?ltimas puntadas al 'traje de loco' para liberar a Pinochet

ENVIADO ESPECIAL"Jack es un hombre que no cambia su opini¨®n cuando ha llegado a una conclusi¨®n. Le conozco bien porque he sido su abogado. Es posible que ahora, a la vista del fiasco de los ex¨¢menes m¨¦dicos secretos, intente presentar su resoluci¨®n con fundamentos jur¨ªdicos y legales, pero no va a variar su posici¨®n", dice uno de los abogados familiarizados con el caso Pinochet en el Reino Unido. A estas horas, Jack Straw, el ministro del Interior del Gobierno de Tony Blair, estudia en su chal¨¦ adosado de Kennington, un barrio del sur de Londres, el proyecto de lo que va a ser su decisi¨®n de interrumpir el procedimiento de extradici¨®n del general Augusto Pinochet, un fallo que, al parecer, podr¨ªa ser anunciado el pr¨®ximo mi¨¦rcoles, d¨ªa 26 de enero, 15 meses y 10 d¨ªas despu¨¦s del arresto del ex dictador en una cl¨ªnica londinense.

Straw ya tiene perfiladas, seg¨²n ha trascendido, las l¨ªneas del proyecto de resoluci¨®n. Pero ya sobre el filo del fin de semana, el ministro del Interior, asesorado por una figura prominente de la abogac¨ªa brit¨¢nica, el abogado Jonathan Sumption, ha movido pieza tras estudiar las alegaciones presentadas el martes 18 por el juez Garz¨®n, Amnist¨ªa Internacional y varios grupos de derechos humanos, y la defensa de Pinochet. Straw es abogado, y aunque no ha ejercido pr¨¢cticamente su profesi¨®n, sabe c¨®mo quiere cerrar el caso.

Todas las partes involucradas en el procedimiento de extradici¨®n de Pinochet esperaban una decisi¨®n formal para la semana que acaba de terminar. El martes 18, el Ministerio del Interior prometi¨®, seg¨²n una carta enviada a Geoffrey Bindman, abogado que representa a Amnist¨ªa Internacional, varias organizaciones y v¨ªctimas brit¨¢nicas, informar el d¨ªa anterior cu¨¢ndo ser¨ªa anunciado -al d¨ªa siguiente- el fallo. El ministro, empero, declar¨® que la decisi¨®n "no era cuesti¨®n de unas horas" y subray¨® que se ten¨ªa que leer las alegaciones, que, dijo, eran, en algunos casos, muy largas.

El viernes 21, el Ministerio del Interior se dirigi¨® por carta a la defensa de Pinochet, a Amnist¨ªa Internacional y al Reino de Espa?a. Tras leer las alegaciones, el ministro quer¨ªa precisar algunas de las cuestiones planteadas con nuevas preguntas. "Por favor resp¨®ndame, a la direcci¨®n de arriba, a las 5 p.m. (seis de la tarde hora peninsular espa?ola) del lunes 24 de enero", escribi¨® Fenella Tayler, funcionaria de Extradici¨®n.

La carta fue enviada a todos los participantes. En el caso de Espa?a, la misiva fue transmitida por fax a la Embajada espa?ola en Londres, desde donde fue enviada a la subsecretar¨ªa del Ministerio de Asuntos Exteriores en Madrid . A las ocho de la tarde, la citada subsecretar¨ªa envi¨® la carta al Juzgado Central de Instrucci¨®n n¨²mero 5 de la Audiencia Nacional. El juez Baltasar Garz¨®n comenz¨® a estudiar la respuesta ayer s¨¢bado, d¨ªa 22 de enero.

La idea que, seg¨²n fuentes jur¨ªdicas, desea desarrollar Straw est¨¢ brevemente esbozada en el comunicado del Ministerio del Interior del 11 de enero. Ese d¨ªa, el Ministerio del Interior brit¨¢nico expuso que estando Pinochet "incapacitado para someterse a juicio", seg¨²n "la conclusi¨®n un¨¢nime e inequ¨ªvoca de los cuatro m¨¦dicos que le examinaron", el ministro Straw "tiene pensado, sujeto a las alegaciones que se le hagan, adoptar la posici¨®n de que carece de sentido continuar el procedimiento de extradici¨®n y de que, por tanto, no debe ser extraditado a Espa?a".

