Halitos m¨®viles
Las gentes de Asaja en C¨®rdoba desprenden algo especial. No llega a la categor¨ªa de fen¨®meno meteorol¨®gico extra?o, tal que un hielo con olor a pescado gestado en la estratosfera, pero sin duda es un halo inconfundible, una se?a de identidad, a la postre un hecho diferencial. Un aerohalito, para entendernos. No es necesario profundizar en la esencia de tales gentes para darse cuenta de ello. Un examen apresurado de sus comunicados de prensa, sin ir m¨¢s lejos, pondr¨ªan a cualquiera sobre la pista.All¨¢ donde otras entidades, organismos o cualquier ensayo gregario que desea salir en los medios de comunicaci¨®n ponen prosodia sosa para semejar seriedad, los de Asaja C¨®rdoba se entregan al ardor guerrero. Lean, lean el lema que preside sus comunicados de prensa en el margen superior izquierdo: "Leales colaboradores, toda fuerza es d¨¦bil si no est¨¢ unida". La nota de marras informaba del nombramiento de Luis del Olmo como socio de honor y de la entrega a todo su equipo del galard¨®n Sembrador en positivo, que roza lo pornogr¨¢fico, aunque la distinci¨®n obedezca al apoyo que el periodista ha prestado al sector agrario.
El homenaje inclu¨ªa la pr¨¢ctica del "senderismo por varias tabernas de C¨®rdoba" (sic). Ven como tienen un aerohalito especial. A ver qu¨¦ gregarismo conocido se le ocurre jugar con las palabras hasta hacer met¨¢foras en un comunicado de prensa. A ninguno, que se sepa. Otra cosa es la maestr¨ªa con los ep¨ªtetos m¨¢s infames, que abunda mucho. O los circunloquios. Hablando de la II Rep¨²blica en la Casa de la Provincia, el periodista Tom Mart¨ªn Ben¨ªtez lleg¨® a lamentar que los inm¨®viles peri¨®dicos del Movimiento no siguieran perteneciendo al Estado, al igual que las televisiones o radios p¨²blicas.
Lo m¨¢s alarmante de la semana, sin embargo, siguen siendo los m¨®viles, que son un fen¨®meno, aunque no sea meteorol¨®gico ni, a estas alturas, extra?o. Manuel Pezzi ha anunciado que prohibir¨¢ el uso de celulares en las aulas (?nadie lo hab¨ªa hecho a¨²n?) para evitar interrupciones constantes. Acabar¨¢n record¨¢ndolo en la pizarra cada d¨ªa, como en las sesiones de cine, donde antes de cada pase advierten de que el asesino es el desalmado al que le son¨® el m¨®vil.
TEREIXA CONSTENLA
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