Espa?a se identifica con Camacho
Ante un rival de medio pelo, devaluado por una ¨¦poca decadente y un pu?ado de ausencias, Espa?a no tuvo apenas problemas para seguir plenamente identificada con el esp¨ªritu de Jos¨¦ Antonio Camacho, que preconiza un f¨²tbol tan sencillo como divertido.A la selecci¨®n le falt¨® la chispa de otras veces en alguna fase del primer tiempo, pero mejor¨® notablemente en el inicio de la segunda parte, sobre todo por la inclusi¨®n del valencianista Mendieta, que dio m¨¢s vida al flanco derecho. Quien no desfalleci¨® ni un solo instante fue Ra¨²l, que se movi¨® fren¨¦tiamente desde el primer minuto hasta el ¨²ltimo como se se tratara de alguna final. Guardiola, por su parte, respondi¨® con dignidad pese a su inactividad en el Bar?a y respondi¨® a la confianza de Camacho en este tipo de jugadores especiales. L¨¢stima que el capit¨¢n azulgrana acabara el choque antes de tiempo por un fuerte golpe en su tobillo.
ESPA?A 3 POLONIA 0
Espa?a: Molina (Juanmi, m. 85); Velasco, Paco, Hierro, Aranzabal; Etxeberria (Mendieta, m. 45), Guardiola (Engonga, m. 66), Luis Enrique; Valer¨®n (Luis Cembranos, m. 75); Ra¨²l y Urzaiz (Salva, m. 68).Polonia: Majdan; Majak, Zajak (Kaliszan, m.60), Zielinski, Zewlakow, Krzynowek; Michalski, Czerwiec, Iwan (Kaczorowski, m.66); Gilewicz (Bizacki, m. 75) y Kryszalowicz (Zurawski, m. 53). Goles: 1-0. M. 15. Ra¨²l intercepa un pase de la defensa polaca, se la acomoda cerca de la medialuna del ¨¢rea y dispara desde all¨ª a gol, colocado y a media altura. 2-0. M. 54. Urzaiz cabecea picado, cerca del primer poste del portero rival, un centro de c¨®rner de Guardiola. 3-0. M. 57. Urzaiz remacha sin oposici¨®n tras un remate de Ra¨²l que repele el portero tras un centro desde la banda izquierda de Aranzabal. ?rbitro: Eric Poulat (franc¨¦s). Amonest¨® a Kaliszan. Unos 15.000 espectadores en el estadio Cartagonova, de Cartagena. Partido amistoso a beneficio de la Asociaci¨®n de Futbolistas Espa?oles (AFE) y de preparaci¨®n para la Eurocopa 2000. Se recaudaron cerca de 30 millones en taquilla.
En medio de la pol¨¦mica entre Camacho y el Real Madrid, se pronunciaron los dos madridistas en el campo, Ra¨²l y Hierro, a favor del seleccionador, pues se mostraron partidarios ambos del espect¨¢culo desde el primer momento. Si bien Espa?a sali¨® sin una brizna de tensi¨®n, se la inyect¨® Ra¨²l en uno de sus arrebatos. Rob¨® el bal¨®n en la luna del ¨¢rea y mand¨® el bal¨®n a media altura y pegado al poste derecho. Su decimosexto tanto con la selecci¨®n. Hierro, a su vez, infundi¨® respeto desde el centro de la defensa, y demostr¨® que sigue siendo un futbolista imprescindible para la selecci¨®n.
A partir del gol, Espa?a comenz¨® a gustarse. A disfrutar de cada uno de sus ataques, especialmente si surg¨ªa de la cabeza de Guardiola o de Valer¨®n. Pero fue una sensaci¨®n ef¨ªmera. A los dos creadores de Espa?a puede empezar a pasarles factura la inactividad en sus respectivos equipos. La falta de ritmo.
Espa?a no anda tan afilada como hace unos meses. Tras el gol de Ra¨²l, vivi¨® unos instantes de euforia, cierto, pero despu¨¦s cay¨® en un estado let¨¢rgico. No domin¨® como se preve¨ªa. Polonia, un rival decandente repleto de suplentes, plant¨® cara con cierta dignidad.
Ya hace algunos partidos que los interiores no le funcionaron a Camacho: ni Etxeberria ni Luis Enrique salvaron a sus marcadores y alcanzaron la l¨ªnea de fondo en toda la primera parte, tal y como pretende el seleccionador. Camacho sigue sin encontrar un interior izquierdo ideal: Luis Enrique no se halla demasiado c¨®modo en tal demarcaci¨®n, sobre todo porque sus centros con la zurda cuando llega a la l¨ªnea de centro no son muy precisos. De ah¨ª que tienda a cerrarse y a solaparse con Ra¨²l y Valer¨®n. Ah¨ª falta un zurdo.
Para solventar en parte esta carencia, el seleccionador espa?ol sent¨® a Etxeberria e introdujo a Mendieta. La gente de Cartagena, en cambio, a quien quer¨ªa en el c¨¦sped era a su paisano Juanmi, el meta que m¨¢s para de la Liga. Pero Mendieta entr¨® en juego de inmediato: primero en un centro enroscado hacia Urzaiz; despu¨¦s en un disparo con la zurda tras un pase interior maravilloso de Guardiola.
Profundidad
Mendieta vive una espl¨¦ndida madurez futbol¨ªstica y se antoja conveniente aprovecharla. Espa?a sali¨® del descanso decidida a meterse definitivamente en el partido y Urzaiz, que ten¨ªa hasta entonces una noche bastante patosa, explot¨® su especialidad: el cabezazo picado a un centro de c¨®rner de Guardiola. Poco despu¨¦s, el delantero del Athetic remach¨® de cerca tras una internada de Aranzabal por la izquierda (por fin una entrada por banda izquierda). Esta es una de las jugadas preferidas de Camacho.
La prueba, en todo caso, serv¨ªa fundamentalmente para ver la adaptaci¨®n al grupo de aquellos jugadores que est¨¢n apareciendo ¨²ltimamente en el campeonato. El c¨¦ltico Velasco, por ejemplo, apunt¨® algunos detalles interesantes: se nota que es un defensa de gran facilidad atacante. Ayer penetr¨® un par de veces con velocidad y criterio por la banda derecha y puso sobre el ¨¢rea varios centros muy precisos. La duda es ver si es ver si defiende tan bien como ataca. El p¨²blico,
Guardiola reivindic¨® una vez m¨¢s su jerarqu¨ªa en la posici¨®n de medio centro y poco despu¨¦s hubo de abandonar el campo por la mencionada lesi¨®n en su tobillo izquierdo. Para entonces, el partido ya estaba muy perfilado y ya s¨®lo restaba observar a los debutantes. A Salva, uno de los preferidos de la grada, Camacho le dio 22 minutos. El goleador de la Liga estuvo a punto de marcar tras una triangulaci¨®n de su equipo, pero fue Ra¨²l quien reclam¨® la admiraci¨®n de la gente con una deliciosa vaselina que cruz¨® demasiado.
Camacho fue generoso con sus chicos y tambi¨¦n hizo debutar a Luis Cembranos y al portero Juanmi, recibido por el p¨²blico de Cartagena como un h¨¦roe. Todos se unieron a la fiesta. Porque todos se identifican con el esp¨ªritu del seleccionador, que infunde car¨¢cter y generosidad en el esfuerzo. Y, al menos por ahora, victorias holgadas y con cierto brillo, aunque los rivales no sean de ¨¦lite.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.