La frase que desea ilustrar Straw, con argumentos jur¨ªdicos, es precisamente la de que no tendr¨ªa sentido, por las condiciones f¨ªsicas y mentales en las que se encuentra, entregar a Pinochet a Espa?a. Las preguntas planteadas el pasado viernes apuntan, precisamente, a desarrollar esta idea.

Straw y su equipo jur¨ªdico saben que el punto m¨¢s vulnerable de la decisi¨®n es el de mantener en secreto los informes m¨¦dicos que van a dar lugar a la liberaci¨®n de Pinochet. Por una parte, el jefe de los cuatro doctores que examinaron al ex dictador el pasado 5 de enero durante seis horas en un hospital de Londres ha aclarado que los m¨¦dicos "no son una banda que dicta al ministro lo que tiene que decidir".

Hay m¨¦dicos que, consultados por organizaciones de derechos humanos, han cuestionado por escrito el m¨¦todo con que fueron realizados los ex¨¢menes a Pinochet, como es el caso del psiquiatra especializado en tercera edad, Robert Howard, y hay otros, como Michael Wilks, presidente de la Asociaci¨®n M¨¦dica Brit¨¢nica, que espont¨¢neamente ha expresado que el informe m¨¦dico debe ser puesto en conocimiento de las partes ya que ha sido realizado en calidad de informe forense.

Por todo ello, Straw quiere apoyarse en algunos puntos planteados en las alegaciones para presentar con mayor solidez su posici¨®n. En particular, desea argumentar que si Pinochet fuera extraditado a Espa?a seguramente ser¨ªa eximido de comparecer en juicio por su incapacidad mental.

Fueron, parad¨®jicamente, las propias informaciones contenidas en los escritos elevados el pasado martes 18 las que han inspirado al ministro y sus asesores a utilizar una parte de la argumentaci¨®n a favor de sus propias tesis. En su alegaci¨®n, por ejemplo, el juez Garz¨®n ten¨ªa alguna intuici¨®n sobre la dificultad de debatir el tema de la salud, al advertir "la ausencia de conocimiento del informe m¨¦dico sobre el que se quiere que se informe, lo que hace la situaci¨®n un tanto absurda".

El juez sosten¨ªa que "de acuerdo con las normas que rigen el procedimiento penal espa?ol, en ning¨²n caso, por razones m¨¦dicas u org¨¢nicas, puede el imputado sustraerse a la acci¨®n de la justicia. S¨®lo en el caso de una enajenaci¨®n mental sobrevenida (art¨ªculo 383 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal) se puede paralizar el proceso penal hasta tanto el interesado recobre la salud".

Las palabras "enajenaci¨®n mental", traducidos en ingl¨¦s como "demencia", debieron hacer brillar los ojillos de Jonathan Sumption, el asesor jur¨ªdico externo de Straw. Porque precisamente el traje de "demencia" senil sobrevenida es el que intenta confeccionar Straw para Pinochet. Por ello, Straw busca ahora las respuestas que le permitan, en su resoluci¨®n, darse incluso el lujo de apoyarse en los argumentos de aquellos que alegan contra la liberaci¨®n de Pinochet. Las preguntas son elocuentes. Si se diera el caso, pregunta Straw, de que en Espa?a se encontrara al ex dictador "incapaz de comprender el procedimiento al punto de no poder ejercer su correcta defensa, de entender detalles sobre las pruebas y de dar instrucciones", esto es, no apto en este sentido para someterse a juicio, ?llevar¨ªa ello a que se le excusara de comparecer en juicio?. O esta otra: "?Qu¨¦ dice usted de una situaci¨®n en la que el acusado es considerado 'incapaz de comprender el procedimiento al punto de no poder ejercer su correcta defensa, entender detalles sobre las pruebas y dar instrucciones', aun cuando no est¨¦, cl¨ªnicamente hablando, enajenado mentalmente? Straw, pues, da las ¨²ltimas puntadas al traje de loco de Augusto Pinochet, un traje que le permitir¨¢ salvar el pellejo. Al menos en Europa.