Autorretrato

MIGUEL ?NGEL VILLENA

Ana Torralva es una fot¨®grafa gaditana que vivi¨® y trabaj¨® en Valencia durante toda una d¨¦cada a caballo entre los a?os setenta y ochenta. Sus pasos la encaminaron m¨¢s tarde hasta la Universidad de Salamanca donde imparte clases de fotograf¨ªa. Siempre mostr¨® Ana una especial pasi¨®n por los retratos y su participaci¨®n en exposiciones colectivas o sus muestras en solitario han avalado lo que muchos intu¨ªamos cuando esta artista apenas era una jovencita risue?a e ingenua. Nuestra amiga Ana Torralva se ha convertido en una de las mejores retratistas de Espa?a. Su mirada exigente y enamorada cuando fija sus ojos en rostros o en paisajes me ha descubierto en muchas ocasiones perspectivas que, de tanto verlas, uno nunca llega a observarlas.

Ana me coment¨® ayer la emoci¨®n que hab¨ªa sentido al ver por televisi¨®n, a finales del pasado a?o, el documental que el escritor Manuel Vicent dedic¨® a Valencia. En un recorrido de Norte a Sur, en un itinerario geogr¨¢fico y vital que desfil¨® desde su infancia hasta su madurez, en un viaje exterior e interior desde los naranjales de La Plana hasta la isla de Tabarca pasando por el barrio de El Carme de la capital o la playa de la Malva-rosa, Vicent traz¨® uno de los mejores autorretratos de los valencianos que Ana o yo hayamos visto nunca. Me complaci¨® ayer que mi amiga fot¨®grafa mostrara su entusiasmo por el documental Esta es mi tierra que protagoniz¨® Manuel Vicent. Me gust¨® que una mirada ajena reafirmara mi convicci¨®n de que existe esa Valencia plasmada en aquellas preciosas im¨¢genes y descrita en un texto l¨²cido y descre¨ªdo, al tiempo que apasionado y sincero. Porque existe una Valencia que se cuece en su propia salsa de autosatisfacci¨®n rural, pero tambi¨¦n surge un pa¨ªs abierto a la rosa de los vientos, mestizo y cosmopolita, innovador y culto, que ha forjado con el transcurrir de los siglos una sana filosof¨ªa del hedonismo. Me alegra saber que el autorretrato que Manuel Vicent dibuj¨® de los valencianos coincide con el retrato que una fot¨®grafa como Ana Torralva conserva en los pliegues de sus pupilas.