Una sobrina del acusado por el crimen de Ulldecona involucra a la familia
Una sobrina de Ram¨®n Pascual Barranco, el acusado por el crimen de Mar¨ªa del Carmen Castell, ocurrido en Ulldecona hace 18 a?os, involucr¨® ayer en la trama a toda su familia, a la que acus¨® de encubrimiento. Seg¨²n Mar¨ªa Jos¨¦ Sanahuja, las hermanas y la madre del acusado fueron las que quemaron las ropas ensangrentadas que ¨¦ste llev¨® a casa la ma?ana despu¨¦s del suceso y han mantenido un pacto de silencio al respecto.
El testimonio de Mar¨ªa Jos¨¦ Sanahuja fue determinante por lo contundente. La sobrina de Ram¨®n Pascual Barranco, el ¨²nico acusado del crimen, revel¨® que el asesinato de Mar¨ªa del Carmen Castells era un secreto familiar y explic¨® que hab¨ªa o¨ªdo reconocer a su madre y a sus t¨ªas que hab¨ªan sido ellas las que hab¨ªan quemado las ropas ensangrentadas de Barranco. Asimismo, asegur¨® que prefer¨ªa permanecer apartada de ¨¦l porque la hab¨ªa agredido sexualmente cuando ten¨ªa cinco o seis a?os y que lo intent¨® a los 17. La familia de Barranco est¨¢ dividida. Uno de sus cu?ados, Juan Marcoval, a quien se supone autor de la llamada telef¨®nica an¨®nima que deriv¨® en la detenci¨®n, reconoci¨® que a Barranco se le supon¨ªan diversos intentos de violaci¨®n y que entre sus v¨ªctimas se encontraba su propia hija. Marcoval, que se encuentra en proceso de separaci¨®n de una de las hermanas de Barranco, asegur¨® que ¨¦sta, en dos ocasiones al menos, le confes¨® que hab¨ªa quemado las ropas de su hermano.
Pero el testimonio m¨¢s esperado ayer en la Audiencia de Tarragona fue el de Adela de Amos, la madre de Barranco, que incurri¨® en un sinf¨ªn de contradicciones; por ejemplo, afirm¨® que fue ella la que dio a su hijo la noticia de la aparici¨®n del cad¨¢ver de Mar¨ªa del Carmen Castells, a las 9.00 horas del 14 de febrero, cuando el cuerpo no se encontr¨® hasta tres horas m¨¢s tarde. Adela de Amos, tras escuchar su declaraci¨®n ante el juzgado, en la que reconoc¨ªa que su hijo hab¨ªa llegado con las ropas y las botas manchadas de sangre, se desdijo y achac¨® su anterior error a la edad.
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