el director general de la Polic¨ªa, Juan Cotino. Desde ese punto pudieron ver perfectamente c¨®mo Pedro Antonio Blanco se deten¨ªa junto al Clio rojo, robado el 4 de enero en el barrio de Hortaleza y que ha sido identificado gracias al n¨²mero de bastidor. Fue en ese momento, a las 8.08, cuando accionaron la bomba por control remoto y se dieron a la fuga. Pedro Antonio Blanco fue proyectado por la onda expansiva contra el bloque de viviendas m¨¢s pr¨®ximo. Su cuerpo qued¨® a 12 metros del lugar donde la explosi¨®n le alcanz¨® de lleno. Falleci¨® en el acto. El coche bomba qued¨® convertido en un amasijo irreconocible de metales.
Justo en ese momento pasaba por la M-30 el diputado del PNV Joxe Joan Gonz¨¢lez de Txabarri, quien not¨® como su veh¨ªculo sufr¨ªa una sacudida empujado por la onda expansiva. El estallido sobrecogi¨® a un barrio tristemente acostumbrado a los atentados terroristas. La explosi¨®n afect¨® a la vivienda del comandante Rafael Villalobos Villa, al que la explosi¨®n de una bomba lapa adosada a los bajos de su veh¨ªculo provoc¨® la amputaci¨®n traum¨¢tica de sus dos piernas, el 17 de octubre de 1991, en la calle de Pablo Casals, situada en la orilla contraria de la M-30 y el r¨ªo Manzanares. "Pobre hombre; ha tenido que revivir en un momento todo lo que le ocurri¨® a ¨¦l", sentenciaba una vecina de la misma manzana en la que se produjo el atentado.La explosi¨®n destroz¨® los seis autom¨®viles aparcados junto al coche bomba y produjo da?os de consideraci¨®n en otros siete turismos. Los edificios m¨¢s afectados fueron la primera y la segunda planta del n¨²mero 43 de la calle Virgen del Puerto. En una de estas viviendas se encontraba la ni?a Sara M., de 13 a?os, que sufri¨® heridas leves que necesitaron tres puntos de sutura. La joven Laura B., de 17 a?os, tambi¨¦n sufri¨® lesiones tras ser derribada por la onda expansiva mientras se dirig¨ªa a un centro escolar pr¨®ximo.
Los primeros momentos tras el atentado fueron de incertidumbre y ni siquiera se conoc¨ªa la identidad de la v¨ªctima, de quien s¨®lo se sab¨ªa que era un var¨®n de mediana edad. "Sabemos de una persona que no ha llegado a su despacho que pudiera ser el fallecido, pero a¨²n es pronto para decir nada", explicaba el delegado del Gobierno en Madrid, Pedro N¨²?ez Morgades. La primera pista la daba una tarjeta de visita destrozada en la que se pod¨ªa leer: "Pedro Antonio Blanco Garc¨ªa. Teniente coronel de Intendencia DEM [Estado Mayor]. Direcci¨®n de Asuntos Econ¨®micos. Secretar¨ªa t¨¦cnia. Calle Prim, 6, Madrid 28071".
Cuando a¨²n se estaba acordonando la zona y acumul¨¢ndose ambulancias, bomberos y polic¨ªas, se agrav¨® el desconcierto. A las 8.45 se escuchaba n¨ªtidamente desde el lugar del atentado una segunda explosi¨®n que levant¨® un murmullo de espanto entre los funcionarios, curiosos y periodistas que ya hab¨ªan llegado a la zona. Una columna de humo comenzaba a elevarse en la calle Paradinas, a un par de manzanas de donde todav¨ªa yac¨ªa el cuerpo sin vida del militar. Aparcado junto al n¨²mero 6 de Paradinas, muy cerca de una guarder¨ªa, ard¨ªa el Clio blanco, matr¨ªcula M-6178-OX. Los terroristas supuestamente hab¨ªan llegado a este punto tras tomar la calle F¨®sforo y doblar por la calle Juan Duque. All¨ª pudieron comprobar el resultado del atentado y huir tras colocar un temporizador para volar el segundo veh¨ªculo. La segunda explosi¨®n, de menor intensidad que la anterior, no caus¨® v¨ªctimas pero s¨ª da?os en las viviendas colindantes, de reciente construcci¨®n. El parachoques con la matr¨ªcula hab¨ªa salido despedido a unos 10 metros.
