Dos mil combatientes chechenos paran en seco al Ej¨¦rcito ruso en Grozni
Los rebeldes chechenos aseguraban ayer que, seg¨²n el general de brigada ruso Mija¨ªl Mal¨®feyev, quien dirig¨ªa la ofensiva sobre Grozni, y que fue supuestamente capturado en sus calles hace unos d¨ªas, las prisas por conquistar la ciudad obedecen al deseo de Vlad¨ªmir Putin de exhibir ese trofeo el d¨ªa 26, a dos meses justos de las elecciones presidenciales. Si la confesi¨®n no es pura propaganda, la orden ser¨¢ dif¨ªcil de cumplir, si no imposible.
El nuevo asalto sobre Grozni, a punto de entrar en su segunda semana, se estrella con una feroz resistencia de los independentistas, que a¨²n controlan el centro de la capital chechena. Habitada un d¨ªa por 400.000 personas, reducida hoy a un mont¨®n de ruinas bajo las que se oculta apenas la d¨¦cima parte, y defendida por unos 2.000 boievik¨ª (combatientes), Grozni se est¨¢ revelando un basti¨®n casi tan inexpugnable, como sucedi¨® en la Nochevieja de 1994, cuando la m¨¢quina militar rusa sufri¨® una humillante derrota. Hace apenas cuatro d¨ªas que los milicianos prorrusos de Bisl¨¢n Gantam¨ªrov y el mando federal aseguraban que hab¨ªan llegado al centro y que el enemigo s¨®lo luchaba para romper el cerco y huir a las monta?as del sur. Era una bravata. El avance se ha ralentizado tanto que casi parece una parada en seco. Algunos oficiales aseguran, bajo condici¨®n de que no se les identifique, que los milicianos chechenos se infiltraron el jueves por el alcantarillado tras las l¨ªneas rusas y causaron un alto n¨²mero de bajas. El propio mando ruso reconoce el enorme peligro que suponen los francotiradores, escondidos en los edificios en ruinas.
Si a ello se unen las minas y otras trampas explosivas colocadas en calles y casas, y la amenaza de hacer saltar por los aires dep¨®sitos t¨®xicos, se comprende que la progresi¨®n hacia el centro de Grozni resulte desesperantemente lenta y se cobre un alto precio en sangre. Ayer por la tarde, los rusos no controlaban al parecer ni la plaza Minutka ni un estrat¨¦gico puente sobre el r¨ªo Sunzha, en contra de lo anunciado d¨ªas antes.
Los mandos militares parecen desconcertados, y m¨¢s tras la incomprensible captura (o muerte) del general Timof¨¦yev. Putin advirti¨® ayer de que la "inevitable derrota de los bandidos incrementa el peligro de nuevos actos terroristas en Rusia", como explosiones de bombas y secuestros de civiles. Los atentados que se cobraron 300 vidas en septiembre fueron el pretexto ideal para lanzar una guerra que lleg¨® a presentarse al desinformado pueblo ruso como un paseo militar. Cuatro meses despu¨¦s, la autor¨ªa de aquellas acciones, atribuidas a terroristas chechenos, sigue siendo un misterio.
Putin no est¨¢ haciendo caso de los enviados occidentales que, en los ¨²ltimos d¨ªas, le instan a ordenar un alto el fuego y abrir negociaciones para resolver el conflicto, pero la presi¨®n exterior tampoco llega hasta las ¨²ltimas consecuencias. Se ha desactivado ya una doble amenaza para Rusia: la de ser excluida de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa y la de ser castigada econ¨®micamente por la Uni¨®n Europea.
El brit¨¢nico David Russell-Johnston, que encabezaba una delegaci¨®n del Consejo que viaj¨® al C¨¢ucaso Norte, se fue el jueves de Mosc¨² desaconsejando la adopci¨®n de sanciones. Y los ministros de Exteriores comunitarios, que se re¨²nen el d¨ªa 24 en Bruselas, se muestran cada vez menos dispuestos a afrontar el riesgo de inestabilidad mundial que supondr¨ªa aislar a Rusia.
Primero el italiano Lamberto Dini, y luego el alem¨¢n Joschka Fischer, recurrieron ayer a la persuasi¨®n, aunque no les sirvi¨® de nada. Ambos apostaron por la b¨²squeda de una soluci¨®n pac¨ªfica, pero reconocieron el derecho de Rusia a combatir el terrorismo en Chechenia.
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