El portero de una finca cercana asegur¨® que pudo ver c¨®mo dos personas estacionaban este coche y hu¨ªan a la carrera. Un grupo de madres y padres, algunos presos de un ataque de nervios, llegaba a toda prisa a la zona intentando sacar a sus peque?os de la guarder¨ªa.
Este segundo veh¨ªculo hab¨ªa sido denunciado como robado en el distrito de Chamart¨ªn de Madrid el pasado 15 de noviembre -con la tregua de ETA a¨²n en vigor- y portaba placas de matr¨ªculas falsas, dobladas de un coche id¨¦ntico propiedad de un vecino de Alcal¨¢ de Henares, una localidad pr¨®xima a Madrid, seg¨²n informaron fuentes policiales.
Sobre las diez de la ma?ana se confirmaba la identidad de la v¨ªctima n¨²mero 770 de ETA y las televisiones difund¨ªan el nombre de Pedro Antonio Blanco, de la 30? Promoci¨®n del Cuerpo de Intendencia del Ej¨¦rcito de Tierra. "?Mam¨¢, es pap¨¢!", exclam¨® el hijo de 11 a?os del militar cuando vio en la pantalla qu¨¦ hab¨ªa ocurrido, seg¨²n relat¨® un t¨ªo del fallecido ante la puerta del domicilio de la familia. "Pedro era una buen¨ªsima persona, un hombre que viv¨ªa para los dem¨¢s, que constantemente hac¨ªa favores, un padre ejemplar. La familia est¨¢ destrozada", agreg¨® este familiar, a quien no le constaba que Blanco Garc¨ªa estuviera amenazado.
El teniente coronel, que tambi¨¦n tiene una hija de 16 a?os, era un hombre met¨®dico, acostumbrado a tomar precauciones, seg¨²n sus compa?eros de trabajo. "Sin duda tomar¨ªa las precauciones necesarias, aunque supongo que cuando van a por uno es dif¨ªcil escapar", declaraba ayer el comandante Jos¨¦ Luis Ruiz, quien trabajaba codo con codo con el teniente coronel asesinado. "Todos intentamos ir variando los recorridos que hacemos a diario, pero al final tenemos que llegar a nuestro puesto de trabajo y acaba habiendo solamente un determinado n¨²mero de accesos", explicaron otros compa?eros del militar asesinado, hijo de un coronel retirado.
De paisano
Blanco Garc¨ªa siempre acud¨ªa a su puesto de trabajo con ropa de paisano y se vest¨ªa con su uniforme en su oficina, declar¨® a Radio Espa?a su secretaria, Nieves P¨¦rez. "No sol¨ªa pasear por la calle en la que ha muerto. Ha sido algo excepcional porque ¨¦l sol¨ªa ir en coche siempre. Ha sido algo excepcional, una tragedia", explicaba. "En este barrio nadie suele salir a la calle vestido de militar, por razones obvias", aseguraba un joven que vive en el s¨¦ptimo piso del edificio bajo el que se produjo el atentado.
Las fuentes consultadas del Ministerio del Interior se mostraron ayer convencidas de que, a pesar de las precauciones del militar, los terroristas conoc¨ªan sus costumbres y lo estaban esperando. Este hecho y el que los dos veh¨ªculos utilizados para el atentado (se supone que los etarras huyeron en un tercer coche, presumiblemente de color rojo) hayan sido robados en Madrid refuerza la teor¨ªa de que la organizaci¨®n terrorista dispone de un comando estable en la capital de Espa?a, que se estar¨ªa beneficiando de la infraestructura -posiblemente un par de pisos- que no ha sido descubierta por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.
La certeza del Ministerio del Interior de que ETA iba a cometer un atentado inminente hab¨ªa llevado a reforzar la vigilancia en el barrio en el que ayer fue asesinado el teniente coronel, especialmente tras la interceptaci¨®n de las dos furgonetas bombas con unos 1.700 kilos de explosivos que la Guardia Civil detuvo camino de Madrid.
Inmediatamente despu¨¦s del atentado, fue puesta en marcha en la capital la Operaci¨®n Jaula para cerrar las salidas de la capital para intentar localizar y detener a los autores del atentado. La polic¨ªa, adem¨¢s, ha solicitado la colaboraci¨®n ciudadana para detener a los autores del crimen. Por ello difundi¨® ayer el n¨²mero de tel¨¦fono 900. 100. 091, al que pueden llamar todas aquellas personas que crean haber visto algo que pueda conducir a la detenci¨®n de los terroristas.
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